Reseña: “Blue Beetle” es más que un bicho entre superhéroes
Jaime Reyes (Xolo Maridueña) es el primer superhéroe latino en un papel protagónico en una película de DC
Franz Kafka nunca se dio cuenta de lo cerca que estuvo de iniciar una franquicia de superhéroes.
Desde que Gregorio Samsa se despertó en su cama y se encontró transformado en un monstruoso bicho en “La metamorfosis”, hemos tenido hombres araña, avispas, hombres hormiga, garrapatas que luchan contra el crimen y poderosas mantis, un superenjambre de insectoides que te harían querer alcanzar un matamoscas.
Ahora tenemos un escarabajo con la nueva película de DC Comics “Blue Beetle”, que se estrena en cines el jueves. Pero lo que distingue a “Blue Beetle” no es su lugar en la brigada de insectos, sino la persona que realiza la metamorfosis.
Jaime Reyes (Xolo Maridueña) es el primer superhéroe latino en un papel protagónico en una película de DC.
No es una elección de elenco forzada. “Blue Beetle”, dirigida por Ángel Manuel Soto y escrita por Gareth Dunnet-Alcocer, está firmemente arraigada en la experiencia del clan Reyes, una familia méxico-estadounidense muy unida, que sobrevive a la sombra de una reluciente metrópolis ficticia, similar a Miami, llamada Palmera City.
Jaime es el primer integrante de la familia que se gradúa de universidad: ”¡Y el último!”, dice alegremente su hermana, Milagro, interpretada por Belissa Escobedo, quien logra un papel muy gracioso con el que se roba escenas.
Sus padres, Alberto (Damián Alcázar) y Rocío (Elpidia Carrillo) tienen problemas financieros y están a punto de perder su casa ante las invasoras y todopoderosas Industrias Kord. También viven con ellos la abuela de Jaime (Adriana Barraza) y su tío camionero (George López en un papel divertido).
“Antes teníamos el lado más pobre de la ciudad”, dice Milagro. “Ahora ellos también quieren eso”.
A pesar de sus grandes ambiciones tras salir de la universidad, Jaime está atrapado limpiando habitaciones de hotel con su hermana. Como su familia se ha sacrificado mucho por él, se siente lleno de culpa.
Después de un encuentro casual con Jenny Kord (la actriz brasileña Bruna Marquezine), quien es sobrina de la directora ejecutiva de Industrias Kord, Victoria (Susan Sarandon), Jaime cree que puede aprovechar la oportunidad para pedir trabajo.
Aparece en la sede de Kord justo cuando Jenny huye con el preciado descubrimiento de Victoria: un escarabajo azul metálico del espacio exterior llamado Khaji-Da que la directora quiere usar para crear un ejército robótico privatizado. Definitivamente es algo muy distinto a los bienes raíces, pero, bueno, las tasas de interés están por las nubes.
Antes de que te des cuenta, Jaime, a quien Jenny le pide esconder el escarabajo, está mirando al animal cuando éste se hunde en su rostro y rápidamente se filtra en su cuerpo.
La respuesta inicial de Gregorio Samsa al convertirse en una especie de escarabajo fue simplemente darse la vuelta (”¿Qué tal si duermo un poquito más y olvido todas estas tonterías?”), pero Jaime no tiene esa oportunidad. Inmediatamente sale disparado al techo y al espacio.
En el “Blue Beetle”, una pelícua ámpliamente esbozada, pero enérgica, gran parte de lo que sucede es lo que cabría esperar. Jaime debe acostumbrarse su nuevo ser (y a esa voz interna al estilo Venom que escucha). Hay un pasado reciente por descubrir. Y una batalla culminante inevitable entre creaturas de animación por computadora.
Pero “Blue Beetle”, la última de una ola ahora desaparecida de películas de DC, se distingue de otras maneras. La familia de Jaime lo acompaña en su aventura, dándole apoyo cuando llega la gran pelea.
(Los días de juventud de la abuela como revolucionaria emergen cómicamente.) Los superhéroes son, en última instancia, fantasías de empoderamiento, aunque a menudo se han alejado de eso. “Blue Beetle” se las arregla para volver a ese origen al evocar la emoción de que un desvalido posea repentinamente una fuerza cósmica.
Soto juega con libertad mezclando un tono más relajado (La frase “activa pedo de bicho” es una nueva incorporación al a menudo solemne universo de DC) con azul neón y púrpura en el camino.
“Blue Beetle” no tiene mucha originalidad a su favor y Maridueña no causa una gran impresión, pero la película entiende de manera crucial que los filmes de superhéroes no necesitan ser serios para transmitir mensajes importantes.
“Blue Beetle”, ligera, animada y sincera, es un homenaje a la tenacidad de las familias méxico-estadounidenses que se han abierto camino en una sociedad a menudo inhóspita. Los familiares de los héroes, generalmente usados para plantear algún trauma en las películas de superhéroes, son parte central de la acción en este filme. (López tiene muchos chistes, y la mayoría funcionan).
Este es un momento de reflexión para las películas de superhéroes después de indicios de una tendencia a la baja, a pesar de algunas excepciones notables como la popular “Spider-Man: Across the Spider-Verse” (“Spider-Man: A través del spider-verso”), con su protagonista afrolatino.
“Blue Beetle”, que en un momento estuvo destinada a ir directamente a los servicios de streaming, queda en medio de este nuevo terreno incierto. Después de una serie de decepciones, las futuras entregas de DC llevarán la franquicia de cómics en nuevas direcciones.
Por lo tanto, queda por ver si “Blue Beetle” puede ser mucho más que un error en el sistema en medio de cambios más grandes en la industria.
Pero apuesto a que habrá muchos cinéfilos, especialmente los jóvenes hispanos que no están acostumbrados a verse reflejados en Hollywood, que sonreirán durante todo el recorrido de la animada “Blue Beetle”.
Incluso una película de superhéroes secundaria como esta puede encantar gracias a su cálida perspectiva latina y su destacado elenco de apoyo, todavía hay muchas esperanzas para el género, pese a los errores.
“Blue Beetle,” a un estreno de Warner Bros. tiene una clasificación PG-13 (que advierte a los padres que podría ser inapropiada para menores de 13 años) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por escenas de acción y violencia, diálogos y algunas referencias sugestivas. Duración: 127 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.