EEUU: ¿Quién merece crédito por descenso de viruela símica?

Los casos de viruela símica comenzaron a surgir en Europa y Estados Unidos en mayo, en agosto se declaró una emergencia de salud pública

ARCHIVO - Una asistente médica prepara una jeringa con la vacuna contra la viruela símica para un paciente en una clínica de vacunación. (AP)

Hace menos de seis meses, la viruela símica era una crisis sanitaria en expansión. La que había sido una enfermedad poco conocida de África se extendía rápido por las comunidades gay de Europa y Estados Unidos. Escaseaban valiosas dosis de una vacuna que no se había probado. Funcionarios internacionales declararon emergencias sanitarias.

En la actualidad, los reportes de nuevos casos han disminuido a unos pocos en Estados Unidos. Funcionarios sanitarios están cesando las movilizaciones de emergencia. Parece que la amenaza prácticamente ha desaparecido de la consciencia del público.

“Estamos en una situación notablemente distinta”, dijo el doctor William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Vanderbilt. “Es realmente impresionante cómo ese pico ha disminuido a niveles muy, muy bajos”.

Entonces, ¿quién merece el crédito? Es una pregunta aún no resuelta, pero los expertos citan una combinación de factores.

Algunos elogian a las autoridades de salud. Otros dicen que se le debería dar más crédito a los miembros de la comunidad gay y bisexual, que implementaron sus propias acciones para reducir la propagación de la enfermedad cuando la amenaza se tornó más evidente. Algunos se preguntan si las características del propio virus tuvieron algo que ver.

“Es una historia con diversas variables”, en la que algunas cosas pudieron haber resultado mejor, pero otras resultaron bien, dijo el doctor Tom Frieden, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Los casos se disparan y luego disminuyen

La viruela símica o viruela del mono es una enfermedad inusual causada por la infección con un virus de la misma familia que el de la viruela. Es endémica en ciertas zonas de África, en donde la gente se ha infectado a partir de mordeduras de roedores o animales pequeños, pero se desconocía que se podía propagar con facilidad entre los seres humanos.

Los casos de viruela símica comenzaron a surgir en Europa y Estados Unidos en mayo, sobre todo entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Se incrementaron rápidamente en decenas de países en junio y julio, aproximadamente en los días en que se llevan a cabo los eventos del orgullo gay. Pocas veces las infecciones eran mortales, pero muchas personas sufrieron dolorosas lesiones cutáneas durante semanas.

A finales de julio la Organización Mundial de la Salud declaró una crisis sanitaria internacional. En agosto, Estados Unidos declaró una emergencia de salud pública.

Poco después, el brote empezó a disminuir. El promedio diario de casos nuevos reportados en territorio estadounidense pasó de casi 500 en agosto a unos 100 en octubre. En la actualidad hay menos de cinco casos nuevos en Estados Unidos al día, y en Europa se ha visto una disminución similar.

Los expertos dicen que es probable que la situación se haya revertido debido a una combinación de factores.

Las vacunas

Las autoridades de salud tuvieron pronto un motivo de alivio: Una vacuna existente de dos dosis llamada Jynneos, desarrollada para combatir la viruela, también fue aprobada para combatir la viruela símica.

En un principio sólo había unos miles de dosis disponibles en Estados Unidos, y la mayoría de los países no tenían ninguna. Debido a retrasos en los envíos y a las regulaciones, algunos departamentos sanitarios locales no pudieron satisfacer la demanda de vacunas.

En agosto, funcionarios sanitarios estadounidenses decidieron estirar al máximo el limitado suministro, aplicándole a la gente sólo una quinta parte de la dosis normal. El plan requería administrar la vacuna con una inyección subcutánea, no en el tejido más profundo.

A algunos profesionales de la salud pública les preocupaba que se tratara de una decisión de gran magnitud sustentada en una investigación pequeña: Un solo estudio de 2015. Sin embargo, desde entonces los CDC han confirmado que la vacuna presenta el mismo desempeño con los dos métodos.

