De julio a mediados de noviembre, 25 mujeres fueron víctimas de feminicidio

Tenía 19 años. Su pareja le hizo varios disparos y, herida, la bajó a la calle desde la casa donde vivían. Algunos vecinos afirmaron que él la lanzó desde el balcón para simular un suicidio. Agonizante, la joven pedía a su feminicida que no la dejara morir; como respuesta, la abandonó en el pavimento. Un niño de un año y siete meses quedó huérfano. La abuela de la víctima dijo a la prensa que con frecuencia Arleny llagaba con signos visibles de golpes, pero nunca le confesó que era maltratada. Ocurrió el 7 de julio en sector Los Solares, en el Café de Herrera.

Tenía 17 años. La mató un hombre que, con la promesa de entregarle un teléfono celular como regalo por su graduación, la llevó hasta su casa y la asesinó a golpes en la cabeza. El hombre amarró de pies y manos el cadáver y lo lanzó por un barranco en El Seibo. Posteriormente huyó a Santiago, donde fue apresado. El móvil del crimen no fue revelado, pero entre las pruebas recogidas por la Policía en la residencia del feminicida se encontró ropa interior presumiblemente perteneciente a la víctima. Ocurrió el 8 de julio en La Romana.

Tenía 34 años. La mató de un machetazo en el cuello su pareja cuando ella compraba en un negocio cercano a su casa. El feminicida se suicidó. Ocurrió el 18 de julio en la comunidad La China, del municipio de Estebanía, Azua.

Tenía 24 años. Murió a consecuencia de los golpes que le habría dado su pareja apenas unos días después de haber dado a luz el hijo de ambos. De acuerdo con los familiares de la víctima, el presunto feminicida raptó al recién nacido cuando la madre se encontraba en estado agónico. Añadieron que la joven era víctima de violencia de género y está sometida al control mediante amenazas del feminicida, quien incluso llegó a prohibirle comunicarse con ellos. El caso recibió escasa atención de los medios. Ocurrió alrededor del 5 de agosto en sector Los Girasoles, Distrito Nacional.

Tenía 24 años. Trabajaba como doméstica. Tenía una hija de ocho años. La mató un hombre que la asediaba constantemente. Su cadáver en estado de putrefacción fue encontrado dentro de un tanque. Había sido denunciada como desaparecida por sus familiares alrededor de un mes antes del hallazgo de su cuerpo. El feminicida negó ser el autor del crimen. El cadáver fue encontrado el 7de agosto en el municipio Bayaguana, Monte Plata.

Tenía 56 años. La mató su expareja golpeándola con un block en la cara y en el cráneo. Tenía tres hijos, a los que, el día de su muerte, había venido a ver a la capital desde Bávaro, donde trabajaba. Se encontró con el feminicida en un hotel de la Zona Colonial, cuyos empleados la encontraron agonizando. Familiares declararon a la prensa que el feminicida acosaba constantemente a su víctima, quien se negaba a retomar la relación. Murió al día siguiente de la agresión. Ocurrió el 18 de agosto en el Distrito Nacional.

Tenía 34 años. La mató a palos su pareja, de quien tenía intención de separarse a causa del maltrato. Tras cometer el crimen, el feminicida hizo explotar un tanque de gas en la casa donde ocurrieron los hechos, resultando con quemaduras que le provocaron la muerte días después. Un familiar de la víctima afirmó que el feminicida era un hombre abusivo y violento que la golpeaba. Quedaron en la orfandad tres hijas dos años, 14 y 20 años. Ocurrió el 19 de agosto en el sector La 40 de Cristo Rey, Distrito Nacional.

Tenía 30 años. Trabajó durante un largo tiempo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). La estranguló su pareja después de golpearla. Una hija de 13 años queda huérfana. El feminicida llamó a familiares de su víctima para decirles lo que había hecho. Allegados de la mujer definieron la relación entre ambos como tóxica. El mismo patrón de abuso se repetía con el hijo de ambos, que murió a los seis meses. Ella le había puesto dos órdenes de alejamiento que no sirvieron para protegerla. Ocurrió el 28 de agosto en el barrio Guachupita, Distrito Nacional.

