“Dominicana”, historia de libertad de una mujer en Nueva York
La tercera novela de la escritora de origen dominicano Angie Cruz, traducida al español por Kianny N. Antigua, es un retrato de la migración de los criollos a NY y une el empoderamiento de la mujer, la fuerza y el amor
Los escritores en la diáspora siguen poniendo en alto el nombre de la República Dominicana. La reconocida autora de origen criollo Angie Cruz lanzó al mercado su tercera novela “Dominicana”, en su versión en inglés, un retrato situado en la década de los 60 que abarca el empoderamiento femenino, el amor, la migración y los derechos civiles de la comunidad dominicana que emigra a los Estados Unidos.
Fue la madre de Angie Cruz quien le sirvió de inspiración de esta novela que fue reconocida como Finalista en el 2020 Women’s Prize for Fiction (UK), seleccionada para el club de lectura de Good Morning America y e incluida por Esquire Magazine entre los Mejores Libros del año. La traducción al español fue trabajo de la narradora, educadora, poeta y traductora criolla Kianny N. Antigua. “La literatura de Angie tiene la grandeza de transmitir todo tipo de mensajes, crítica, dato histórico, evento descomunal, etc., desde lo simple a lo cotidiano”, resalta Antigua.
Diario Libre conversó con las protagonistas sobre la acogida de “Dominicana”, que podrá ser adquirida en julio en Librería Cuesta.
—¿Cuál fue la inspiración para hacer este libro?
AC: Comencé a trabajar en este libro en 2005. Encontré una fotografía de mi madre cuando tenía once años, aun viviendo en el campo en República Dominicana. Cuando le pregunté a ella y a mi abuela sobre ese momento en el tiempo, las historias cambiaban, pero una cosa era consistente, que mi padre le había propuesto matrimonio a mi madre por primera vez cuando ella tenía once años. Y cuatro años después la llevó a Estados Unidos. Trabajé en muchas versiones del libro durante más de 10 años tratando de reconstruir varias historias que me contaron y entrevistas que hice a muchas mujeres que emigraron a la ciudad de Nueva York entre los años 60 y 70 para comprender mejor los desafíos por los cuales mi madre y otras dominicanas pasaron, y siguen pasando. Estas historias no son comunes en las narrativas convencionales disponibles para nosotros. Entonces, lo que me inspira a escribir son los silencios y lagunas en la vida y en la literatura.
—¿Alguna experiencia de familiares en los 60 le dio forma a la obra?
Aunque la novela Dominicana se ambienta en los años 60, mi familia no emigró a NY hasta los 70. Me interesó 1965 porque fue cuando Estados Unidos ocupó RD, pero también porque fue el año en que Malcolm X fue asesinado en el Audubon Ballroom, que se encuentra en el corazón de Washington Heights. Para mí era importante situar la novela en un momento en que el barrio estaba cambiando y pensar en el movimiento por los derechos civiles en EE.UU. y en nuestra comunidad dominicana.
—En la novela habla del amor y la revolución...
Para Ana enamorarse, o permitirse enamorarse, es un acto de resistencia. ¿Por qué digo esto? Hasta que escribí esta novela no me dí cuenta de que no todo el mundo tiene la capacidad de enamorarse. El trauma, las malas experiencias hacen imposible que muchas personas confíen en el corazón. Pasé muchos años escribiéndola y me quedé estancada en un momento. Quería contar una historia como la de mi madre, que están tan poco representadas en las obras literarias publicadas en los Estados Unidos, pero también soy novelista. Me interesa más escribir sobre lo imposible. Cuando hablamos de revolución, también decimos que queremos libertad. En el caso de Ana, que vive bajo un patriarcado brutal, la oportunidad y la capacidad de expresarse plenamente en esa cultura, la búsqueda de la vida, es un acto de resistencia e increíblemente poderoso.
—¿Qué engloba Dominicana?
