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Hablan los pilotos

El fin de la temporada ciclónica y la continua debilidad del sistema meteorológico dominicano

Los radares meteorológicos Doppler adquiridos recientemente, altamente promocionados por el Gobierno dominicano y cuya inversión total ronda los 15 millones de dólares, están encendidos, pero casi nadie los usa por falta de entrenamiento o equipos de conexión en tierra y aire

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El fin de la temporada ciclónica y la continua debilidad del sistema meteorológico dominicano
Radar meteorológico Doppler WRS300 diseñado para aeropuertos pero instalado en una loma de Puerto Plata. (FUENTE EXTERNA)

El pasado 30 de noviembre finalizó, como todos los años, la temporada ciclónica para el Atlántico. Con ello, además, finaliza el período de más intensidad convectiva (tormentas) en nuestra región, lo cual es importante para la aviación civil y la seguridad operacional.

  • Nuestro país terminó la instalación de un nuevo radar meteorológico en Puerto Plata, y se prepara para uno nuevo en Santo Domingo y quizás otro en Pedernales, aunque a la fecha es poco el uso que se le ha dado a estos equipos.

Radares meteorológicos

La detección de tormentas se hace mediante una combinación de equipos tanto terrestres como espaciales, los cuales detectan el vapor de agua y las descargas eléctricas dentro de estas.

Los radares meteorológicos, con sus señales Doppler que rebotan de la precipitación y regresan a al radar, son los equipos más efectivos para detectar los rápidos cambios que ocurren dentro de las tormentas, y por ende, sus principales peligros.

Pero hay diferentes tipos de radares meteorológicos con diferentes prioridades. Por ejemplo, mientras un radar meteorológico dedicado a la aviación quizás se enfoque en detectar cambios de viento en altura, o hielo en las nubes, un radar meteorológico más genérico se podría dedicar a detectar riesgos para las personas en tierra o la agricultura.

En los EE. UU. se da esta diferencia entre la red de radares de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA por sus siglas en inglés), denominados NEXRAD, y los radares terminales Doppler de meteorología (TDWR) de la Administración Federal de Aviación (FAA).

Mientras los radares NEXRAD abarcan grandes áreas y se enfocan en peligros para la ciudadanía en tierra, los radares TDWR son exclusivamente de aviación y generalmente están localizados en aeropuertos, enfocados en peligros para la aviación como cizalladura del viento.

Radares dominicanos

Durante años, los pilotos dominicanos estuvieron pidiendo la compra de radares meteorológicos Doppler para la aviación dominicana, pues dada nuestra posición geográfica tropical, nuestro país sufre el azote de grandes tormentas que representan un peligro para la aviación. Pero como mucho de lo que se decide en nuestro país, la compra de dichos equipos no se hizo de manera estratégica, sino más bien de manera artesanal.

Inicialmente, el aeropuerto privado de Punta Cana entró en un acuerdo con el Gobierno para la compra de un pequeño radar meteorológico; este duró unos años en operación y luego salió de servicio.

En 2018, durante la administración del presidente Danilo Medina, el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) decidió comprar un nuevo radar para el Aeropuerto Internacional de Punta Cana.

Se eligió un pequeño radar de aeropuerto hecho en Finlandia de marca Viasala, modelo WRM200, diseñado para la aviación terminal o cercana al aeropuerto. Dicha compra, como muchas en la aviación, no provocó gran interés en la prensa dominicana.

En 2023, luego de una serie de pronunciamientos de pilotos dominicanos en la prensa, el gobierno del presidente Luis Abinader anunció la compra de nuevos radares meteorológicos Doppler a la misma empresa finlandesa, modelos WRS300, también diseñados para ser usados en aeropuertos y enfocados en peligros para la aviación, pero de mayor rango que el WRM200 de Punta Cana.

Pero esta vez el gobierno montó toda una campaña publicitaria dirigida a convencer a la población de que estos radares serían utilizados no solo para aviación, sino también para temas de gestión de riesgo poblacional y hasta de agricultura, cosas para las cuales los radares no habían sido diseñados.

Más sorprendente aún, el primero de estos radares adquiridos por el presente Gobierno fue instalado en la loma Isabel de Torres de Puerto Plata, y no en el aeropuerto Gregorio Luperón de esa provincia.

Esto va totalmente en contra de su misión principal de ser un radar meteorológico para aeropuertos, y no un radar meteorológico para gestión de riesgo poblacional.

Uso de radares dominicanos

Como hemos descrito hasta ahora, los radares meteorológicos dominicanos son para servicio aeronáutico. Pero increíblemente, al día de hoy, a más de 7 años de la compra del primero, mucho del personal aeronáutico del IDAC que debería haber sido entrenado para su uso no lo ha sido.

De igual manera, la interconectividad de las imágenes del radar se ha quedado rezagada, con poco acceso para los controladores de tránsito aéreo, que son quienes deben compartir la información de riesgos meteorológicos a los pilotos en vuelo.

Además, los equipos necesarios para proyectar las imágenes de dichos radares a las aeronaves en vuelo todavía no han sido adquiridos.

Luego de la queja de los pilotos, el IDAC accedió a compartir las imágenes de sus radares meteorológicos casi en vivo, a través de un portal de baja resolución. Dicho portal está tan pobremente diseñado que la mayoría de los pilotos ni siquiera lo usa.

Promesas del IDAC

El presente director del IDAC, Igor Rodríguez Durán, le ha prometido a los pilotos dominicanos que se harán las inversiones para conectar los radares a sistemas de intercambio de data para poder acceder a las imágenes desde la cabina de los aviones, que se harán los entrenamientos necesarios al personal del IDAC, y que se mejorará el portal de internet para que sea práctico su uso.

Esperamos que estas promesas se hagan realidad, pues hasta ahora hemos quedado con una compra de unos 15 millones de dólares, de radares meteorológicos de aviación no posicionados en los aeropuertos donde se supone deben estar, sin entrenamiento del personal, sin los equipos para compartir sus imágenes con los pilotos, y con un portal de internet pobre que nadie sigue.

TEMAS -

Egresado de la licenciatura y maestría en ciencias aeronáuticas de la universidad aeronáutica Embry-Riddle, Daytona Beach, Florida. Se ha destacado como piloto de aerolínea en los Estados Unidos, logrando desempeñarse como capitán de Boeing 767 y 747. Es además presidente y fundador de las organizaciones sin fines de lucro Consejo de Capitanes,  y Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG). Y colaborador de la recientemente creada Pilotos Dominicanos en el Exterior (DPA, por sus siglas en inglés).