Tenía 38 años. La mató de siete machetazos su pareja. En la orfandad quedan dos hijos de 10 y 6 años. Al ser apresado, el feminicida pidió «perdón» a la familia de su víctima. Ocurrió el 31 de agosto en Sabana Grande de Boyá, Monte Plata.

Tenía 53 años. Se dedicaba a prestar dinero. La estranguló después de violarla un motoconchista que era uno de sus deudores. El cuerpo de la víctima, que había sido reportada como desaparecida varios días antes, fue encontrado en un cañaveral entre los bateyes Copey e Higüeyana. El hallazgo se produjo el 4 de septiembre, en La Romana.

Tenía 21 años. La mató a puñaladas su expareja, con quien había iniciado la relación cuando apenas llegaba a los 13 años. La víctima había decidido terminar con su feminicida, lo que este se negaba a aceptar. El hombre se habría presentado intempestivamente en la casa de su víctima, con la que discutió. Llevaba consigo el arma homicida, indicio de premeditación. Una menor hermanastra de la joven, que presenció el feminicidio, pidió auxilio para llevar a la víctima al hospital, donde llegó muerta. Ocurrió el 7 de septiembre en Navarrete, Santiago.

Tenía 19 años. La mató de 101 puñaladas su expareja, de la que tenía seis meses separados. Nunca dejó de acosarla. A las advertencias familiares de que debía cuidarse, la joven respondía que no le pasaría nada. El feminicida se personó en la casa de la joven intentando que lo dejara entrar; al no obtener respuesta incendió una de las puertas, obligándola a salir, momento que aprovechó para matarla con saña. Ocurrió el 24 de septiembre en la comunidad Bella Vista, del municipio Nagua.

Tenía 26 años. La mató de una puñalada en la espalda su expareja. El feminicida llamó por teléfono al hermano de su víctima para pedirle que fuera a la habitación de su hermana donde la encontraría muerta. En un mensaje de audio que se hizo viral, el feminicida justificó su crimen diciendo que «del orgullo de los hombres no se abusa». Amenazó con suicidarse, pero no lo hizo. Ocurrió el 27 de septiembre en el sector San Pedro de Higüey, La Altagracia.

Tenía 34. Se dedicaba a la compra y venta de vegetales. La mató a balazos el día de su cumpleaños su pareja y padre de su hija de cuatro años, que presenció el feminicidio. Cometido el crimen, el feminicida abandonó la residencia que ambos compartían y, de acuerdo a testigos, se jactó en el camino de lo que había hecho. Llamó a su abogado para asesorarse respecto a los pasos que debía dar y, acompañado de este, se entregó a la policía. Ocurrió el 7 de octubre en la comunidad de Rancho Viejo, La Vega.

Tenía 18 años. La mató de dos picazos, en la cabeza y en el pecho, su cuñado que la acosaba sexualmente. Tenía una hija de dos años. El marido de la víctima y hermano del feminicida confesó que la joven le había hecho saber lo que estaba sucediendo. «Él en una ocasión intentó estar con ella, pero ella no quería. Ella me llamó para contármelo, y yo lo enfrenté; tuvimos una pelea por eso», dijo a la prensa. Ocurrió el 23 de octubre en Andrés, Boca Chica, Santo Domingo.

Tenía 34 años. La envenenó su expareja, quien se suicidó. En un mensaje de voz enviado a una amiga que circuló después de la muerte de la víctima, esta explicaba las razones por las cuales se había separado del feminicida pese a amarlo «con locura». Revelaba las fallas del carácter de su expareja y confiaba en que el tiempo le haría olvidarlo. Había iniciado una nueva relación con un hombre al que, dice, aprendería a amar. Insistía en que debía pensar en su futuro y en el de sus hijos, que no tenía asegurado junto al feminicida. Ocurrió el 28 de octubre en la comunidad La Aviación, Higüey, La Altagracia.

