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Incretinas y peso: el rol del semaglutide y liraglutide

¿Has escuchado sobre unas inyecciones para control de peso? En este contexto, dos medicamentos, semaglutide y liraglutide, han emergido como protagonistas, pero, ¿cómo influyen estas moléculas y sus tratamientos en nuestro peso corporal?

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Incretinas y peso: el rol del semaglutide y liraglutide
Semaglutide y liraglutide: ¿cómo influyen estas moléculas y sus tratamientos en nuestro peso corporal? (SHUTTERSTOCK)

¿Has escuchado sobre unas inyecciones para control de peso? Tal vez sobre su uso desmesurado o efectos colaterales por mala utilización. Pero hablemos sobre las incretinas, un grupo de hormonas presentes en el sistema digestivo, que han ganado popularidad en la búsqueda de soluciones efectivas para el control de peso.

En este contexto, dos medicamentos, semaglutide y liraglutide, han emergido como protagonistas, pero, ¿Cómo estas moléculas y sus tratamientos influyen en nuestro peso corporal? Vamos a explorar esta conexión.

¿Qué son las incretinas y cuál es su papel?

Las incretinas, especialmente el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1) y el péptido inhibidor gástrico (GIP), son hormonas clave en la regulación de la glucosa y el metabolismo de las grasas y nuestro cuerpo las produce naturalmente.

Estas hormonas se liberan en el intestino después de comer y desempeñan un papel fundamental en la respuesta del cuerpo a los alimentos, estimulando la liberación de insulina y reduciendo la producción de glucagón. Estos efectos ayudan a mantener niveles de azúcar en sangre más estables.

¿Qué es semaglutide y liraglutide?

Semaglutide y liraglutide pertenecen a una clase de medicamentos conocidos como agonistas del receptor del GLP-1 (GLP-1RA). Estos fármacos imitan la acción de las incretinas naturales, activando el receptor del GLP-1 y mejorando la respuesta del cuerpo a la insulina.

Sin embargo, su impacto va más allá del control glucémico, ya que también han demostrado ser eficaces en la reducción del peso corporal.

¿Cómo actúan en nuestro cuerpo?

Estos medicamentos no solo influyen en la respuesta a la insulina, sino que también afectan la velocidad de vaciamiento gástrico. Al ralentizar la liberación de alimentos desde el estómago al intestino, promueven la sensación de saciedad, lo que resulta en una ingesta calórica reducida.

A pesar de que son medicamentos que inicialmente fueron ideados para la diabetes, actualmente están aprobados para el control de peso. Además, no producen hipoglucemias (niveles muy bajos de azúcar en sangre) pues no deben confundirse con insulina que utiliza un dispositivo similar para su colocación.

¿Cuáles son los efectos secundarios y contraindicaciones?

Dentro de la lista se incluyen náuseas, vómitos, diarreas, dolores de cabeza, estreñimiento, la mayoría relacionados a la mala utilización (dosis inadecuadas o a la falta de control en la alimentación e hidratación).

Están contraindicados en pacientes con algunos trastornos gastrointestinales, historia personal o familiar de cáncer medular de tiroides, así como otras patologías.

Es importante recordar que estos medicamentos NO sustituyen de ninguna manera los cambios en la alimentación y la actividad física necesarios para el control de peso.

No existen formulas mágicas para controlar el sobrepeso y la obesidad, pero bajo estricta supervisión, contamos con nuevas tecnologías para manejar esta enfermedad que resulta en una pandemia en ascenso.

TEMAS -

Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).