Los trabajadores de Mercedes-Benz en EE.UU. inician el proceso para sindicarse
UAW aumenta presión en la industria automotriz
United Auto Workers (UAW) anunció este miércoles que el 30 % de la plantilla de la única planta de montaje de Mercedes-Benz en Estados Unidos ha autorizado iniciar el proceso para que sus trabajadores se unan al sindicato.
El proceso de sindicación es el segundo que se produce en uno de los fabricantes de automóviles alemanes instalados en Estados Unidos desde que UAW consiguiese arrancar a finales de 2023 subidas salariales del 25 % a General Motors (GM), Ford y Stellantis tras seis semanas de huelga.
En diciembre, más de 1,000 empleados de la planta de montaje de Volkswagen (VW) en Chattanooga (EE.UU.), un 30 % de su plantilla, solicitaron sindicarse, lo que inició el proceso público para unirse a UAW.
Tras la conclusión de la huelga el pasado 30 de octubre, el presidente de UAW, Shawn Fain, declaró que su objetivo para los próximos cuatro años era sindicar a los trabajadores del resto de fabricantes de automóviles en Estados Unidos ya que sólo los empleados de GM, Ford y Stellantis pertenecen al sindicato.
La planta de montaje de Mercedes-Benz en Tuscaloosa, en el estado de Alabama, emplea unas 6,300 personas y tiene una producción anual de alrededor de 260.000 vehículos.
La planta produce todocaminos SUV GLE,, GLE Coupé y GLS Maybach así como los vehículos eléctricos EQS y EQE.
UAW señaló en un comunicado que Mercedes ha tenido unos beneficios de 156,000 millones de dólares durante la última década y que en los pasados tres años, las ganancias han aumentado un 200 % con respecto al trienio anterior.
El sindicato también destacó que mientras que los precios de los vehículos que Mercedes vende en Estados Unidos han aumentado un 31 % entre 2020 y 2023, en el mismo periodo, los salarios de los trabajadores de la planta de Tuscaloosa se han mantenido sin cambios.
En respuesta a las cesiones que GM, Ford y Stellantis acordaron con UAW para la firma de sus nuevos convenios colectivos, algunos fabricantes de automóviles, como Tesla y Toyota, han decidido aumentar los salarios de sus trabajadores para restar fuerza al proceso de sindicación en sus centros de trabajo.