Tenía 46 años. Era enfermera y trabajaba para el Servicio de Emergencia 911, además de participar en un programa de radio con dos de sus hijos. La mató a puñaladas su pareja, quien tras el feminicidio habría escapado hacia Haití. Según una hermana de la víctima, esta le había confesado que el feminicida practicaba ritos «satánicos», por lo que le aconsejó terminar la relación. Ocurrió el 24 de octubre en Manzanillo, Montecristi.Tenía 46 años. Era enfermera y trabajaba para el Servicio de Emergencia 911, además de participar en un programa de radio con dos de sus hijos. La mató a puñaladas su pareja, quien tras el feminicidio habría escapado hacia Haití. Según una hermana de la víctima, esta le había confesado que el feminicida practicaba ritos «satánicos», por lo que le aconsejó terminar la relación. Ocurrió el 24 de octubre en Manzanillo, Montecristi.

Tenía 18 años. La mató a balazos su pareja, de quien había tomado la decisión de separarse. Horas antes, el feminicida publicó un mensaje en su cuenta de Facebook dirigido a ella donde la llamaba «mi refugio y mi paz». El feminicida se suicidó. Ocurrió el 28 de octubre en sector El Limonal, municipio de Sabana Larga, San José de Ocoa.

Tenía 21 años. La estranguló su expareja, en la habitación de un hotel, a donde la citó con el pretexto de entregarle un dinero para sus hijos. Días antes del crimen le rapó la cabeza y las cejas. Tres niños quedaron en la orfandad. Víctima de constantes maltratos, la joven había obtenido una orden de alejamiento de su agresor. Supuestamente, esta decisión de la víctima habría molestado al feminicida, quien premeditó el crimen. Ocurrió el 31 de octubre en Santo Domingo Este, Santo Domingo.

Eran hija y madre. De la primera no se publicó la edad, la segunda tenía 63 años. Las mató a tiros la expareja de Yulissa, quien tenía tres hijos. Le había puesto una denuncia por violencia de género, pero la retiró a petición de la madre del feminicida. El hombre tenía un historial de maltrato contra otras mujeres. Sus familiares le advirtieron del riesgo de minimizar las amenazas recibidas, pero ella confiaba en que «no le pasaría nada». Yulissa murió al día siguiente de ser baleada. Ocurrió el 3 de noviembre en el sector Buenos Aires, distrito municipal Quita Sueño, Cotuí, Sánchez Ramírez.

Tenía 35 años. Madre de cinco hijos. La mató a palos un hombre con quien tenía una relación circunstancial. El feminicida confesó a la Policía haber asesinado a otras cinco mujeres en los últimos 29 años. Posteriormente, negó la confesión. En el feminicidio también está implicado un tío de la víctima. Ambos fueron sorprendidos cuando intentaban enterrar el cadáver. El presunto feminicida en serie acumulaba varias fichas policiales. Ocurrió el 6 de noviembre en la comunidad Los Arroyones, Villa Altagracia, San Cristóbal.

Tenía 30 años. La mató a machetazos su pareja, con quien procreó dos hijos. Inició su relación con el feminicida cuando apenas tenía 15 años. Era empleada de una farmacia. La noche anterior, ambos habían festejado el cumpleaños de ella. En las redes sociales son numerosas las fotos del festejo. Allegados afirman que mantenían una relación conflictiva. El feminicida se suicidó. Ocurrió el 16 de noviembre en Ranchito, La Vega.

Tenía 25 años. La mató de una puñalada su expareja. La víctima tenía tres hijos. El feminicida la mató cuando ella fue a buscar a su casa una hija de ambos. La había amenazado de muerte varias veces. Ocurrió el 16 de noviembre en el Ensanche Capotillo, Distrito Nacional.

Tenía 16 años. La mató de dos balazos su expareja en presencia de su hijo de un año y de un hermano de diez. La jovencita había terminado con su feminicida, que intentó presentar su crimen como suicidio. Ocurrió el 18 de noviembre en el barrio Villa Verde, en Santo Domingo Oeste.