Magia en tierra y bajo el mar: así se recreó el mundo de La Sirenita
La película, dirigida por Rob Marshall, presenta fascinantes entornos submarinos fotorrealistas e impactantes escenarios reales fuera del agua
El próximo jueves, 25 de mayo, el público podrá descubrir en la gran pantalla los impactantes mundos creados para La Sirenita, la esperada nueva versión de acción real del clásico musical animado de Disney que conquistó al mundo entero.
El visionario realizador Rob Marshall se enfrentó al gran desafío de llevar nuevamente esta historia icónica a los cines. La nueva película de La Sirenita es un relato épico en el que se despliega un mundo submarino fotorrealista con impactantes escenarios reales de gran escala.
Para llevar adelante esa tarea monumental —desafiante en términos técnicos y por el fuerte simbolismo asociado a la historia de Ariel en la cultura popular— Marshall convocó a sus talentosos y galardonados colaboradores de larga data para dar vida a dos grandes mundos.
Fantasía en el mar
Desde que empezó a desarrollar el proyecto con su equipo creativo, Rob Marshall supo que el mundo en tierra y el mundo bajo el mar de La Sirenita debían diferenciarse marcadamente en términos de realidad y fantasía.
“En nuestra historia hay dos mundos diferentes: el mundo de arriba, que es el mundo real, y el mundo submarino, que es un mundo mágico en el que existen sirenas, los cangrejos cantan y las aves buceadoras como Scuttle, hablan. El mundo submarino es totalmente digital y en el mundo de tierra firme todo es real y construido en la manera en la que se hacen las películas de época”, explica el realizador.
“Y debido a que estábamos haciendo también un musical, en muchos sentidos parecía que estábamos haciendo tres películas distintas al mismo tiempo”, continúa.
Para dar vida a los entornos digitales del mundo submarino, que incluye el palacio del Rey Tritón (Javier Bardem), la gruta de Ariel (Halle Bailey) y la guarida de Úrsula (Melissa McCarthy), Marshall se apoyó en la técnica fotorrealista.
“Aunque es un mundo mágico el que creamos, nuestro objetivo era que no pareciera animado. Queríamos reimaginar nuestro espacio submarino con un estilo fotorrealista, para que pudiera cobrar vida de una manera apropiada para una película de acción real. Eso era muy importante para nosotros”, señala.
Bajo el liderazgo del diseñador de producción John Myhre, los tres entornos submarinos fueron concebidos específicamente con su propio diseño, con paletas de colores y tonalidades sutilmente diferentes.
La gruta de Ariel, por ejemplo, presenta el color azul más claro del océano en la superficie, mientras que los tonos violeta oscuros reflejan el siniestro mundo de Úrsula en las profundidades del océano. El reino submarino de Tritón, en tanto, fue diseñado con una paleta de colores intensos y brillantes, inspirada en corales y anémonas reales.
Para incluir los distintos elementos que componen el universo visual del reino, Myhre se inspiró en el perfil de Manhattan de la década de 1930, y todo está hecho de hermosos y gigantescos pilares de coral, anémonas, arrecifes y otras formaciones.
Esos corales del reino, a su vez, hacen de transición a otras partes del mar, que incluyen las aguas más tranquilas en las que se encuentra la gruta de Ariel, construida con formas que parecen olas, espirales, arena y corales. Para crearla, Myhre se inspiró en las formaciones de arenisca del cañón del Antílope en el norte del estado de Arizona, por las que el agua del mar ha corrido durante miles de años, creando formas rítmicas.
La guarida de Úrsula se hace presente como en una negrura azul violácea que tiene placas de roca puntiagudas que se proyectan hacia un abismo, un oscuro espacio volcánico bañado en una negrura casi total. El esqueleto de una gigantesca ballena prehistórica forma la entrada, y adentro, la guarida está llena de rocas irregulares de obsidiana que reflejan el calor, el humo y el fuego, creando formas e imágenes distorsionadas y siniestras.
Para insertar la acción de los actores y las actrices en esos entornos acuáticos creados digitalmente, el equipo de Marshall recurrió a la técnica dry-for-wet, que no involucra agua y consiste en el uso de una pantalla azul sobre la que el elenco se sostiene mediante soportes de alta tecnología que incluyen cables, balancines y diapasones. “Para igualar y muchas veces contrarrestar el movimiento de los actores, las cámaras eran maniobradas desde grúas telescópicas de 15 metros con cabezales remotos panorámicos”, comenta el director de fotografía Dion Beebe.
Por otra parte, los actores y las actrices que prestaron sus voces en inglés a los personajes animados del cangrejo Sebastián (Daveed Diggs), el ave Scuttle (Awkwafina) y el pez Flounder (Jacob Tremblay) trabajaron estrechamente con Marshall en la filmación de la captura de voz, utilizando un video de referencia para el diálogo y el movimiento en un escenario circular. Seis cámaras registraron las actuaciones de Daveed Diggs, Jacob Tremblay y Awkwafina, material que luego usaron los artistas en el desarrollo de sus personajes animados en posproducción.
