Enfermedad de juez demora sentencia de un cabecilla del asalto al Capitolio
Los fiscales han pedido una pena de 33 años para Enrique Tarrio, exlíder nacional de los Proud Boys
La audiencia para sentenciar al exlíder nacional de los Proud Boys, Enrique Tarrio, condenado por orquestar el ataque de la milicia de ultraderecha al Capitolio, fue aplazada hasta el 5 de septiembre debido a que el juez que preside el proceso estaba enfermo el miércoles.
Los fiscales han pedido una pena de 33 años para Tarrio por su papel en la insurrección del 6 de enero de 2021. Es casi el doble de la condena más larga hasta el momento en los cientos de juicios por el asalto.
El juez federal Timothy Kelly, quien no está obligado a aceptar la recomendación de los fiscales, estaba enfermo y no podía presidir la audiencia el miércoles, dijo el servicio de alguaciles federales poco antes del inicio del trámite.
Cuando los Proud Boys se sumaron a los miles de seguidores del presidente Donald Trump que asaltaron el Capitolio en momentos que los legisladores debían certificar el triunfo electoral del demócrata Joe Biden, Tarrio había sido arrestado y expulsado de la capital. Pero los fiscales dicen que organizó y dirigió remotamente el asalto del grupo, inspirando a sus seguidores con su carisma y su habilidad propagandística.
Fiscalía pide 33 años de prisión para líder de milicia Proud Boys
Tarrio, quien está preso a la espera de su sentencia, era uno de los acusados principales del Departamento de Justicia. En mayo fue condenado juntamente con tres lugartenientes de conspiración sediciosa, bajo una ley de la época de la Guerra Civil (1861-65) rara vez aplicada y que el gobierno invocó contra los miembros de grupos de ultraderecha que cumplieron un papel crucial en el ataque del 6 de enero.
“Por medio de su poderosa plataforma, Tarrio ha indicado reiterada y públicamente que no deplora lo que ayudó a que sucediera el 6 de enero”, escribieron los fiscales en un acta judicial.
El Departamento de Justicia acusó recientemente a Trump de conspirar para subvertir la democracia al complotar días antes del ataque la anulación de los resultados de la elección que perdió.
El caso Tarrio —y cientos más como él— sirven de recordatorio vívido del caos y la violencia alimentados por las mentiras de Trump sobre la elección y la medida en que sus denuncias falsas inspiraron a los extremistas de derecha para asaltar el Capitolio y frustrar la transmisión pacífica del poder presidencial.