El Tribunal Supremo de EE.UU. se prepara para mediar en la guerra a las píldoras abortivas
La píldora mifepristona se usa en casi la mitad de los abortos que se practican en Estados Unidos
El Tribunal Supremo de Estados Unidos celebrará mañana martes una audiencia clave en la guerra que los conservadores han declarado a la píldora abortiva mifepristona y en la que mujeres como Audrey Wrobel reclaman su derecho a decidir sobre sus propios cuerpos sin injerencias externas.
“El Tribunal Supremo debería callarse sus opiniones sobre lo que las mujeres deben o no deben hacer con sus cuerpos”, denunció en una reciente rueda de prensa Audrey Wrobel, una mujer que usó la píldora abortiva mifepristona para acabar con un embarazo no deseado cuando era adolescente.
“Solo nosotras sabemos qué es lo mejor para nuestras vidas, para nuestras familias y para nuestros cuerpos”, añadió con contundencia.
Según Planned Parenthood, una organización que ofrece servicios de salud reproductiva, la píldora mifepristona se usa en casi la mitad de los abortos que se practican en Estados Unidos.
El martes, el Tribunal Supremo escuchará los argumentos de las partes sobre la píldora abortiva mifepristona, autorizada para su uso en Estados Unidos desde 2020, pero cuyo acceso quiere restringir la asociación médica antiabortista Alianza para la Medicina Hipocrática.
El conflicto, específicamente, se refiere a unos cambios que implementó en 2016 la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que flexibilizó las normas para obtener la mifepristona, permitiendo que se recetara de forma telemática y se enviara por correo, además de dispensarse en farmacias físicas.
Una corte de apelaciones dio la razón a esa organización antiabortista, y ahora la lucha ha llegado al Supremo.
“Reducir y restringir el acceso a la mifepristona pone en peligro la atención sanitaria reproductiva de las pacientes”, explicó en la misma rueda de prensa la directora nacional de Atención y Acceso al Aborto de Planned Parenthood, Jen Castle.
En este sentido, la profesional de la salud apuntó que dicho medicamento “ofrece privacidad y autonomía en una experiencia muy personal”, a lo que añadió que “las personas merecen elegir el método de aborto que mejor se adapte a sus circunstancias, sin vergüenza ni juicios”.
Única vía para abortar en algunos estados
El acceso a la mifepristona también se ha convertido en esencial para algunas mujeres, que no pueden abortar en los lugares donde viven desde que el Tribunal Supremo anulase en junio de 2022 el fallo ‘Roe contra Wade’, que había protegido el aborto a nivel federal desde 1973.
Con el fin de ese precedente judicial, una veintena de estados empezaron a aprobar leyes que prohíben el aborto o lo restringen de manera severa, lo que ha provocado caos y saturación en los centros donde se ofrece ese servicio.
Esa situación afectó personalmente a Wrobel, quien cuando necesitaba abortar se dio cuenta que no podía acceder a una cita hasta dos semanas después, y la clínica más cercana estaba a casi una hora y media de distancia.
Ante esa situación, la píldora abortiva mifepristona se convirtió en su única solución.
El caso de Wrobel, de hecho, no es único. El uso de píldoras ha aumentado considerablemente en los últimos meses y ya se usa en el 63 % de los abortos de 2023 en Estados Unidos, según un estudio publicado por el Instituto Guttmacher, una organización que analiza el estado de los derechos reproductivos.
Esta cifra era del 53 % en 2020, del 39 % en 2017 y del 17 % en 2008, según ese informe.
Tema clave en la contienda por la Casa Blanca
La decisión del Tribunal Supremo no se producirá en la audiencia del martes, sino en junio, coincidiendo de pleno con la campaña de las elecciones de noviembre, en la que el aborto se ha convertido en uno de los principales puntos de fricción entre demócratas y republicanos.
El expresidente Donald Trump (2017-2021), futuro candidato republicano, ha presumido del papel que jugó en el fin de la protección federal al aborto, puesto que colocó en el Supremo a tres de los jueces responsables del fin de ‘Roe contra Wade’, y además ha propuesto prohibir el aborto tras las 15 semanas de embarazo.
En el otro extremo, el presidente Joe Biden, virtual candidato demócrata, ha dejado claro que usará el aborto para movilizar a los votantes independientes que ven con malos ojos que el Gobierno o incluso el Tribunal Supremo interfiera en las decisiones de las mujeres sobre sus propios cuerpos.