Una amiga escritora me preguntó de qué se trataba el libro y le dije: se trata de una dominicana, y ella notó que dentro de Dominicana el nombre de la protagonista, Ana, está adentro. También quería ponerle un nombre al libro en el que cuando alguien pasara por la librería, tal vez si ven Dominicana, se verán a sí mismos y lo mirarán, y se sentirán obligados a leerlo.
—¿Cómo ve la literatura de la diáspora dominicana?
Estoy emocionada por las muchas nuevas voces de la diáspora que se publican en inglés en los Estados Unidos. Cuando publiqué por primera vez mi novela “Soledad”, allá por 2001, éramos cinco, ahora somos muchos más.
Sin embargo, incluso si tenemos más libros, no significa que sea suficiente. Creo que los dominicanos constituyen el 7-9% de la población de la ciudad de Nueva York, uno de los mayores productores de cultura (películas, libros, etc.) y todavía podemos nombrar y contar a los escritores dominicanos que se publican en la corriente principal. Estoy emocionada por los nuevos escritores y futuros escritores como Elizabeth Acevedo, Naima Coster, Kleaver Cruz y Cleyvis Natera, por nombrar unos pocos.
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El tema del maltrato hacia las mujeres y el machismo se tocan en la novela. ¿Busca crear conciencia de este flagelo?
A nivel sistémico, las mujeres no están protegidas. Y culturalmente muchas mujeres, incluso si sufren abuso, tienen miedo de hablarlo. Escribo sobre ello explícitamente porque hay que decirlo. Necesita ser visto. Y por supuesto espero crear conciencia. Considero que los desafíos y las vulnerabilidades que enfrentan las mujeres son fundamentales para este libro. Ana es como muchas mujeres de todas las clases y razas.
Recibo innumerables cartas, correos electrónicos, etc. de hombres y mujeres que dicen que mi libro se ha utilizado como puente entre generaciones o dentro de las familias para decir lo que no se ha dicho sobre el abuso. En torno a los sacrificios, las mujeres se ven obligadas en beneficio económico de la familia. Es una historia antigua y omnipresente.
Es un problema generalizado y me alegro de que haya más visibilidad en las noticias al respecto, pero todavía hay mucho silencio y vergüenza al respecto.
Esa chispa por la escritura, ¿cuándo nace? y ¿cómo se siente de los logros obtenidos mediante la literatura?
Ni siquiera imaginaba la posibilidad de escribir un libro hasta que leí libros de personas de color. Esto sucedió cuando estaba en la universidad y leí a Toni Morrison, James Baldwin, Edwidge Danticat y otros. Entonces, para mí, la chispa de la escritura surgió cuando leí literatura que reflejaba algunas experiencias en las que me vi.
Sin embargo, ahora, como escritora madura, veo que la chispa de la narración se encendió cuando estaba en la cocina de mi abuela. Leoncia Gómez Sosa es una de las mejores narradoras que conozco. Si llegas a su cocina para saludar y ella comienza a contarte una historia, es posible que te quedes un rato, porque ella sabe cómo enganchar a alguien. Fue mi primera maestra.
¿Difícil o satisfactorio entrar y destacarse en el mundo de la literatura anglosajona?
Honestamente, estoy feliz de que el libro haya recibido reconocimiento, pero no es lo que me satisface. Lo que me satisface es que si un libro como Dominicana tiene éxito, abre la oportunidad para que otros libros de nuestra comunidad encuentren editoriales. La mejor parte de estar en Good Morning America es qué motivó a muchos de los miembros de mi familia, incluyendo a mi hermano, a leer el libro.
Y debido a que el libro cuenta las historias de la dificultad de las mujeres, como familia siento que todos somos más conscientes del machismo, el abuso y la misoginia.
Más detalles de la obra
La autora precisa que la cultura de los dominicanos que se establecen en la gran urbe está presente en el libro. Al profundizar sobre la historia de amor que se recrea en Dominicana, comenta lo siguiente: “Lo que me parece imposible no es lo mismo para otra persona. De hecho ... mi madre me sorprendió cuando le pregunté qué es algo que ella ve como imposible para su vida y me dijo que nunca se había enamorado. Comprendí de inmediato que mi personaje, Ana, se enamoraría.
