Bosch, Cayo Confites, Luperón, Junio del 59 y Caracoles
Juan Bosch y la lucha antitrujillista
Cuando el Aurora, la embarcación que navegaba en busca de la costa noroeste de la isla Española repleta de expedicionarios que se habían entrenado en un cayo adyacente a la provincia de Camagüey (Cuba), con la finalidad de liberar a los dominicanos de la dictadura de Trujillo. Ya en alta mar el Aurora fue interceptado por una fragata de la armada cubana en octubre de 1947. Entre otros dirigentes del exilio dominicano en Cuba, además de Juan Bosch, Virgilio Mainardi Reyna, Juan y José Horacio Rodríguez, Ángel Miolán, y Jimenes Grullón; también estaba el cubano Fidel Castro que se había integrado a la expedición que conocemos hoy como “Cayo Confites”.
La expedición de Cayo Confites se organizó a instancias de don Juan Rodríguez con el objetivo de derrocar la dictadura de Trujillo. El liderazgo y entusiasmo de don Juan Rodríguez sedujo a destacados jóvenes del exilio antitrujillista como Juan Bosch, Juan Isidro Jimenes-Grullón, Horacio Julio Ornes y Miguel Ángel Ramírez Alcántara.
Los expedición partió de Cayo Confites el 21 de septiembre de 1947 y unos días después el Aurora fue interceptado por una fragata cubana que les obligó a retornar, prisioneros, al campamento militar de Columbia cerca de La Habana.
Trujillo, dice Bosch, habría logrado comprar a Genovevo Pérez, jefe del ejército cubano; y, en “Cayo Confites y la lucha contra Trujillo”, cuenta: “Después del fracaso de Cayo Confites encontramos a Genovevo Pérez en una playa que hay cerca de La Habana llamada Guanabo, y le dijimos: “Por ahí se dice que Trujillo te dio medio millón de pesos para que hicieras fracasar la expedición de Cayo Confites. ¿Qué hay de eso?”; y [Pérez] respondió: “Oye, si yo no meto la mano en ese lío para que ustedes no fueran a Santo Domingo a esta hora estarían todos muertos porque Trujillo estaba esperándolos para acabar con todos”. “¿Cómo convenciste a Grau para que te dejara hacer lo que nos hiciste?”, […]. “Le dije lo mismo que estoy diciéndote, que no iba a quedar uno vivo porque Trujillo estaba muy bien preparado” (Obras completas, t. X p.256).
Desde ese otoño de 1947, Bosch tomó conciencia de que toda expedición armada contra Trujillo estaba condenada al fracaso pues era imposible desembarcar por sorpresa en las playas dominicanas sin que la red de espías de Trujillo en el Caribe no le informara; el fracaso de Cayo Confites marcó tan profundamente a Bosch que se negó a involucrarse en la organización de la expedición de Luperón, organizada y financiada también por don Juan Rodríguez dos años después del fracaso de Cayo Confites.
De la fracasada expedición de Luperón sobrevivieron Horacio Julio Ornes, Tulio Arvelo y José Rolando Martínez Bonilla. Fracaso que, en 1959, cuando el Movimiento de Liberación Dominicana organizó y lanzó, por aire y mar, la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo en junio de 1959, Bosch no pudo evitar recordar, además del fracaso de Cayo Confites, el de Luperón.
Es extraño que muchos que conocían la opinión de Bosch respecto a las incursiones militares a República Dominicana puedan escribir que Juan Bosch había prometido su apoyo a Francis Caamaño para que se aventurara en una guerra de guerrillas. Por absurdo que parezca la idea de que Bosch no le cumplió a Caamaño sigue su camino sin que nadie se detenga a leer lo que el mismo Bosch ha escrito de sus relaciones con el héroe de Abril de 1965.
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