¿Qué es la formación continua y por qué es imprescindible en todo entorno laboral?
Es importante actualizar nuestras habilidades y conocimientos a largo de la vida
En nuestra vida nos podemos plantear uno de estos tres objetivos: encontrar un trabajo, conservarlo o progresar en él. En la actualidad, tener un título universitario o formación profesional no siempre es suficiente para conseguir los objetivos anteriores. ¿Qué nos puede ayudar? La formación continua: nuestro deseo de actualizar nuestras habilidades y conocimientos a largo de la vida.
En España, en el año 2022, un 13,5 % de hombres y un 17 % de mujeres en edad de trabajar participó en alguna actividad de formación permanente. Muy por debajo de Suecia, donde estos porcentajes fueron del 29,4 % y del 43,2 %, respectivamente.
Por desgracia, la formación no siempre produce resultados inmediatos y eso favorece que se abandone demasiado pronto. En este artículo queremos recordar los beneficios de la formación continua para que no dejemos escapar ninguna oportunidad. No hay que olvidar que más del 75 % de las empresas de la UE tiene problemas para conseguir trabajadores con las capacidades adecuadas.
1. Adaptación a un entorno laboral cambiante
Con la aparición de la inteligencia artificial hemos empezado a asumir que muchos empleos desaparecerán y otros cambiarán. Según estimaciones del Parlamento europeo, 14 % de los empleos son automatizables y un 32 % puede sufrir cambios sustanciales.
Piense, por ejemplo, en un mecánico especializado en la reparación de coches de gasolina que se capacita para reparar vehículos eléctricos. Sin duda, la formación le hará ser más competente. Los talleres de mantenimiento y reparación de coches eléctricos querrán contratarlo. Sus posibilidades laborales se ampliarán. Pero ¿qué pasará si los coches eléctricos son sustituidos por una nueva tecnología? ¿Conservará su empleo?
2. Mejora de habilidades
La formación continua mejora nuestras habilidades para hacer tareas nuevas y diferentes. Imaginemos un chef experto en cocina mediterránea que, un día, decide hace un curso de cocina étnica. Seguramente, tras la formación, podrá ampliar las opciones de menú de su restaurante y atraer una clientela más diversa.
3. Aumento de la empleabilidad
Normalmente, las empresas valoran más los candidatos comprometidos con la formación. Las personas que invierten en formación tienen más posibilidades de encontrar empleo. Un estilista de belleza que asiste a seminarios sobre las últimas tendencias en cortes de pelo y maquillaje lo tendrá fácil para encontrar un taller interesado en contratarle. Ese estilista tiene mucho que ofrecer a los clientes del salón.
4. Mejora de la productividad
Los profesionales bien formados son más eficientes en sus tareas. Contribuyen de manera más significativa al éxito de sus empresas. Es el caso, por ejemplo, de un electricista que se mantiene al día de la normativa de seguridad eléctrica. Seguramente, ese electricista trabajará de manera más segura y eficiente. Con la formación, él gana y su empresa también.
5. Actualización de conocimientos
En campos como la medicina, la tecnología o el derecho, mantenerse actualizado es fundamental para ofrecer un servicio de calidad y evitar riesgos. Un médico que asiste a conferencias médicas anuales recibe información de nuevos tratamientos y curas. Sin estos conocimientos difícilmente será un buen profesional.
6. Promoción profesional
La formación continua puede ser también el camino hacia puestos de trabajo de mayor responsabilidad y mejores salarios. Este puede ser el caso de una empleada de ventas que, después de completar un programa de formación en gestión, es ascendida a directora de ventas.
7. Fomento de la innovación
Si apostamos por la formación continua, mejorará nuestra capacidad para resolver problemas. La formación continua estimula el pensamiento crítico y la creatividad.
Un diseñador gráfico que conoce las últimas tendencias en diseño puede proponer ideas innovadoras y creativas para una campaña publicitaria. La empresa le valorará mejor y, al mismo tiempo, se beneficiará de sus ideas. Es una relación en la que todos ganan.
8. Creación de redes y colaboración
Los programas de formación continua son una oportunidad para conocer otros profesionales. De esta conexión pueden surgir colaboraciones y oportunidades laborales.
Un abogado que participa en un curso de derecho internacional puede establecer una red de contactos con colegas de otros países y colaborar en casos internacionales.
9. Resiliencia frente a crisis
En tiempos de crisis económicas, los trabajadores con una sólida formación continua están mejor preparados para enfrentar la incertidumbre. Por ejemplo, un arquitecto que decide formarse en diseño sostenible. En una crisis del sector inmobiliario, su experiencia en diseño ecológico le puede colocar en una posición ventajosa en relación a otros arquitectos. Es lo que pasó tras la crisis financiera de 2008, cuando muchos arquitectos se vieron obligados a reinventarse.
10. Satisfacción personal y profesional
La formación continua también nos puede ayudar a sentirnos más satisfechos en el trabajo y seguir nuestras pasiones. Pensemos, por ejemplo, en una fotógrafa autodidacta que se forma para aprender nuevas técnicas de fotografía artística. Si tras la formación es capaz de crear obras más creativas su satisfacción aumentará.
La formación continua es esencial en el entorno laboral actual. Nos proporciona herramientas para adaptarnos, crecer y sobresalir en nuestras carreras. También contribuye al éxito y la innovación en las empresas. Los ejemplos que hemos compartido están pensados para invitar a la refelxión. Ilustran cómo la formación continua puede impactar positivamente en la vida laboral de profesionales de diferentes sectores y perfiles.
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