Deporte, actividad física, el cerebro y nuestros genes
Cómo influir en la salud de tus hijos a través del ejercicio y la actividad física
Los médicos e investigadores, y prácticamente todo el mundo, reconoce los beneficios de la actividad física y el deporte en la salud y prevención de las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico, la depresión y otras dolencias. Y desde hace muchos años se conocen sus efectos saludables sobre el cerebro humano estimulando la memoria y el aprendizaje. La actividad física y los deportes tienen, además, un gran impacto positivo sobre nuestros genes, algo que desconocíamos y que debemos tener en cuenta para saber qué les estamos ofertando a nuestros hijos en su crianza.
“Con la actividad física y muscular llega a nuestro cerebro una proteína conocida como somatomedina (IGF-1), que actúa a este nivel sobre otra proteína conocida como BDNF (Brain-Derived Neurotrophic Factor) o Factor Cerebral Neurotrópico, que antes se conocía como factor de crecimiento. Esta proteína incrementa las conexiones interneuronales facilitando la comunicación entre una neurona y otra. Al contrario, la ausencia de actividad física se considera como un factor de riesgo de Alzheimer, y se asocia con enfermedades degenerativas y la depresión”.
Los beneficios del deporte, la actividad física y una alimentación saludable ahora, en la niñez y la juventud, se van a ver de inmediato, pero también actúan en silencio, a largo plazo, en la vejez, que es cuando más los necesitamos porque modulan los genes para nuestro bienestar.
Fernando Gómez- Pinilla, neurocientífico de UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), dijo una vez: “Nuestros genes están ansiosos de ejercicio” y “los efectos del mismo se van a heredar. Si usted tiene buenos genes, es gracias en gran parte a la actividad física de sus padres y abuelos. Y sus descendientes se van a beneficiar si usted sigue esa cadena” porque nuestros genes son susceptibles de ser modelados conforme nuestro estilo de vida y las acciones que sobre ellos ejerce el medio ambiente (Epigenética).
De ahí que sea una responsabilidad de los padres y adultos que están alrededor del niño hacernos imitar por ellos haciendo deporte y actividad física como un hábito en la familia, porque sin importar los consejos que les demos, nos van a imitar por lo que hacemos y menos por lo que decimos.
Incentivemos a nuestros niños con un estilo de vida en movimiento. No abandonemos su cuerpo y el nuestro a la inactividad, porque si lo hacemos nuestro cerebro y el de ellos irán en la dirección de ese mismo abandono.