Ellas se llamaban...
De los 23 feminicidios perpetrados entre enero y marzo, 11 ocurrieron en este último mes
Esta historia es parte del especial “Ellas se llamaban...” de Diario Libre, realizado por Margarita Cordero.
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Feminicidios: 23 mujeres asesinadas de enero a marzo
En lugar de disminuir, los feminicidios aumentaron un 76.92% en el primer trimestre del año comparado con igual período del 2020. Veintitrés mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas entre enero y marzo pasados; trece anteriores como referente. Hay algo sombrío en contar de esta manera a las mujeres muertas, varias de ellas niñas; en convertirlas en estadística. Casi con toda seguridad, si pudieran hacerlo, ellas levantarían sus puños en protesta contra este definitivo despojo de su humanidad.
Pero las estadísticas son necesarias para trazar políticas públicas mínimamente eficientes. El pasado 12 de marzo, el Ministerio de la Mujer y la Oficina Nacional de Estadística (ONE) dieron a conocer los nuevos sistemas de información digital sobre violencia de género. El objetivo es “poner a disposición de la sociedad y de los entes responsables del diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas informaciones de carácter oficial sobre la violencia contra las mujeres a nivel nacional, a fin de que se constituya en un insumo trascendental para la toma de decisiones basadas en la evidencia”.
En enero, el Ministerio de la Mujer presentó, junto con el presidente Luis Abinader, el Plan estratégico para una vida libre de violencia para las mujeres y las niñas, una propuesta integral que aborda críticamente las prácticas culturales que disparan la violencia de género, así como las falencias de un sistema de protección que hasta hoy no ha cumplido su papel de preservar la vida de las mujeres en situación de riesgo.
Pero está sobradamente estudiado que los avances en la disminución de la violencia de género, que tiene al feminicidio como expresión extrema, requieren de la transversalidad de las políticas de género. Son muchos los actores implicados. Sin una coordinación efectiva del Gobierno y el Estado, los esfuerzos del Ministerio de la Mujer serán una gota de agua en el desierto.
Que en lugar de disminuir los feminicidios crezcan de un año a otro, es un claro síntoma de que esta transversalidad sigue siendo meramente un buen propósito que no se ejecuta. Marzo, el mes donde las instituciones estatales y gubernamentales llenan los medios y las redes sociales de mensajes, fue el mes de mayor número de feminicidios en el trimestre. Es como si la violencia contra las mujeres estuviera burlándose de la vaciedad del discurso público.
Ella se llamaba María Cristina Encarnación Montero
Tenía 27 años. Deja una niña huérfana. La mató su pareja a puñaladas, tras inmovilizarla apretándole el cuello. Se habían separado y ella se negaba a la reconciliación, confesó el feminicida. Apercibida de lo ocurrido, una multitud impidió que el feminicida escapara. María Cristina fue la primera víctima de feminicidio del año. Ocurrió en Sosúa, Puerto Plata, el 1 de enero.
Ella se llamaba Urbina Medina González (Goya)
Tenía 65 años. La mató de cinco puñaladas su pareja. De acuerdo con vecinos de la víctima, el feminicida sufría algún tipo de problema de la conducta, por lo que recibía medicación, pero esto no fue comprobado. Ocurrió en Madre Vieja Norte, San Cristo´bal, el 7 de enero.
Ella se llamaba Gueroline Pierre Louis
Tenía 32 años. Su pareja la ahogó en un canal de riego, donde abandonó el cadáver. Vecinos comentaron a la prensa que la noche antes, la víctima había dicho que abandonaría la casa donde residía junto al feminicida porque este la había amenazado de muerte. Ocurrió en el sector La Trinchera, Jarabacoa, el 15 de enero.
Ella se llamaba Yomaira Martínez Aybar
Tenía 14 años. El hombre que la abusaba sexualmente tocó a la puerta de la vivienda, cuando la adolescente abrió, la golpeó con un palo y un arma de fuego hasta desfigurarle el rostro, y terminó aplastándole la cabeza con una piedra. Ocurrió en el barrio La Mosca, Cienfuegos, Santiago, el 24 de enero.
Ella se llamaba Ge´nesis Cricely Arias
Tenía 16 años. Estudiaba el último año de bachillerato. La mató con saña el hombre con el que convivió cuatro meses. Luego de golpearla, la ató y la apuñaló repetidas veces, desmembró el cuerpo y lo ocultó en un tinaco, hecho lo cual salió a caminar por las calles del sector. Veintitrés años mayor, el feminicida maltrataba a la adolescente. Cuando su madre le pidió terminar con la relación, Génesis Cricely le respondió que junto a un joven de su edad no tenía futuro. Ocurrió en el sector Cañada de Guajimía, Santo Domingo Oeste, el 4 de febrero.