En escena, los actores y las actrices que debían interactuar con Sebastián, Scuttle y Flounder contaron con marionetas operadas por titiriteros que servían de referencia para la interpretación, y también para diferentes aspectos técnicos del rodaje.
Realismo en tierra
Ambientado en la década de 1830 en una isla ficticia del Caribe, La Sirenita tiene una impronta visual marcada por una paleta de tonos tierra (marrones, dorados y grises) para los entornos naturales y gamas de blanco, azul y dorado para las construcciones arquitectónicas.
En tierra, la historia transcurre en espacios tan diversos como un castillo del siglo XIX, un colorido bazar y un majestuoso barco, todos construidos especialmente para la película en los estudios Pinewood de las afueras de Londres. La producción luego se trasladó a la isla de Cerdeña, frente a las costas de Italia, donde se filmaron las escenas de exteriores durante varias semanas.
El castillo de Eric es de inspiración colonial y tiene un aspecto descolorido, como si hubiera sido erosionado por el clima marítimo. En su interior es luminoso y aireado, con numerosos patios y terrazas, y plantas fuera y dentro de las estancias. Hay un enorme abanico y enormes franjas de tela blanca ligera que están colgadas sobre las aberturas del comedor que dan a la terraza. La biblioteca de Eric, en tanto, tiene guiños a la gruta de Ariel, con las mismas formas serpenteantes y la presencia de objetos que el príncipe coleccionó en sus viajes.
Otro de los espacios en los que se desenvuelve Eric es su barco, que cuenta con una tripulación de treinta marineros. “Tuvimos que construir el barco como un set físico y fue una escenografía teatral impresionante, algo que se ve muy raras veces en una película”, cuenta el productor ejecutivo Jeffrey Silver.
El barco se construyó en un set de exteriores de Pinewood en un gigantesco tanque. De tamaño real, contó con hermosas velas, un casco de madera, cuerdas, mástiles y más elementos diseñados como si fueran del siglo XIX.
“Tiene una escala de un barco grande de comienzos del siglo XIX, pero le agregamos algunos detalles, como madera de caoba y nogal, y listones de bronce para que tuviera un aspecto más elegante. Le agregamos el color azul, que es el color característico del príncipe y su castillo, y lo hicimos aún más principesco con tallados especiales que le daban su sello personal”, describe Myhre.
Una pantalla azul, una gigantesca plataforma hidráulica para simular los movimientos en altamar y plataformas para acomodar las cámaras también formaban parte de este impactante set de filmación. Además, el barco estaba rodeado de una serie de máquinas de viento, cañones de agua y tanques con miles de litros de agua que se usaban para arrojar agua por la cubierta durante las escenas de tormenta.
En Pinewood también se dio vida al mercado del pueblo que descubre Ariel después de haber tomado las riendas del caballo y el carruaje de Eric, compuesto por puestos de frutas, de flores, de sombreros y bufandas, de canastas y tapetes, de boles, de especias y de joyas, junto con animales y músicos en vivo.
Por último, se construyó en Pinewood el set de la icónica laguna donde Sebastián, Scuttle y Flounder tratan desesperadamente de hacer que Eric y Ariel se besen. Entre otros elementos, incluyó una playa, botes de verdad, una cascada y un sauce de diez metros de altura.
Destino: Cerdeña
La Sirenita incluye momentos icónicos que transcurren en la playa, como la escena en la que Ariel rescata a Eric y la emocionante escena del final. Para crearlos, el equipo creativo eligió las paradisíacas costas de la isla de Cerdeña.
“Era importante encontrar un lugar que transmitiera el drama épico que requiere la historia. Cerdeña lo tiene todo. Las aguas cristalinas, las impresionantes costas, los acantilados, las fortalezas, las vastas playas y los caminos rurales”, señala Marshall.
Las locaciones de Cerdeña incluyeron Cala Moresca, una ensenada y muelle de pescadores en la costa noreste, en donde se filmaron el pueblo pesquero y las escenas del muelle del castillo. Rena Majore fue elegida como la playa de Ariel, donde emerge del agua y se sube a su roca. ¿Un dato extra? La roca se hizo a medida y se transportó a Cerdeña en donde se la colocó en el agua en esa locación antes de la llegada del elenco. Por último, las escenas del carruaje con Ariel y Eric se filmaron en la costa de Rena di Matteu.
Adaptando el rodaje a las variaciones climáticas, el equipo liderado por Marshall desplegó en Cerdeña grandes recursos técnicos y logísticos que requerían las escenas sobre la superficie del agua, incluyendo una grúa telescópica de 9 metros sobre un bote para filmar secuencias en las cuales los actores estuvieran en el océano. La mayor parte de la imponente fotografía aérea, en tanto, fue realizada con helicópteros y también, en menor medida, con drones para poder captar un paisaje inolvidable.