Republicanos empujan al borde del precipicio el diálogo sobre la deuda de EE.UU.
Kevin McCarthy, se mostraba desafiante, al declarar que la crisis “no es culpa mía”
Los republicanos están llevando los diálogos sobre el tope de deuda de Estados Unidos al borde del precipicio, protagonizando una riesgosa insistencia mientras se disponen a abandonar Washington para un feriado nacional apenas días antes de un potencial impago que podría causar un caos en la economía mundial.
El titular de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, se mostraba desafiante, al declarar que la crisis “no es culpa mía”. Advirtió que los republicanos necesitan más tiempo para llegar a un acuerdo con el presidente Joe Biden a fin de reducir el presupuesto.
Sin embargo, queda claro que McCarthy —quien llegó al puesto con el apoyo de sectores ultraderechistas—ahora está encarando una crisis potencial.
Debido a que el lunes Estados Unidos conmemora el Día de los Caídos en Guerras, por el momento se supone que los legisladores no regresarán a trabajar hasta el martes, apenas dos días antes del 1 de junio cuando, según la secretaria del Tesoro Janet Yellen, Estados Unidos podría empezar a verse sin fondos para pagar sus facturas y caer en una suspensión de pagos potencialmente catastrófica.
La agencia Fitch Ratings desde ya calificó de “potencialmente negativo” el crédito AAA de Estados Unidos, advirtiendo de una posible calificación más baja debido a la pugna política en torno al aumento del tope de deuda.
“Esta es una batalla entre el extremismo y el sentido común”, declaró la representante demócrata Katherine Clark, de Massachusetts.
Los republicanos, añadió, “quieren que el pueblo estadounidense tome una decisión imposible: recortes devastadores o un impago de deuda devastador”.
Los republicanos y la Casa Blanca llevan semanas negociando sin poder llegar a un acuerdo, en parte porque el gobierno de Biden nunca anticipó tener que negociar con McCarthy sobre la deuda, ya que siempre sostuvo que ese tema no debe ser manipulado para obtener otras prioridades.
McCarthy está tratando de presionar al gobierno para que aplique reducciones profundas de gastos a cambio de votos republicanos para levantar el tope de deuda. La Casa Blanca ha prometido mantener los gastos del próximo año al mismo nivel que el actual, pero el líder republicano insiste en que eso no basta.
“Tenemos que gastar menos de lo que gastamos el año pasado. Ese es el punto de partida”, expresó McCarthy.
De no aumentar el tope de deuda estadounidense —que actualmente asciende a 31 billones de dólares—podría ocurrir un impago federal potencialmente catastrófico y casi seguramente habría turbulencia económica, tanto a nivel nacional como internacional. Los pensionados y los que dependen del Seguro Social desde ya han estado tomando medidas de precaución.