Ella se llamaba Dolores Almonte
Tenía 38 años. Deja huérfanos tres hijos, uno de ellos menor de edad. La mató a puñaladas su pareja en el momento en que ella salía a su trabajo. Ocurrió en Pontezuela, municipio de Tamboril, Santiago, el 24 de febrero.
Ella se llamaba Jenny María Reyes Torres
Tenía 28 años. Deja dos hijos en la orfandad, a la escuela de los cuales se dirigía cuando la interceptó su expareja. El feminicida hizo descender a Jenny de la motocicleta en la que viajaba con una amiga y le hizo dos disparos, uno en la cabeza. Ella solo alcanzó a rogarle que no la matara. Ocurrió en el paraje Panano, distrito municipal El Rubio, San José de las Matas, el 15 de marzo.
Ella se llamaba Mayelin Rojas
Tenía 23 años. Deja huérfanos a una niña de cinco años y un niño de tres. La estranguló después de golpearla brutalmente su pareja, con quien apenas tenía un mes de convivencia. El feminicida permanece prófugo. Ocurrió en el sector Los Barrancones, Los Guaricanos, Santo Domingo Norte, el 19 de marzo.
Ella se llamaba Glenys Antonia Abreu Tavarez
Tenía 36 años. Su cuerpo desmembrado apareció dentro de una funda plástica lanzada a un basurero, donde lo encontraron trabajadores de la alcaldía. De ella han dicho los medios que era indigente y dos confesos asesinos insinuaron que era trabajadora sexual. Glenys habría sido asesinada a machetazos en la casa de uno de ellos. Su padre dijo que la víctima dormía “donde la agarraba la noche”. Ocurrió en Santiago el 22 de marzo.
Ella se llamaba Lucesita Parra
Tenía 36 años. La mató su pareja de una puñalada en el pecho. El feminicida alegó que, teniendo el arma en la mano, cayeron al suelo durante una discusión y ella resultó con la herida que le cegó la vida. Todo fue accidental, según su relato. Era la mujer que él “más quería”, declaró a la prensa sin titubear siquiera. Ocurrió en San Francisco de Macorís el 24 de marzo.
Ella se llamaba Lourdes Antonia García Mejía
Tenía 41 años. La mató a tiros su expareja, quien también asesinó a su nuevo compañero. El feminicida esparció gasolina en la habitación donde sus víctimas fueron sorprendidos y le prendió fuego. Una hija de la víctima narró que el feminicida abrió la puerta de la casa con una llave que aún conservaba, rompió a patadas la puerta de la habitación y disparó contra la pareja. Horas después, se suicidó. Ocurrió en Ceiba de Madera, San Víctor, provincia Espaillat, el 28 de marzo.
Ella se llamaba Carmen Milagros Paulino
No se publicó su edad. Era coordinadora de Matemáticas en el Distrito Escolar 03-04 de Baní. La mató a puñaladas su pareja, con quien tenía 25 años de casada. Antes de apuñalarla, intentó estrangularla. Profesor igual que su víctima, sus antiguos alumnos lo recuerdan como un hombre violento y de conducta irrespetuosa y agresiva. El feminicida se ahorcó. Ocurrió en Baní, el 31 de marzo.
El 4 de febrero
Beatriz Morel Félix, de 25 años y embarazada de su quinto hijo, fue atacada machetazos por su expareja en su casa en la comunidad de Los Limones, en la provincia María Trinidad Sánchez.
El 17 de febrero
Una mujer de 55 años, de la que no se publicó el nombre, recibió golpes en la cabeza que le provocaron un trauma craneal y múltiples heridas en el rostro provocadas por su expareja. El frustrado feminicida, identificado como Rogelio Them, se suicidó después de darla a ella por muerta. El asalto se produjo en la casa de la mujer en Nagua, María Trinidad Sánchez.
El 28 de febrero
Vicenta Severino, de 68 años, murió junto a su sobrina Eusebia Muñoz Severino, por los disparos que hizo contra las dos la expareja de la primera. El feminicida se apersonó a la casa de Eusebia en el sector La Palmira, en Yamasá.
El 17 de marzo
Zoila Osoria, trató de evitar que la expareja de su nieta Marimar fuera asesinada por su expareja, resultando muerta y su nieta gravemente herida. Osoria había sido vicealcaldesa de Sanchez, Samaná, donde ocurrió el feminicidio.
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