“Next Goal Wins”, cuando la realidad se cruza con la ficción
Un miembro del elenco tuvo la oportunidad de conocer a la persona que interpreta en el filme
Cuando un filme está basado en hechos reales, no importa qué tan fiel sea a lo que realmente ocurrió, al final un filme solo es una reinterpretación de esos acontecimientos.
Por lo tanto, es normal que un creador tome una licencia artística para adaptar la historia a su visión y al medio en el que la va a contar.
En el caso de “Next Goal Wins”, la más reciente obra cinematográfica de Taika Waititi, se trata de un filme basado en una documental del mismo nombre creado por Mike Brett y Steve Jamison.
El documental en sí está basado en los esfuerzos del entrenador Thomas Rongen para llevar a la Selección de fútbol de Samoa Americana a la Copa Mundial de Fútbol de 2014.
Durante el rodaje, el actor no binario Kaimana tuvo la oportunidad a conocer a la persona en la que se basó su personaje, Jaiyah Saelua, jugadora transgénero de fútbol internacional de Samoa Americana y la primera persona Fa'afafine en competir en una eliminatoria a la Copa Mundial de Fútbol.
Ahora Kaimana y Jaiyah comparten sus experiencias al recrear la increíble historia del equipo de Samoa Americana en la producción de Waititi.
Jaiyah, ¿puedes contarnos sobre tu recorrido como jugadora transgénero que jugó campeonatos de la FIFA con la Selección Nacional de Samoa Americana?
Jayah Saelua: Después de la derrota espantosa de 2001 contra Australia, Samoa Americana consideró que la mejor estrategia para mejorar el equipo era propiciar el desarrollo de los más jóvenes. Así que abordaron esta estrategia con gran impulso, visitaron en ese momento escuelas públicas y privadas, y yo fui producto de ese proceso de desarrollo.
Cuando empecé a jugar, el equipo era mixto. A esa edad me hacía sentir muy bien compartir este tipo de espacio competitivo con jóvenes de ambos géneros.
Fue recién cuando me sumé a la selección nacional que estuve en un equipo en el que solo había varones. Incluso en ese entorno competitivo me sentía segura y cómoda. Ayudó que fuera buena jugadora.
Cuando filmaban en Samoa Americana, nadie sabía cuál sería el resultado de este proyecto, ni siquiera sabíamos cuál era la misión de Mike Brett y Steve Jamison al filmarnos.
Fue en 2014, cuando se estrenó el documental en el Festival de Cine de Tribeca, en la ciudad de Nueva York, que nos dimos cuenta de que el proyecto se había convertido en una hermosa historia y que iba a tener mucha más repercusión de la que imaginábamos.
Tuve que aprender rápido cómo ser representante y voz de mi comunidad como mujer transgénero que juega en campeonatos FIFA.
¿Cuándo hablaste con Taika por primera vez sobre su idea de convertir la historia del documental en un largometraje?
Jayah Saelua: Fue alrededor de 2016, yo estaba de casualidad en Hawái en ese momento y [Brett and Jamison] me invitaron a cenar con Taika; me dijo “esto es lo que va a pasar, esto es lo que quiero hacer”.
Como no conozco mucho del mundo del cine, no sabía lo importante que era Taika como director en aquella época, así que mi reacción fue decir “claro, por qué no”.
Recién en 2019, cuando pude ver la cantidad de gente que participaba en el proyecto, me di cuenta de que se trataba de una película de Hollywood importante. Fue un shock tomar conciencia de que mi historia se iba a amplificar incluso más que con el documental.
Kaimana, ¿cómo terminaste tú siendo parte del proyecto?
Kaimana: Me enteré del papel a través de un amigo de la secundaria que pensó que era perfecto para mí. Miré la convocatoria al casting y pensé qué, técnicamente, me calzaba perfecto.
Lo único que no me cerraba era la parte de actuar. Un viernes por la noche envié mi audición, y el lunes siguiente me llamó por teléfono Katie [Doyle – Directora de Casting].
El viernes siguiente estaba en su oficina con Taika. Unos meses después me llamaron para otra audición en Chicago, llovía muchísimo y llegaba tarde. Aparecí empapada.
Se sumó Taika por Skype y dijo que no quería hacer una lectura, porque el trabajo ya era mío, y ahora tenía que ir a entrenar. Yo no podía dejar de pensar “esta reunión pudo haber sido una llamada”.
La película retrata a Jaiyah como orgullosa fa’afafine, ¿cómo te sentiste con esto siendo tú misma fa’afafine?
Kaimana: En samoano, fa’afafine se traduce literalmente como “con los modos o las formas de una mujer”. Es un indicador de un espacio intermedio, de la capacidad, esencialmente, de que ambas energías, la femenina y la masculina, convivan en una misma persona.
Es una parte muy importante de la cultura samoana, y crecer con esa cultura es algo hermoso, pero mi realidad era algo diferente, porque crecí en un mundo más occidentalizado.
Así que, para mí, no fue tan cómodo crecer como fa’afafine. Como muchas personas de todo el espectro de géneros, acarreamos la vergüenza que suele rodearnos al principio. Luego emprendemos el camino de aprender a aceptar y amar quienes somos.
Creo que hubo un período en particular de mi vida en el que pensaba en ello cada vez más. Atravesé mi propio proceso para poder abandonar esa mentalidad occidental.
