Connecticut podría exonerar condenas a personas acusadas de brujería

A lo largo de la historia, muchas personas han sido perseguidas y ejecutadas por supuesta brujería

Los juicios por brujería en Connecticut se llevaron a cabo desde mediados hasta fines del siglo XVII. (Fuente externa)

Décadas antes de los tristemente famosos juicios a las brujas de Salem en Massachusetts, Alse Young fue privada de la vida en el patíbulo en Connecticut, convirtiéndose en la primera persona de que se tenga registro en ser ejecutada en las colonias norteamericanas por brujería.

El secretario del poblado de Windsor registró su muerte el 26 de mayo de 1647, en una entrada de su diario que decía: “Alse Young fue ahorcada”. Young fue la primera de nueve mujeres y dos hombres ejecutados por la colonia de Connecticut por brujería a lo largo de 15 años, un periodo en el que más de 40 personas fueron enjuiciadas por tener vínculos con el diablo.

Ahora, más de 375 años después, historiadores amateurs, investigadores y descendientes de las personas acusadas de brujería y de los que las acusaron están esperanzados de que los legisladores de Connecticut ofrezcan finalmente exoneraciones póstumas.

Aunque esas solicitudes no son nuevas, se han vuelto más sonoras, luego de que muchos apasionados de la genealogía han descubierto que tienen parientes lejanos involucrados en los juicios en Connecticut por brujería, los cuales son menos conocidos.

“Están hablando de cómo esto ha acompañado a sus familias generación tras generación, y les encantaría que alguien simplemente dijera: ‘Hey, esto estuvo mal’”, dijo Jane Garibay, representante estatal de Connecticut, que propuso una resolución de exoneración tras recibir cartas de parientes de octava y novena generación de personas acusadas de brujería. “Y para mí, eso es algo fácil de hacer si le da paz a la gente”.

Otros estados y países han intentado expiar una historia de perseguir personas por presunta brujería. El año pasado, la entonces primera ministra escocesa Nicola Sturgeon emitió una disculpa formal a los aproximadamente 4,000 escoceses, mujeres en su mayoría, que fueron acusados de brujería hasta 1736. De esos 4,000, unos 2,500 fueron ejecutados. Una legisladora escocesa pidió el año pasado indultarlos póstumamente.

En 2022, legisladores de Massachusetts exoneraron formalmente a Elizabeth Johnson Jr., que fue declarada culpable de brujería en 1693 y sentenciada a morir en el punto más álgido de los juicios de Salem por brujería. Se cree que Johnson es la última persona acusada de ser una bruja en Salem cuya declaración de culpabilidad ha sido anulada por los legisladores.

En 2006, el ex gobernador de Virginia Tim Kaine concedió un indulto informal a Grace Sherwood, una partera viuda a quien sus vecinos culparon de arruinar cosechas, matar ganado y generar tormentas, y que subsecuentemente fue acusada de ser una bruja. Con las manos atadas, Sherwood fue arrojada un río para ver si flotaba, lo que presuntamente era un indicio de culpabilidad. Logró liberar sus manos y pasó siete años en la cárcel.

Los juicios por brujería en Connecticut se llevaron a cabo desde mediados hasta fines del siglo XVII. En cada una de las colonias de Nueva Inglaterra, la brujería era considerada un delito que se castigaba con la pena capital. De acuerdo con las leyes más antiguas de la colonia de Connecticut, “cualquier hombre o mujeres (que) sean un brujo, esto es, que tuvieren o consultaren con un espíritu familiar, deberán ser ejecutados”.

Muchos historiadores creen que el temor y la ansiedad entre los colonos ingleses religiosamente estrictos derivó en los juicios por brujería, y hacen notar que la vida era muy difícil, dadas las epidemias, las inundaciones, los inviernos helados y el hambre. Con frecuencia, las acusaciones iniciaban debido a un pleito, o la muerte de un niño o una vaca, o incluso por mantequilla que no podía batirse.

Muchas de las personas ejecutadas por brujería eran madres solteras pobres.

Ese fue el caso de Mary Johnson, una sirviente en Wethersfield, Connecticut, que fue acusada de tener “familiaridad con el diablo”.

Durante años fue torturada por un ministro local, que le dio latigazos hasta que finalmente confesó ser una bruja y reconoció haber tenido “impurezas con hombres”, según Andy Piascik, autor nacido en la ciudad de Bridgeport, que escribió un artículo para Connecticut Humanities, una filial independiente sin fines de lucro del National Endowment for the Humanities, agencia federal de apoyo a las humanidades. Se cree que Johnson fue ahorcada tras dar a luz al hijo que tuvo con un hombre con el que no estaba casada.

“Es importante corregir las injusticias del pasado de forma que aprendamos de ellas y sigamos adelante y no repitamos esos errores”, dijo Joshua Hutchinson, de la localidad de Prescott Valley, Arizona, que investigó su genealogía hasta las personas acusadas de brujería de Salem y es el conductor de “Thou Shalt Not Suffer: The Witch Trial Podcast” ("No sufrirás: el podcast sobre los juicios por brujería").

Hizo notar que incluso en décadas recientes ha habido personas que han sido asesinadas en diversos países porque eran sospechosas de ser brujas o hechiceros.

La escritora Beth Caruso cofundó el Proyecto de Exoneración de los Juicios por Brujería de Connecticut en 2005 para limpiar los nombres de los acusados. El grupo está alentando a las personas que descubrieron a través de investigaciones de genealogía que son descendientes de víctimas a que se pongan en contacto con legisladores estatales de Connecticut y los exhorten a apoyar un proyecto de ley de exoneración.

Saud Anwar, senador estatal de Connecticut que también propuso un proyecto de ley de exoneración, dijo que prevé que algunas personas se rían o se mofen ante la idea de que el Congreso se tome tiempo para limpiar los antecedentes de las personas acusadas de brujería. Pero dijo que los descendientes están sintiendo ciertas “cosas serias”, entre ellas un elector que solicitó la resolución.

“Su deseo fue que, si hubiera una forma de darle una especie de cierre a las familias”, señaló Anwar, “esa sería una forma en la que él podría decir que ha hecho su parte, a pesar de que sus ancestros podrían no haber hecho lo correcto”.

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