San Valentín: amor divino versus amor mediático
El 14 de febrero se celebra “San Valentín”. Lo que realmente se conmemora en esta fecha son las obras realizadas por Valentín de Roma, más relacionadas con el concepto universal y puro de amor y afectividad
Escasa la humanidad de ambos sentimientos, bien merece el Santo un tiempo de dedicación, que nos lleve al sentido divino del amor con mayúsculas, aunque en el mundo terrenal que habitamos parezca más apropiado incentivar éste (el amor) a base de un consumismo excesivo: cuanto mayor sea el gasto, mayor será nuestro amor.
¿Quién fue San Valentín?
La mayoría de expertos coinciden en señalar que San Valentín fue el obispo de Terni, ciudad italiana donde nació, pero discrepan sobre el motivo que le relaciona con los enamorados.
Se cuenta que el emperador Claudio II emitió durante su gobierno un decreto "por el que prohibía el matrimonio a los soldados de sus legiones porque se pensaba que eran más fuertes sin tener en la mente a sus familias".
El sacerdote Valentín desafió la voluntad del hombre más poderoso de Roma y, asumiendo el riesgo al que se exponía, continuó realizando bodas, ahora secretas.
“El amor ante todo”, pensaba. Con el tiempo fue descubierto y aunque trató de convencer a Claudio II para que siguiera la doctrina de Cristo, su triste destino le llevó a la persecución, la tortura y a su decapitación el 14 de febrero del año 269 en Roma.
Sin embargo, hay quien opina, como el sacerdote italiano Carlo Cremona, autor del libro "Santos del calendario" (1996), que los motivos por los que San Valentín se convirtió en patrón de los enamorados siguen siendo un misterio pues su vida "poco o nada" tuvo que ver con los enamorados.
Puestos a buscar una explicación, Cremona considera que a San Valentín le fue encomendada la protección de los enamorados porque su festividad (el 14 de febrero) celebra un momento del año "en el que comienzan a aparecer muestras de un inminente despertar de la naturaleza".
Tampoco hay una sola teoría acerca del lugar donde se enterró su cuerpo. Unas dicen que inicialmente en una catacumba de la Basílica que mandó construir en el año 337 en Roma el papa Julio I. Otras, que el cadáver fue enterrado en una fosa de un cementerio común, pero sus discípulos se hicieron con el cuerpo y lo devolvieron a su localidad natal, donde estuvo más de 200 años hasta que en el 496 el papa Gelasio I incluyó a Valentín entre los nombres de los mártires cristianos.
La iglesia de San Antón de Madrid
Cierto es que sus restos mortales fueron enviados en el siglo XVIII como regalo de algún Papa al rey Carlos IV de España, deferencia que tenían con los monarcas católicos europeos y que se convirtió en tradición.
Carlos IV los confió a la orden de los Pobres Clérigos Regulares de la Madre de Dios de las Escuelas Pías (Escolapios), y desde entonces descansan en la Iglesia de San Antón de Madrid, situada en la calle Hortaleza, que dirige actualmente el padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz.
En aquella época, las normas establecían que las reliquias de mártires se donaran exclusivamente a Monasterios Reales, condición que entonces tenía el templo, según consta en un texto que bien cuida el padre Ángel.
Los siglos y los cambios de costumbres relegaron al olvido de un sótano tales reliquias hasta que en 1988 fueron descubiertas y rescatadas por el padre Villar, encargado de la iglesia en los años noventa.
Un cubículo de cristal situado en el extremo derecho de la parroquia contiene la tibia, el fémur y la mayor parte del cráneo. Cada 14 de febrero se exponen en al altar mayor para recordar, en palabras del padre Ángel, la importancia del amor.
Curioso es que a San Antón acuden cada 13 de enero decenas de madrileños para bendecir a sus animales de compañía, pero hasta ahora casi nadie sabe que el 14 de febrero puede dirigirse a San Valentín para pedir ayuda en cuestión de amores de cualquier tipo, mientras el padre Ángel bendice a las parejas que lo deseen, dando un carácter social a este santo, pues “el amor es lo contrario a cualquier forma de odio”.
Zamora y otras ciudades europeas
Más partes de la cabeza están en la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro (Zamora), donde cada año son veneradas en esta fecha y se dan a besar a los fieles, señalaba en 2021 Jesús Campo, párroco de la Colegiata.
Además de la calavera en la capilla dedicada a San Valentín de la Colegiata de Toro también existe una escultura del santo realizada en el siglo XVIII por el escultor Pedro León de Sedano y una tabla que representa su martirio.
En el pasado llegó a haber incluso una cofradía de san Valentín, a la que ya se hacía mención en un documento que aún se conserva datado en el año 1621.
Aunque los restos "más conocidos" descansan en Madrid, expone Jesús Campo, hay varios templos católicos en Europa que reclaman que las reliquias de San Valentín se encuentran en sus lugares de culto, tal y como ocurre en Roma (Basílica de Santa María en Cosmedin), Praga, Dublín, Viena, Glasgow o Birmingham.
Patrón o no de los enamorados, lo que proclamó el obispo de Termi fue el amor hacia los demás, el amor entre nosotros, ese amor Divino que todo lo inunda.
(Texto: Matilde Alonso García-Loygorri)
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