Siempre en el diccionario
El Diccionario de la lengua española se remoza como cada año con nuevas palabras y acepciones
El Diccionario de la lengua española se remoza como cada año con nuevas palabras y acepciones; también con alguna que otra enmienda. Juguemos con ellas con espíritu navideño y así las vamos conociendo.
Más de cuatro mil novedades evitan, desde luego, que el diccionario se convierta en un dinosaurio (‘Persona veterana y de relevancia en el pasado, pero anticuada en la actualidad’ y ‘Persona que se ha quedado anticuada, especialmente en el uso de las tecnologías recientes’).
Ya saben que esto de celebrar la Navidad para algunos, los menos, consiste en dedicar algo de tiempo a meditar (‘Reflexionar interiormente sobre un tema religioso, espiritual o moral’) y a la meditación (‘Práctica mental y corporal dirigida a alcanzar un estado de relajación y plena concentración’).
En cambio, para otros, los más, se trata más de perrear y de perreo (‘Baile que se ejecuta generalmente a ritmo de reguetón, con eróticos movimientos de caderas, y en el que, cuando se baila por parejas, el hombre se coloca habitualmente detrás de la mujer con los cuerpos muy juntos’).
En mi caso, propongo una combinación saludable de ambas cosas.
Cercados por los tapones, las compras y los compromisos no nos vendría mal un poco de risoterapia (‘Empleo de la risa como medio para mejorar el estado anímico’).
Y aunque la Navidad, a veces lo olvidamos, no se trata de una competencia, un buen estado de ánimo es imprescindible para superar nuestras propias marcas (‘Resultado medible obtenido en una competición o en una actividad’).
No, no hablo del arbolito más grande, de la mayor cantidad de regalos o de la música más bullosa; no hablo de ser un crack (‘Persona que destaca extraordinariamente en algo’) de fiestas y harturas.
Hablo de lograr marcas importantes, de ser cracks en respeto, en abrazos, en cordialidad, en solidaridad; de superar nuestras propias marcas en esas cosas importantes que siempre han estado en el diccionario.