Hilary genera intensas lluvias en California tras tocar tierra en México
Los meteorólogos indicaron que Hilary fue la primera tormenta tropical en azotar el sur de California en 84 años
Inundaciones letales recorrieron el domingo las calles de la árida península mexicana de Baja California mientras la tormenta tropical Hilary tocaba tierra y llevaba lluvias torrenciales al sur de California, en medio de temores de que crecidas repentinas pudiesen dañar sitios tan al norte como Idaho que rara vez reciben precipitaciones tan fuertes.
Los meteorólogos indicaron que Hilary fue la primera tormenta tropical en azotar el sur de California en 84 años, trayendo consigo el potencial de inundaciones repentinas, deslaves, tornados aislados, vientos intensos y apagones.
Hilary tocó tierra en un área escasamente poblada de la costa mexicana, a unos 250 kilómetros (150 millas) al sur de Ensenada, y se encaminaba hacia Tijuana, una ciudad propensa a deslaves en la que amenazaba las viviendas improvisadas de las colinas al sur de la frontera con Estados Unidos.
Al menos 9 millones de personas se encontraban bajo advertencia de crecidas súbitas mientras intensas lluvias caían sobre el normalmente soleado sur de California antes de que pasara la peor parte de la tormenta. Las áreas desérticas son especialmente susceptibles a las inundaciones, al igual que las colinas que hayan sido afectadas por incendios forestales, advirtieron meteorólogos.
El lodo cubrió carreteras, el agua abrumó los sistemas de drenaje y se desplomaron ramas de árboles desde San Diego hasta Los Ángeles. El servicio meteorológico indicó que había posibilidad de que surgieran tornados el domingo por la tarde en el este del condado San Diego.
El sur de California recibió otra sorpresa por la tarde, luego de que se registró un sismo de magnitud preliminar de 5,1 cerca de Ojai, a unos 130 kilómetros (80 millas) al noroeste del centro de Los Ángeles, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos. Se sintió ampliamente y fue seguido de réplicas más pequeñas. De momento no había reportes de daños importantes ni víctimas, de acuerdo con un operador del Departamento de Policía del condado Ventura.
Hilary podría azotar otros estados del oeste de Estados Unidos con lluvias que se ven una vez por siglo, y existe una gran posibilidad de que se convierta en el ciclón tropical que haya arrojado más lluvia sobre Nevada, Idaho y Oregon. Se pronosticaba que mantuviera fuerza de tormenta tropical durante su paso por el centro de Nevada el martes temprano para después disiparse.
Para el domingo por la tarde, Hilary se ubicaba 180 kilómetros (115 millas) al sur-sureste de San Diego, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés). Tenía vientos máximos sostenidos de 95 kilómetros por hora (60 millas por hora), y se desplazaba en dirección noroeste a 41 km/h (25 mph).
Michael Brennan, director del NHC, dijo que, si bien Hilary se había debilitado tras haber sido un huracán de categoría 4, es al agua, y no al viento, a lo que la gente debería ponerle más atención, debido a que algunas zonas podrían recibir en horas tanta lluvia como la que suelen captar en un año.
“Usted no querrá andar conduciendo por ahí, tratando de cruzar calles inundadas en vehículo o a pie”, comentó Brennan durante una sesión informativa en Miami. “Las inundaciones causadas por lluvias han sido la principal causa de muerte en las tormentas tropicales y huracanes de Estados Unidos en los últimos 10 años, y usted no querrá convertirse en una estadística".
Hilary es el desastre meteorológico más reciente en azotar Estados Unidos, Canadá y México. La isla hawaiana de Maui sigue recuperándose de un incendio forestal que causó la muerte de más de 100 personas y arrasó con la localidad histórica de Lahaina, convirtiéndose en el incendio forestal más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo. En tanto, los bomberos de Canadá están combatiendo la peor temporada de incendios de que se tenga registro en el país.
La ciudades mexicanas de Ensenada y Tijuana cerraron todas las playas y abrieron media decena de albergues en complejos deportivos y oficinas gubernamentales.
