De julio a mediados de noviembre, 25 mujeres fueron víctimas de feminicidio

Tenía 17 años. La mató un hombre que, con la promesa de entregarle un teléfono celular como regalo por su graduación, la llevó hasta su casa y la asesinó a golpes en la cabeza. El hombre amarró de pies y manos el cadáver y lo lanzó por un barranco en El Seibo. Posteriormente huyó a Santiago, donde fue apresado. El móvil del crimen no fue revelado, pero entre las pruebas recogidas por la Policía en la residencia del feminicida se encontró ropa interior presumiblemente perteneciente a la víctima. Ocurrió el 8 de julio en La Romana.

Tenía 24 años. Trabajaba como doméstica. Tenía una hija de ocho años. La mató un hombre que la asediaba constantemente. Su cadáver en estado de putrefacción fue encontrado dentro de un tanque. Había sido denunciada como desaparecida por sus familiares alrededor de un mes antes del hallazgo de su cuerpo. El feminicida negó ser el autor del crimen. El cadáver fue encontrado el 7de agosto en el municipio Bayaguana, Monte Plata.

Tenía 34 años. La mató a palos su pareja, de quien tenía intención de separarse a causa del maltrato. Tras cometer el crimen, el feminicida hizo explotar un tanque de gas en la casa donde ocurrieron los hechos, resultando con quemaduras que le provocaron la muerte días después. Un familiar de la víctima afirmó que el feminicida era un hombre abusivo y violento que la golpeaba. Quedaron en la orfandad tres hijas dos años, 14 y 20 años. Ocurrió el 19 de agosto en el sector La 40 de Cristo Rey, Distrito Nacional.

Tenía 38 años. La mató de siete machetazos su pareja. En la orfandad quedan dos hijos de 10 y 6 años. Al ser apresado, el feminicida pidió «perdón» a la familia de su víctima. Ocurrió el 31 de agosto en Sabana Grande de Boyá, Monte Plata.

Tenía 21 años. La mató a puñaladas su expareja, con quien había iniciado la relación cuando apenas llegaba a los 13 años. La víctima había decidido terminar con su feminicida, lo que este se negaba a aceptar. El hombre se habría presentado intempestivamente en la casa de su víctima, con la que discutió. Llevaba consigo el arma homicida, indicio de premeditación. Una menor hermanastra de la joven, que presenció el feminicidio, pidió auxilio para llevar a la víctima al hospital, donde llegó muerta. Ocurrió el 7 de septiembre en Navarrete, Santiago.

Tenía 26 años. La mató de una puñalada en la espalda su expareja. El feminicida llamó por teléfono al hermano de su víctima para pedirle que fuera a la habitación de su hermana donde la encontraría muerta. En un mensaje de audio que se hizo viral, el feminicida justificó su crimen diciendo que «del orgullo de los hombres no se abusa». Amenazó con suicidarse, pero no lo hizo. Ocurrió el 27 de septiembre en el sector San Pedro de Higüey, La Altagracia.

Tenía 18 años. La mató de dos picazos, en la cabeza y en el pecho, su cuñado que la acosaba sexualmente. Tenía una hija de dos años. El marido de la víctima y hermano del feminicida confesó que la joven le había hecho saber lo que estaba sucediendo. «Él en una ocasión intentó estar con ella, pero ella no quería. Ella me llamó para contármelo, y yo lo enfrenté; tuvimos una pelea por eso», dijo a la prensa. Ocurrió el 23 de octubre en Andrés, Boca Chica, Santo Domingo.

Tenía 46 años. Era enfermera y trabajaba para el Servicio de Emergencia 911, además de participar en un programa de radio con dos de sus hijos. La mató a puñaladas su pareja, quien tras el feminicidio habría escapado hacia Haití. Según una hermana de la víctima, esta le había confesado que el feminicida practicaba ritos «satánicos», por lo que le aconsejó terminar la relación. Ocurrió el 24 de octubre en Manzanillo, Montecristi.Tenía 46 años. Era enfermera y trabajaba para el Servicio de Emergencia 911, además de participar en un programa de radio con dos de sus hijos. La mató a puñaladas su pareja, quien tras el feminicidio habría escapado hacia Haití. Según una hermana de la víctima, esta le había confesado que el feminicida practicaba ritos «satánicos», por lo que le aconsejó terminar la relación. Ocurrió el 24 de octubre en Manzanillo, Montecristi.

Tenía 21 años. La estranguló su expareja, en la habitación de un hotel, a donde la citó con el pretexto de entregarle un dinero para sus hijos. Días antes del crimen le rapó la cabeza y las cejas. Tres niños quedaron en la orfandad. Víctima de constantes maltratos, la joven había obtenido una orden de alejamiento de su agresor. Supuestamente, esta decisión de la víctima habría molestado al feminicida, quien premeditó el crimen. Ocurrió el 31 de octubre en Santo Domingo Este, Santo Domingo.

Tenía 35 años. Madre de cinco hijos. La mató a palos un hombre con quien tenía una relación circunstancial. El feminicida confesó a la Policía haber asesinado a otras cinco mujeres en los últimos 29 años. Posteriormente, negó la confesión. En el feminicidio también está implicado un tío de la víctima. Ambos fueron sorprendidos cuando intentaban enterrar el cadáver. El presunto feminicida en serie acumulaba varias fichas policiales. Ocurrió el 6 de noviembre en la comunidad Los Arroyones, Villa Altagracia, San Cristóbal.

Tenía 25 años. La mató de una puñalada su expareja. La víctima tenía tres hijos. El feminicida la mató cuando ella fue a buscar a su casa una hija de ambos. La había amenazado de muerte varias veces. Ocurrió el 16 de noviembre en el Ensanche Capotillo, Distrito Nacional.