¿Sabía Israel del ataque de Hamás? Los israelíes culpan a Netanyahu
Reclamos al gobierno (tercera parte)
Los ataques de Hamás tomaron por sorpresa a Israel, pero lo cierto es que algo se sabía y los israelíes culpan al gobierno de todo lo que ocurrió.
Cuando uno pulula por Israel, puede llegar a olvidar que está en un país en guerra, por su belleza y su infraestructura de primer mundo. La realidad, sin embargo, te ubica de inmediato.
No me será fácil olvidar el sonido de los aviones de combate, el zumbido de los drones de guerra, los celulares que desatan alarmas de misiles y el vaivén de personas armadas con fusiles de asalto. Eso ubica a uno al instante.
Estábamos en medio de una entrevista en la zona del festival Nova, donde ocurrió la mayor matanza el 7 de octubre a manos de Hamás, y de momento ¡BUM! Un cañonazo de la artillería israelí sacudió a todos. Cerca de allí, en el kibutz Nir Oz, se escucha el zumbido de un drone, dos F-16 lo flanquean y pum, pum, pum, pum, cuatro misiles fueron lanzados, seguidos de un tra tra tra tra de ametralladoras.
Esos son los sonidos de la guerra, de la de verdad, no de la que vemos en las películas. Y esa guerra real en la Franja de Gaza le ha costado la vida hasta ahora a sobre 30,000 gazatíes y otros cientos de soldados y rehenes israelíes, un drama humano que provoca grima y que ha sacudido a la sociedad israelí, que exige al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu explicaciones por haber permitido los sangrientos ataques del 7 de octubre.
¿Sabía el gobierno?
La mayor rabia en Israel se concentra en el gobierno. La gente se pregunta cómo el país más seguro del mundo pudo ser “sorprendido” por un ataque de una escala tan grande como la que logró Hamás el 7 de octubre.
Pues lo cierto es que el gobierno sí sabía e ignoró las señales.
En Israel se ha hecho público que los servicios de inteligencia dieron alerta de que algo grande se cocinaba, pero Netanyahu, sumido en una crisis política por su pretensión de desbalancear los poderes constitucionales y hacerse con más control sobre los tribunales que podrían meterlo preso por corrupción, decidió no abrir el frente gazatí, lo cual acabó en el peor ataque jamás vivido en Israel. Además, el diario The New York Times publicó que Israel permitió secretamente a Catar enviar millones de dólares al mes a Gaza, porque creían que un Hamás fuerte podía comprar la paz, lo que obró en contra y acabó por apuntalar la fuerza del grupo islamista para su ataque.
Presionado por esa realidad, Netanyahu decidió atacar a Hamás con todo, una medida que la población respalda, pero que no ha aplacado su deseo de que el polémico político rinda cuentas.
“Aquí la gente culpa al gobierno de que esto haya pasado... Exigen fijar responsabilidades... Hay estupor, rabia y decepción”, asegura el abogado y periodista israelí, Matías Sakkal.
Los secuestrados
Ese sentimiento de fijar responsabilidades se hace sentir por todos lados en Israel. Las protestas son permanentes y los actos para exigir el regreso de los secuestrados son constantes.
El 7 de octubre Hamás se llevó 240 personas. Hoy quedan 134 bajo su poder, de los cuales 31 están muertos. Conscientes de la importancia que tiene para el Judaísmo el concepto de dar sepelio a una persona y para usarlo como trofeo, Hamás también se llevó cadáveres a Gaza, pues los israelíes le son útiles vivos o muertos para intercambios.
En Israel se sienten ultrajados porque el famoso muro, el “Iron Dome” y toda la tecnología bélica y de inteligencia no pudieron impedir que esas 240 personas, entre ellos mujeres, ancianos y niños, fueran arrastrados al corazón de Gaza.
“Mis dos hijos estaban compartiendo un día de familia y acabaron allí, ¿cómo es posible que pasó esto? Alguien tiene que explicarlo y traerme a mis hijos de vuelta”, reclama Itzik Horn, un judío de origen argentino que vive con la angustia de tener a sus hijos Iair y Eitan secuestrados.
Israel no se irá de Gaza
“Tienen que traerlos a casa, me cuesta creer que no pueda volverlos a ver”, dice ahogada en llanto Yifat Zailer , a quien Hamás le llevó a la familia entera de su prima Shiri Bibas, incluyendo sus dos bebés, Kfir y Ariel.
Las teorías del pueblo
Como toda situación extrema, los ataques del 7 de octubre han desatado algunas teorías de conspiración, con la figura de Netanyahu en el centro.
La más sonada asegura que el primer ministro sabía del ataque y dejó todo correr para despistar su mala situación personal. Buscaría acabar como héroe, de manera que alejara la posibilidad de caer en la cárcel. Lo que ocurre es que la justicia israelí acusó a Netanyahu de fraude, soborno y abuso de confianza. El proceso inició en 2020 y se suspendió tras los ataques de Hamás, pero se retomó en diciembre pasado, por lo que el primer ministro deberá enfrentar la justicia en medio de la guerra que ordenó.
“No me importa si va a la cárcel por corrupto o por negligente, pero aquí el responsable de toda esta tragedia es Benjamin Netanyahu y es él, Bibi (como le dicen a él en Israel) quien tiene que pagar lo que hizo”, afirma Yousef, un joven israelí que no falta a una de las manifestaciones a favor de los secuestrados que se realizan en Tel Aviv cada sábado, porque perdió un amigo y tiene otro secuestrado.
Eso es lo que sienten en Israel.
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