Palabras con historia
Nuestra lengua tiene al latín como lengua madre y ha evolucionado
Nuestra lengua tiene al latín como lengua madre; a partir de ella evolucionó a lo largo de siglos hasta llegar a ser una lengua distinta. Como cualquier madre que se precie, el latín siguió teniendo influencia en el español después de que esta lengua alcanzara su mayoría de edad en forma de préstamos tardíos de palabras y expresiones que se han ido integrando a nuestro idioma. Algunos mantienen su forma original y, por tanto, debemos escribirlos en cursiva o entrecomillarlos; otros se han asimilado a nuestra ortografía hasta dejar atrás la suya. Es el caso de algunas expresiones latinas formadas por más de una palabra que han llegado hasta nosotros convertidas en una sola.
Un ejemplo precioso es nuestro etcétera, tan útil para sustituir todo aquello que no queremos seguir enumerando, que hemos tomado prestado del latín et cetera, ‘y lo demás’. También a partir de una expresión latina se forma nuestro sustantivo exabrupto, cuya preciosa definición en el Diccionario de la lengua española reza así: ‘Salida de tono, como dicho o ademán inconveniente e inesperado, manifestado con viveza’. En su origen está el latino ex abrupto, ‘con brusquedad, arrebatadamente’. De las palabras iniciales del himno litúrgico Te Deum ‘a ti, Dios’, el español ha creado la voz tedeum, convertida en sustantivo, para referirse a este himno y a la ceremonia católica solemne en que se entona. Por supuesto mi preferida es la palabra exlibris, que se refiere a ese sello con el que se estamba en un libro el nombre de su dueño. En su origen está el ex libris latino, ‘de entre los libros’.
Cada palabra, también los préstamos, tiene una historia detrás que nos cuenta los avatares que vivió hasta llegar a nosotros dispuesta a que la conozcamos y la sigamos usando.