“Los criticaron por la estrategia de dosis modificadas, pero fue una buena decisión”, dijo Frieden, en la actualidad presidente de Resolve to Save Lives, un organismo sin fines de lucro enfocado en prevenir epidemias.

Sin embargo, los casos ya habían empezado a disminuir para cuando el gobierno hizo el cambio.

Difusión en la comunidad

La actual directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, citó las iniciativas para capacitar a los doctores sobre cómo diagnosticar y atender mejor la viruela símica. Otros expertos dijeron que fue incluso más importante la divulgación entre los hombres gay y bisexuales sexualmente activos que más corrían riesgo.

En los primeros meses del brote, el gobierno fue cuidadoso de no centrar sus advertencias con demasiado empeño en los hombres gay y bisexuales por temor a estigmatizarlos, y al hacerlo, socavar los intentos por identificar las infecciones. De hecho, en noviembre la OMS cambió el nombre de la enfermedad en inglés de monkeypox a mpox con el fin de reducir la estigmatización.

“Se mostraron un poco discretos con respecto a la población más afectada”, dijo Schaffner

Muchos dicen que activistas por los derechos de las personas homosexuales y organizaciones comunitarias se abocaron a llenar ese vacío, y rápidamente ofrecieron educación y asistencia con franqueza. En una encuesta en línea realizada en agosto, muchos hombres que sostienen relaciones sexuales con hombres reportaron que estaban teniendo menos encuentros sexuales y parejas debido al brote.

“En realidad, el éxito se debe a las actividades comunitarias”, dijo Amira Roess, profesora de epidemiología y salud global de la Universidad George Mason. Líderes de la comunidad gay “se responsabilizaron de participar cuando la respuesta del gobierno realmente faltaba”, de forma tal que recordó lo sucedido durante la lenta respuesta del gobierno a la epidemia del VIH/SIDA en la década de 1980, señaló.

Entre esas iniciativas estaba RESPND-MI: Estudio Epidemiológico Rápido de la Prevalencia, Redes y Demografía de la Infección por Viruela Símica, por sus siglas en inglés. Esa organización subvencionada estableció un sistema de mensajes sobre la transmisión y la prevención del virus, efectuó una encuesta sobre síntomas de la viruela símica —la cual estuvo encabezada por la comunidad_, y mapeó las redes sociales y sexuales de las personas homosexuales y transgénero de la ciudad de Nueva York.

Nick Diamond, un líder de la iniciativa, dijo que la respuesta gubernamental mejoró sólo después de que activistas gay presionaran a los funcionarios y se encargaran de buena parte del contacto con la comunidad y la educación.

“Muchos activistas del VIH sabían que dependería de nosotros iniciar una respuesta frente a la viruela símica”, dijo.

Pero Diamond también hizo notar otro posible motivo de la disminución de casos: La propagación de la viruela símica en las celebraciones LGBTQ en junio —sumada a la falta de pruebas diagnósticas y vacunas— probablemente contribuyeron al aumento de julio. “Después de los eventos del Orgullo, muchas personas resultaron sintomáticas tras haber tenido contacto cercano”, relató. Padecieron ampollas y costras, con lo cual transmitieron un mensaje claro a otros hombres en riesgo de que el virus era un peligro muy real.

Biología o comportamiento

Hay explicaciones posibles que tienen que ver más con la biología que con el comportamiento.

El número de nuevas infecciones podría haberse visto limitado por incrementos en la inmunidad que se adquiere tras infectarse, y que habrían presentado hombres activos en las redes sociales que alimentaron el brote, afirmaron científicos de los CDC en un informe reciente.

Investigaciones previas han dejado entrever que podría haber límites en cuántas veces el virus de la viruela símica se propaga de una persona a otra, recalcó Stephen Morse, virólogo de la Universidad de Columbia.

“En esencia, el virus de la viruela símica pierde fuerza tras un par de rondas entre los humanos", señaló. "Todos le dan crédito a las intervenciones, pero no sé cuál es realmente la razón”.

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