EE.UU. exige a Pekín que cese las "provocaciones" en el mar de China Meridional
Barcos chinos supuestamente cortan el paso a guardacostas filipinos en el mar de la China Meridional
Estados Unidos exigió este sábado a China que cese las "provocaciones" en el mar de la China Meridional y expresó su apoyo a Filipinas después de que unos barcos chinos supuestamente cortaran el paso a unos guardacostas filipinos en ese área, provocando casi una colisión.
"Instamos a Pekín a que ponga fin a su conducta provocativa y peligrosa", afirmó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller.
Además, el portavoz avisó que cualquier ataque de China contra las Fuerzas Armadas filipinas o sus embarcaciones y aviones provocará la respuesta de Estados Unidos, que tiene el compromiso de defender a Filipinas en virtud de un tratado de defensa mutua que ambos países firmaron en 1951.
El posicionamiento de Washington llega antes de la esperada reunión el lunes en la Casa Blanca entre el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., y su homólogo estadounidense, Joe Biden.
Esa reunión llega en un momento de creciente tensión en el Indopacífico, con las ambiciones expansionistas de Pekín en el mar del Sur de China y su mayor agresividad con Taiwán.
Justo este viernes, China y Filipinas se acusaron mutuamente de haber actuado de manera irresponsable en un incidente en el Mar de la China Meridional.
En concreto, Filipinas denunció que barcos chinos bloquearon el paso a unos guardacostas filipinos, acercándose a menos de 45 metros de su embarcación y poniendo "en serio peligro" a la tripulación filipina en caso de colisión.
Por su parte, China consideró que la acción del buque filipino fue "premeditada y provocadora" y defendió que sus barcos solo estaban defendiendo la soberanía nacional del país.
El incidente se produjo el pasado 23 de abril en el atolón Ayungin, situado a unas 105 millas náuticas del litoral suroccidental filipino -y a alrededor de 800 millas de la costa de Hainan, en China-, por lo que el atolón en disputa se sitúa en aguas territoriales filipinas, al estar dentro del límite de 200 millas establecido por la ONU.