Desde el hotel Trump Ocean Club hasta retomar control del canal, los choques de Trump con Panamá
El presidente electo de EE.UU. ataca a Panamá y amenaza con asumir la administración del paso marítimo
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó el sábado con retomar el control del canal de Panamá, después de quejarse por supuestas tarifas injustas a barcos estadounidenses y la creciente influencia de China en la administración del estratégico paso marítimo, siendo la más reciente amenaza que el republicano lanza contra un país de la región antes de asumir su segundo mandato.
Trump, cuyo segundo gobierno inicia el 20 de enero, deja ver las primeras pinceladas de un nuevo conflicto en el hemisferio, después de amenazar con aumentar los aranceles para México y Canadá, sin mencionar las amenazas que enfrentan los países de América Latina ante sus planes para deportar a los inmigrantes indocumentados hacia sus países de origen y las restricciones a las políticas migratorias de los Estados Unidos.
No obstante, esta no es la primera vez que el nombre del empresario está ligado con una controversia en Panamá, ya que en 2018, en medio de su primer mandato, la primera inversión en América Latina de su conglomerado, se convirtió en un hervidero de quejas por supuestos vicios de construcción y mala gestión por parte de la Organización Trump.
Este primer conflicto en territorio panameño ocurrió por el antes llamado Trump Ocean Club International Hotel & Tower, cuya construcción fue una de las relaciones comerciales más prominentes de Trump en el país y marcaba la entrada de los Trump en el mercado inmobiliario de América Latina.
La torre, de 284 metros de altura y 70 plantas, fue inaugurado en 2011 y usó el nombre Trump y su marca para atraer inversiones.
El empresario Orestes Fintiklis, artífice de la salida de los Trump de la administración del hotel, culpó a la compañía de la caída de ingresos que sufrió el edificio en esos años y se propuso desvincular la marca del establecimiento, a pesar de que el contrato con el conglomerado aún estaba vigente, lo que desencadenó una batalla legal, tanto en Panamá como en un tribunal de Nueva York.
Inicio de los conflictos
Todo se remonta al 2017, cuando el empresario Fintiklis, nacido en Chipre, logró adquirir 202 de las 369 unidades del hotel.
Tras conseguir la mayoría de las acciones del negocio en agosto de ese año, Fintiklis y su empresa Ithaca Capital Partners iniciaron la batalla para arrebatarle el control de la torre a la Organización Trump, que nunca fue dueña del edificio, pero un contrato, firmado décadas antes de los incidentes con el chipriota, establecía que el conglomerado administraría la torre hasta por lo menos 2031.
Los Trump aceptaron la transacción con la condición de que Fintiklis no interfiriera con su gestión del hotel, mientras el empresario declaraba su deseo de trabajar con la organización.
Meses después Fintiklis ejecutó su plan: organizó una reunión con los titulares de unidad, según una publicación de Estrategia y Negocios de ese momento, los Trump indicaron que de manera engañosa el empresario dijo que se trataba de una convivencia social, pero en realidad se realizó una votación para declarar un incumplimiento por parte de los Trump en su acuerdo administrativo.
El empresario interpuso demandas en las que acusaba al negocio familiar de los Trump y a la Organización Trump de mala gestión del hotel y buscó mediación para retirar a la familia de la administración.
En ese momento los Trump criticaron las acciones Fintiklis y aseguraron que sus esfuerzos judiciales demostraron que nunca tuvo la intención de cooperar y que había estado planeando el ataque desde el principio.
En el documento presentado ante un tribunal de Panamá, el empresario tachaba de "pésima" la gestión del hotel por parte de los Trump y denunciaba "violaciones materiales" del contrato de administración, además, indicaba que las obligaciones fiduciarias habían hecho que las ganancias se desplomaran y el estado del edificio se deteriorara.
El empresario también aseguró que las declaraciones del entonces presidente sobre cuestiones de inmigración hicieron que su marca fuera perjudicial en Latinoamérica.
"El hotel prácticamente ha estado vacío", se mencionó en el documento, una afirmación que los Trump negaron.
Altercados en 2018
En febrero de 2018, la policía de panameña acudió por lo menos en cuatro ocasiones a la torre, en medio de la disputa por el control del hotel, ubicado en el malecón de Panamá. Los altercados ocurrieron después de que los condóminos votaran a favor de retirar la marca Trump del inmueble y despedir a su compañía de la administración.
Uno de los altercados tuvo lugar durante la entrega de los avisos de terminación a los empleados panameños de los Trumps. En ese momento el personal de la organización rechazó la notificación y llamó a la policía, mientras se atrincheraban en una habitación de seguridad.
En marzo de 2018, el conflicto llegó a su punto álgido cuando Fintiklis, con el respaldo de la mayoría de los propietarios, tomó control del hotel y consiguió retirar de la icónica fachada del hotel el apellido del magnate neoyorquino, el según alegaba perjudicaba el establecimiento.
La retirada de las cinco letras del apellido del presidente número 45 de los Estados Unidos fueron retiradas después de que agentes judiciales y de la policía informaron a los empleados de la Organización Trump que debían abandonar las instalaciones, debido a que habían perdido la gestión de la propiedad.
El nombre “Trump” no solo fue eliminado del edificio, sino también de todas las operaciones comerciales.
Posteriormente, el hotel pasó a llamarse The Bahia Grand Panama y más tarde fue adquirido por Marriott International, que lo renombró como JW Marriott Panamá.
La disputa marcó uno de los episodios más mediáticos y polémicos relacionados con la marca Trump en el sector hotelero internacional.
Nuevas tensiones a la vista
Ahora la relación de Trump con Panamá vuelve a tomar un giro sombrío después que el presidente electo amenazara con exigir que Washington retome el control del canal de Panamá.
El próximo mandatario de EE.UU. criticó lo que describió como tarifas injustas a barcos estadounidenses para pasar por el canal de Panamá y denunció una creciente influencia de China en el canal, una situación preocupante que amenaza los intereses de su país, ya que los negocios estadounidenses dependen del canal para transportar bienes entre los océanos Atlántico y Pacífico.
"Era exclusivamente para que Panamá los administrara, no China ni nadie más", "¡Nunca dejaríamos ni dejaremos que caiga en malas manos!", dijo Trump haciendo referencia al traspaso de control del gobierno de Jimmy Carter a Panamá, firmado en 1977 y completado en 1999.
Si Panamá no puede garantizar una "operación segura, eficiente y confiable" del canal, "entonces demandaremos que nos devuelvan el canal de Panamá en su totalidad y sin lugar a dudas", añadió el republicano.
La amenaza de Trump encontró respuesta en el presidente panameño, José Raúl Mulino, quien afirmó que el canal interoceánico "es panameño y lo seguirá siendo".