Una persona se ahogó el sábado en la localidad mexicana de Santa Rosalía, cuando un vehículo fue arrasado por la crecida de un arroyo. Los rescatistas salvaron a otras cuatro personas, dijo Edith Aguilar Villavicencio, alcaldesa del municipio de Mulegé.
Soldados del ejército mexicano se desplegaron por Mulegé, donde el sábado se produjeron algunos de los peores daños en la parte oriental de la península de Baja California. Los soldados utilizaron excavadoras y camiones de volteo para ayudar a retirar toneladas de rocas y tierra que obstruían calles y carreteras, las cuales se convirtieron en furiosos torrentes el día previo.
El tendido eléctrico fue derribado en varios lugares, y el personal de emergencias trabajaba para restablecer la energía y llegar a aquellos que quedaron aislados por la tormenta.
Brennan dijo que las lluvias podrían sumar entre 7 y 15 centímetros (3 y 6 pulgadas) de agua en muchas zonas. Los meteorólogos advirtieron que en algunas áreas aisladas podrían caer hasta 25 centímetros (10 pulgadas), el equivalente a un año de lluvia.
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró un estado de emergencia. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias indicó que tiene funcionarios dentro de la oficina de preparación para emergencias de California y equipos listos con alimentos, agua y otro tipo de ayuda.
En la localidad costera de Carlsbad, al norte de San Diego, Jack Johnson, de 19 años, y sus amigos no perdían de vista las olas, decididos a surfearlas en algún momento del domingo.
“Está muy picado ahí afuera, aún no es realmente surfeable, pero creo que más tarde podremos encontrar una buena oportunidad en algún lugar”, dijo Johnson. “No recuerdo una tormenta como esta”.
Las escuelas de San Diego pospusieron el primer día de clases del lunes al martes.
Las autoridades emitieron advertencias de evacuación el sábado para la isla de Santa Catalina, instando a los residentes y los amantes de la playa a desmontar sus campamentos e irse al continente, y para varias comunidades de montaña y estribaciones en el condado San Bernardino. El condado Orange envió una alerta para quienes vivan en zonas quemadas por incendios en los cañones Silverado y Williams de las montañas de Santa Ana.
Autoridades de Los Ángeles se apresuraron a retirar a los indigentes de las calles y llevarlos a refugios. Se ordenó también el cierre de todas las playas estatales de los condados San Diego y Orange.
En toda la región, los municipios se quedaron sin sacos de arena gratuitos y las estanterías de los supermercados se vaciaron mientras la gente hacía acopio de provisiones. El Parque Nacional de Árboles de Josué de California y la Reserva Nacional de Mojave fueron cerrados.
Al norte, en Nevada, el gobernador Joe Lombardo declaró un estado de emergencia y activó a 100 elementos de la Guardia Nacional para ayudar a resolver los problemas derivados de las inundaciones previstas en los condados Clark y Nye, al oeste, y en el condado Esmeralda, al sur. En Arizona, las rachas de viento alcanzaron los 97 km/h (60 mph) en el condado Yuma, donde las autoridades distribuyeron miles de sacos de arena.
“Insto a todo el mundo, a todos los que se encuentren en la trayectoria de esta tormenta, a que tomen precauciones y presten atención a las orientaciones de los funcionarios estatales y locales”, dijo el presidente Joe Biden.
Mientras tanto, uno de los varios sistemas de tormentas en ciernes en el Océano Atlántico se convirtió el domingo en la tormenta tropical Emily, según el Centro Nacional de Huracanes. Se encontraba lejos de tierra firme, desplazándose hacia el oeste en mar abierto. Además, en el Caribe oriental se formó la tormenta tropical Franklin. Se emitieron alertas de tormenta tropical para las costas meridionales de Haití y la República Dominicana.
En septiembre de 1939, una tormenta tropical que azotó California destrozó las vías del tren, arrancó casas de sus cimientos y volcó muchos botes, dejando casi 100 muertos en tierra y mar.