7 comportamientos con la tarjeta de crédito que nunca debes tener
El uso de las tarjetas es muy beneficioso y peligroso a la vez
Las tarjetas de crédito suelen ser como la comida deliciosa y abundante. Al momento de actuar, es fantástico. Cuando vemos algunos resultados, odiamos haber actuado.
Comer mucho tiene sus consecuencias. Al vernos al espejo es casi igual que cuando llega el estado de la tarjeta de crédito.
Si quieres no tener dolores y sí muchas alegrías, debes evitar estos comportamientos con tus amigas plásticas.
* No sacarle el provecho que tiene: veo que muchos no conocen todas las ventajas que nos ofrecen. Cada tarjeta y cada institución financiera otorga diferentes beneficios. La competencia es feroz por quedarse con nosotros como clientes. Desde descuentos, hasta servicios pagos, como asistencia vial o entrada a salas de descanso en aeropuertos. Mira las ventajas que te ofrece la que usas y no pierdas esas oportunidades.
* No pagarla completa: el financiamiento de las tarjetas de crédito es bastante oneroso. Debemos evitar pagar recargos a toda costa. Lo más aconsejable es no comprar más de lo que puedo pagar en cada corte. Y si ya lo estás pagando, es hora de cambiar por un crédito de menor costo.
* No saber elegir la que me conviene: si no viajo, una tarjeta con entrada a salas VIP de aeropuertos no es la que me conviene. Mismo si tienes pensado viajar en algún momento. Hay algunas que dan descuentos en compras de supermercados o farmacias, esos los estarás aprovechando todos los meses. Es preferible una de esas a alguna de gran prestigio que no le sacaré provecho.
* Pagar una con otra: cada saque tiene su costo. No es de sabios pagar por desvestir un santo para vestir otro. Más, si al santo que acabo de quitarle la vestimenta en pocos días tampoco tendré cómo vestirle.
* Tener un límite muy alto: lo que puedo pagar en un mes es mi verdadero límite de compras. Cuando me encuentro con la realidad de tener que financiar el balance de la tarjeta, debo preguntarme si la causa ha sido haber tenido un límite por encima de lo que puedo pagar.
* Pensar que es un ingreso extra: he escuchado personas que, si una institución le otorga una nueva tarjeta, de inmediato salen a comprar. Este dinero hay que pagarlo con el próximo ingreso. La tarjeta es un medio de pago, no más dinero disponible.
* Tener más de las que debería: cada tarjeta tiene un costo. Emisión, renovación, seguros… Cada una a la que no le saque su beneficio, es una tarjeta en demasía. Para la mayoría de las personas, una tarjeta es lo recomendado. Para otras, 2 es suficiente. Pocas personas le pueden sacar a tres o más los beneficios que ellas otorgan.
El uso de las tarjetas es muy beneficioso y peligroso a la vez. Todo depende de lo que yo piense… porque esto es lo que comanda lo que yo hago.
Si tienes algunos de los comportamientos anteriores, te sugiero aplicar mis consejos, o algún otro método que te lleve a no desperdiciar tu dinero en cargos o intereses que no te generan ningún tipo de mejora en tu vida.