Estados Unidos e Irán acuerdan un intercambio de prisioneros y dinero
Estados Unidos exime sanciones y libera fondos para Irán
Pronto deberían llegar unos 6,000 millones de dólares a las arcas iraníes. El Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, informó el lunes 11 de septiembre al Congreso de que la administración eximirá de sanciones a los bancos de varios países para que puedan transferir fondos a Irán.
Los 6,000 millones de dólares corresponden a una factura adeudada por Corea del Sur, uno de los principales consumidores de petróleo iraní. La suma está congelada desde que la administración Trump abandonó el acuerdo nuclear con Irán e impuso fuertes sanciones a Teherán.
El dinero se transferirá al banco central de Catar y se utilizará, según fuentes de Washington, para gastos humanitarios de la República Islámica. Sobre todo, permitirá la liberación de cinco estadounidenses o con doble nacionalidad detenidos en Irán. Cuatro de ellos ya habían abandonado las cárceles iraníes a principios de agosto para someterse a arresto domiciliario, señal de las negociaciones en curso. A cambio, Estados Unidos liberará a cinco iraníes detenidos en su territorio.
Irán podrá destinar entonces estos fondos a compras humanitarias, como alimentos y medicinas.
Todo esto ocurre pocos días antes de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Asistirán los presidentes iraní y estadounidense. Los líderes republicanos denuncian este acuerdo con un país al que consideran terrorista. Y señalan que el anuncio se produce en el aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los expertos consideran que este arreglo, discretamente negociado, refleja una relajación de las tensiones entre Irán y Estados Unidos, sin relaciones diplomáticas desde la Revolución Islámica de 1979.
Sin embargo, no adelantan un posible pacto sobre el programa nuclear iraní de 2015, moribundo desde que Estados Unidos se retirara en 2018 por decisión del entonces presidente, Donald Trump.
Si se materializara en los próximos días, el acuerdo se produciría un año después del inicio de las protestas en Irán por la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini y en vísperas de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, a la que se espera que asista el presidente iraní, Ebrahim Raisi.