El exdiplomático Víctor Manuel Rocha tiene cita en el tribunal de Miami este viernes
Hoy se llevará a cabo la lectura formal de los cargos contra el exembajador estadounidense
Se desconoce si Rocha asistirá a la audiencia
Este viernes se dará lectura formal a los cargos que se le imputan al exdiplomático estadounidense Víctor Manuel Rocha, arrestado en Miami bajo la acusación de servir como espía para Cuba durante 40 años.
Rocha, de 73 años, envió el miércoles un documento al tribunal de Miami (Florida), donde se ventila su caso, en el que se declaraba no culpable y solicitaba no tener que presentarse en la audiencia del viernes, expresando su entendimiento sobre la naturaleza del delito y su derecho a comparecer en esa instancia.
"Entiendo plenamente la naturaleza del delito que se me imputa y el derecho a comparecer en la lectura de cargos. Como lo demuestra mi firma a continuación, por la presente renuncio al procesamiento formal y me declaro NO CULPABLE de la acusación", dijo Rocha en el escrito presentado el miércoles.
A la noche del jueves todavía no se daba a conocer la respuesta del tribunal, por lo que se desconoce si el exdiplomático estará presente o no en la audiencia.
El colombiano, que se hizo ciudadano estadounidense en 1978 y también se nacionalizó dominicano, está acusado de "cometer múltiples crímenes federales al actuar secretamente durante décadas como agente del gobierno de la República de Cuba", según la acusación del Gobierno estadounidense.
Rocha afronta un total de quince cargos por seis delitos, que en conjunto le acarrearían una pena máxima de 60 años de cárcel si es declarado culpable.
El exdiplomático fue arrestado en Miami el pasado 1 de diciembre después de presuntamente confesar sus actividades a un agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que se hizo pasar por otro espía cubano.
Entre 1981 y 2002, Rocha fue empleado del Departamento de Estado de EE.UU. y ocupó varios puestos en las embajadas de Estados Unidos en República Dominicana, Honduras, México, Argentina y Bolivia.
- Según consta en el escrito de acusación, entre 2022 y 2023 hubo tres reuniones entre Rocha y un agente especial del FBI que fingió ser "Miguel", un representante de la Dirección General de Inteligencia de Cuba.
- En esos encuentros, que fueron grabados y se llevaron a cabo en español, el exdiplomático se refirió constantemente a Estados Unidos como "el enemigo" y confesó que su mayor preocupación cuando trabajaba para el Departamento de Estado fue "fortalecer la Revolución" cubana.
¿Súper topo?
Ya en 1987, cuando Rocha llevaba algunos años en su carrera ascendente, Estados Unidos se enteró de que un "súper topo" cubano se había infiltrado en la clase dirigente de Washington, según Brian Latell, exanalista de la CIA.
La información fue proporcionada por Florentino Aspillaga, quien desertó mientras dirigía la oficina de la DGI en Bratislava, ahora capital de Eslovaquia.
Antes de que Aspillaga muriera en 2018, le dijo a la CIA que cuatro docenas de cubanos que reclutó eran en realidad agentes dobles —o "carnadas", en el lenguaje de los espías— cuidadosamente seleccionados por la DGI para penetrar el gobierno de Estados Unidos. Latell agregó que Aspillaga también habló de dos espías altamente productivos dentro del Departamento de Estado.
Aunque Aspillaga no sabía sus nombres, la revelación conmocionó a la CIA.
"Una de las principales revelaciones de Aspillaga fue que el propio Fidel Castro actuaba en gran medida como jefe de espías de Cuba", dijo Latell.
Enrique García, quien desertó a Estados Unidos en la década de 1990, también se enteró de la red clandestina de espionaje mientras dirigía a agentes cubanos en Latinoamérica. Dijo que los documentos que vio, que llevaban marcas de "Top Secret" y del Departamento de Estado, eran tan valiosos que fueron enviados directamente a la residencia de Castro sin pasar por el ministro del Interior, quien supervisaba la DGI.
"No tengo duda que era parte de esa red", reportó García, quien informó al FBI sobre la red de espías hace años.
Jim Popkin, autor de "Code Name Blue Wren" (Nombre clave Chochín Azul), un libro sobre Ana Montes, la funcionaria estadounidense de más alto nivel jamás condenada por espiar para Cuba, dijo que sus fuentes de inteligencia le mencionaron recientemente que el nombre de Rocha estaba en una lista corta de al menos cuatro posibles espías cubanos que estaba en manos del FBI desde al menos 2010. La AP no pudo confirmarlo de manera independiente.
"El FBI conoce a Rocha desde más de una década", agregó Popkin. "Eso fue probablemente lo que despertó el interés que llevó a su arresto años después".
Peter Lapp, quien supervisó los esfuerzos de contrainteligencia del FBI contra Cuba entre 1998 y 2005, dijo que ignoraba si Rocha había estado en el radar del buró. Pero reconoció que, en la jerarquía de la seguridad nacional, Cuba no suele estar en la mente como Rusia, China y amenazas más peligrosas.
En el momento de 2006 en que Rodríguez recibió la información sobre que Rocha espiaba para Cuba, por ejemplo, los investigadores de contrainteligencia estadounidenses estaban ocupados con la guerra de Estados Unidos en Irak, el ataque aéreo que mató a Abu Musab al-Zarqawi, líder de Al Qaeda, y los controvertidos programas de detención e interrogatorios en el extranjero.
"No te ascienden a los altos rangos de la división de contrainteligencia del FBI centrándote en Cuba", dijo Lapp. "Pero es un país que ignoramos bajo nuestro propio riesgo. Los cubanos no sólo son realmente buenos en inteligencia humana, sino que también son expertos en intermediar información para algunos de nuestros mayores adversarios".