¿Es segura la aviación civil? Depende
Los accidentes aéreos no suceden de vez en cuando; se evitan todos los días. La seguridad operacional es un trabajo arduo, constante y caro

El 2025 ha iniciado con la seguridad operacional en la aviación comercial en la palestra pública; una sucesión de accidentes aéreos desde finales de diciembre hasta principios de febrero ha impactado la opinión pública a nivel global.
Comenzó con el Azerbaiyán Airlines 8243 el 26 de diciembre de 2024, de tipo Embraer 190R, derribado en Kazajistán, donde murieron 38 personas. Luego vino el JeJu Air 2216 el 29 de diciembre, un Boeing 737-800 accidentado en Corea del Sur, donde murieron 179 personas. Y más recientemente, el PSA 5342 el 29 de enero de 2025, un CRJ 700 que colisionó con un helicóptero UH-60 Black Hawk del ejército estadounidense, en Washington, DC, causando la muerte de 67 personas.
Fue seguido por el Med Jets 056 el 31 de enero, una ambulancia aérea de tipo Learjet 55, accidentada en Filadelfia, Pensilvania, en la que murieron 7 personas, 6 a bordo de la aeronave y una en tierra.
En un lapso de solo 36 días, el mundo ha sido testigo de cuatro accidentes catastróficos que han tenido como común denominador la particularidad de haber sido captados en video y difundidos en la prensa y las redes sociales. Nunca se habían tenido tantas imágenes de accidentes aéreos en vivo. ¿Significa esto que la aviación internacional va dejando de ser un medio seguro de transporte? Pues la respuesta a esto, desde el punto de vista técnico, es corta: depende.
El sistema de aviación civil internacional mide los niveles de seguridad operacional utilizando diferentes métricas; por un lado, se miden accidentes/incidentes cada 100,000 salidas; por otro, se mide cada millón de salidas.
Este método de análisis establece un porcentaje en base a esa división, el cual es utilizado para medir la mejora o la reducción de la seguridad operacional a nivel global, regional, por país o por aerolínea.
Es aquí donde la ciencia nos responde la pregunta del nivel de seguridad operacional con el "depende". Para algunos, la cantidad de incidentes aéreos recientes en los EE. UU. demuestra que el sistema de aviación en ese país no es tan seguro como se creía, pero dejan de lado que, al mismo tiempo, se ha experimentado un crecimiento exponencial en la cantidad de vuelos comerciales en ese país.
Por lo que, aunque se observen más incidentes, lo importante es evaluar el sistema en base al porcentaje de salidas.
En el reporte publicado a principios de 2024, donde se evalúa la seguridad operacional en la aviación civil internacional para 2023, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), establece que, a nivel global, el porcentaje de accidentes fue de 0.8 por millón de salidas (IATA utiliza el millón de salidas como punto de medida).
Esto equivale a un accidente por cada 1.26 millones de salidas. Una mejoría respecto al año anterior, en el que el indicador fue de 1.23 por millón de salidas. Esto, a su vez, fue una mejora del 1.19 que se promedió en los cinco años anteriores. Pero eso no significa que dicha mejoría sea una realidad en todas las regiones del planeta o en todos los países.
Es aquí donde nos enfocamos en nuestro país, la República Dominicana, que ha tenido una industria aérea nacional dormida por décadas. El formidable crecimiento exponencial que hemos tenido en la industria turística ha sido en las alas de aerolíneas extranjeras.
Desde la desaparición de Dominicana de Aviación en los años 90, la industria aérea nacional ha quedado rezagada y fuera del pastel económico que ha representado la explosión del turismo. Es solo recientemente que hemos observado un nuevo despertar en la aviación nacional, con la creación de aerolíneas dominicanas como Arajet y SKYhigh Dominicana.
Pero este crecimiento rápido en la industria es, a su vez, un reto enorme para las autoridades. La certificación y constante inspección de estas empresas crea un peso enorme en el poco recurso humano especializado con el que cuenta el gobierno dominicano.
Esto se puso en evidencia en diciembre de 2021, y meses después en julio de 2022, cuando vivimos los accidentes de Helidosa (reporte aún sin concluir) y Red Air.
Junto con el rápido aumento en las operaciones de Arajet y SKYhigh, esto llamó la atención de las autoridades estadounidenses y llevó a que al país se le realizara una auditoría especial de seguridad operacional. En aquella ocasión, informamos al gobierno y a los medios que el país no contaba con un robusto sistema de seguridad operacional en la aviación, debido en gran parte al abandono de la aviación nacional antes descrito.
Al final, el país logró aprobar la auditoría. Aunque estructuralmente seguimos débiles, el gobierno poco a poco se enfoca en realizar los cambios necesarios para mejorar los estándares y las aerolíneas siguen a alta velocidad creciendo y añadiendo nuevas rutas. Estamos ante un enorme reto como país, donde debemos empujar para el continuo crecimiento de nuestras aerolíneas y, al mismo tiempo, invertir mucho más en la tecnificación de nuestros equipos y personal gubernamental.