Cuando hablamos de revolución, también decimos que queremos libertad. En el caso de Ana, en el que vive bajo un patriarcado brutal, la oportunidad y la capacidad de expresarse plenamente en una cultura en la que el patriarcado está tratando de arrebatarles la vida a las niñas y las mujeres: el deseo, manifestar el deseo, en el amor, en la una profesión, en la búsqueda de la vida, es un acto de resistencia e increíblemente poderoso”.
Angie Cruz nació en Nueva York de padres dominicanos. Se mantuvo viajando a Quisqueya durante la mayor parte de sus años de formación.
Su primera novela, Soledad (2001) y la segunda novela, Let It Rain Coffee (2005) fueron publicadas por Simon & Schuster.
La tercera novela, Dominicana , publicada en otoño de 2019 con Flatiron Books, se inspiró en la historia de la llegada de su madre. Para investigar esta novela, Angie recorrió muchos álbumes de fotos y esto inspiró el archivo de fotos digitales al que se accede a través de instagram: @dominicanasnyc.
Más detalles de la traductora
Kianny N. Antigua nació en San Francisco de Macorís en 1979 y se instaló en los Estados Unidos. Es apasionada de la literatura infantil. Ha publicado importantes libros enfocados en la niñez como Elementos (2016), que obtuvo el Premio Letras de Ultramar, género infantil, ron 2015.
Además de “Mi´a y el regalo de Guaguau / Mi´a and the Gift from Guaguau”, “Mía y las luces”, “Mía, Esteban y la Noria” de la colección Loqueleo, Santillana.
Antigua respondió otras preguntas para Diario Libre.
¿Cómo se siente de haber trabajado en la traducción del libro Dominicana?
Como si finalmente se hubiera abierto una puerta que hace mucho tiempo llevaba cerrada, clausurada para las y los traductores dominicanos. Si no me equivoco, esta es la primera novela de un o una escritora dominicana escrita en inglés que es traducida por otra dominicana; y no es el hecho de que me haya tocado a mí dicho proyecto (aunque gracias a ello la dicha me sobre), sino que se le diera nuestra voz y nuestra autenticidad a esta obra.
¿Cómo define este libro de la autora Angie Cruz y el mensaje que pretende llevar?
Dominicana es una joya. La literatura de Angie tiene la grandeza de transmitir todo tipo de mensaje, crítica, dato histórico, evento descomunal, etc., desde lo simple, lo cotidiano, lo supuestamente irrelevante, sin una pizca de esnobismo; pero que no caiga en la trampa quien lea: ¡esa mujer es un lince! Una de las escritoras, de cualquier origen, más inteligentes que he leído. He disfrutado sus novelas grandemente.
Su obra tiene especial interés por la literatura infantil, ¿por qué es tan importante la aceptación y la diversidad en sus libros?
Porque de ello depende todo lo que importa: el amor propio, el amor hacia las demás personas y el respeto hacia quienes somos y para con el resto del planeta.
En el caso de las niñas suele promover el amor por su cabello natural. ¿El mensaje ha llegado? Eso espero.
Háblenos de su labor docente y cuánto tiempo lleva residiendo en los Estados Unidos.
Llegué a los EE. UU. a la edad de 17 años y, aunque con todas las limitaciones, siempre supe que quería estudiar, que en los estudios y, eventualmente en la enseñanza, recaía mi futuro feliz. Y eso hice. Hace más de 15 años que empecé a dar clases de español, ¡en todos los niveles, desde chiquitines hasta personas muy adultas! Eso, combinado por mi pasión por la escritura y la literatura en general, uf, ¡he sido muy dichosa!
¿Como valora la literatura de la diáspora dominicana?
Yo valoro la literatura de calidad, independientemente de dónde se escriba. Con la literatura que se publica en este lado del charco, suelo identificarme, verme, y eso es importante.