Crecí en una familia muy religiosa y desde muy pequeña me inculcaron que no era bueno sentir orgullo por nada de eso. Había viajado un poco y eso me dio tiempo para intentar pensar qué era esto que llamamos género.
Y luego me di cuenta, como fa’afafine, de que hay muchas culturas nativas en todo el mundo que reconocen ese espacio intermedio. Entonces supe que había llegado el momento de ocupar mi lugar en ese espacio. Ahí fue cuando decidí seguir adelante, aceptarlo y aceptarme.
¿Cómo fue su primer encuentro?
Jayah Saelua: Me entusiasmaba poder conocerla. Me preocupaba un poco saber quién me iba a representar y cómo, pero conocerla me dio tranquilidad, no solo porque está llena de fuerza, sino también porque al mismo tiempo es hermosa y dulce.
Kaimana: Estaba en una fiesta y uno de mis amigos (del elenco) se me acercó y me dijo que acababa de conocer a la Jaiyah real. Se me aceleró el corazón y me puse súper nerviosa. Empecé a dimensionar la presión que implicaba retratarla de una manera que la enorgulleciera.
Luego, cuando la conocí, lo primero que me dijo fue “Dios, ¡estaba tan nerviosa porque iba a conocerte!” Una vez que rompimos el hielo, solo reímos y hablamos sin parar, fue una locura.
Algo que me dijo esa noche y que todavía recuerdo claramente es “lo que estás haciendo es una combinación de ti y de mí. Lo estás haciendo por ambas”.
Kaimana, ¿cómo se sintió retratar a un personaje que existe en la vida real y que iba a estar mirando tu actuación?
Kaimana: Sé que hay un grado de responsabilidad a la hora de retratar a una persona real de manera que le haga justicia a su historia, y no solo de mi parte, porque obviamente Taika es quien realmente creó este guion y estos personajes.
Más allá de la propia Jaiyah, era también una responsabilidad hacia la comunidad LGBTQ, así como a la comunidad samoana y, más en general, a la comunidad futbolística. En definitiva, lo que yo puedo hacer es dar lo mejor de mí.
Mientras esté dando lo mejor que tengo, no debo preocuparme por nada más, porque el resto está fuera de mi control.
¿Hablaron entre ustedes durante el proceso de filmación?
Jayah Saelua: Fue más una charla de chicas que otra cosa. Le dije que esto no era el documental, y que no iba a ser igual que con la gente real. La propia trama es la versión de Taika de la historia.
Verla actuar y ver su fuerza fue importante para mí, supe que habían elegido a alguien que tiene tanta fuerza y pasión como yo para retratarme.
A Taika Waititi le gusta improvisar en los rodajes, ¿lo viviste durante la filmación, Kaimana?
Kaimana: Verlo en su elemento, la pasión, cuando ríe, camina, mira el monitor, cuando está totalmente compenetrado… Es una locura, pero de las locuras buenas, creativas y geniales. Está presente con todo su ser durante el proceso creativo. Si surge algo inesperado o extraño, lo aprovecha a favor de su creatividad.
Nunca antes había vivido esto, así que supuse que era normal en todas las películas. Pero pronto supe que no es lo que suele pasar.
En uno de mis primeros días de rodaje, mis escenas cambiaban todo el tiempo y yo pensaba, “qué divertido”, porque me identifico con ese proceso creativo más que con un proceso más lógico.
Jaiyah, ¿cómo fue para ti ver tu historia en un documental y ahora en una película? Además, ¿cómo te sentiste al verte retratada en la pantalla grande para el público?
Jayah Saelua: Siento que esta historia sigue, y sigue. Me trae oportunidades nuevas todo el tiempo y me siento muy agradecida. Siempre aclaro que me identifico como fa’afafine antes que como mujer transgénero, no solo porque es una identidad cultural, sino también porque es una identidad que mi comunidad respeta.
Para algunas personas es un problema que una fa’afafine practique deportes en equipos masculinos. Por eso intento dejar claro que en mi comunidad soy un ser humano común y corriente. Y sentirme así de cómoda en mi comunidad me permite ser lo mejor que puedo en el deporte.
Kaimana, ¿cómo fue trabajar con Jaiyah a lo largo de este proceso?
Kaimana: Fue un honor para mí conectar con ella y no solo percibirla a partir del documental, sino también tener la experiencia de primera mano de conocerla.
El personaje que representamos no es Jaiyah, va a ser un híbrido de nosotras dos, más la versión de Taika, pero conocerla fue fundamental porque me dio la última pieza que necesitaba para sentirme cómoda al abordar el papel.
Para mí, transito dos mundos diferentes, uno es el de mi cultura y el otro es el occidental, y eso puede ser confuso a veces porque cada uno tiene su idioma y su ideología.
Aun así, me hizo sentir más orgullosa y más segura de quién soy y de que lo que estoy haciendo es lo que quiero, además de ser un aporte positivo para el mundo.
Jayah Saelua: Los medios mainstream siempre están buscando a la nueva mujer trans para el siguiente gran proyecto. Kaimana tiene a su familia y a sus amigos íntimos, pero quiero que sepa que siempre tendrá una hermana fa’afafine cuando la necesite. Pero la verdad, ¡está lista!