https://resources.diariolibre.com/images/2025/05/16/crianza-otra-2-10fd8d30.jpgCrianza de los hijos: el objetivo no es ser perfectos, sino presentes y responsables.
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Resumen
El neuropsicólogo Oom Blanco destaca que la crianza es un proceso complejo que requiere conciencia, afecto y consistencia más que perfección. Las primeras interacciones con los cuidadores moldean el desarrollo cerebral infantil, influyendo en la regulación emocional y la resiliencia. La disciplina empática, como validar emociones durante los berrinches, enseña habilidades emocionales. Los errores en la crianza deben ser reparados con disculpas y explicaciones, fomentando un ambiente seguro y afectivo. La ciencia respalda que un apego seguro fortalece conexiones neuronales y la autorregulación, mientras que ambientes caóticos pueden afectar negativamente el desarrollo. La neuroplasticidad permite reparar vínculos y aprender nuevas estrategias en cualquier momento. Finalmente, Blanco recomienda acudir a terapia cuando la crianza se vuelve abrumadora, resaltando que criar es una combinación de ciencia y amor.
Punteo
La crianza es comparada con un videojuego en modo experto sin tutorial, enfatizando la necesidad de conciencia, afecto y consistencia.
Las primeras interacciones con cuidadores forman la base del desarrollo cerebral y emocional del niño.
Un entorno con amor, seguridad y límites ayuda a regular el estrés y manejar emociones.
Los berrinches deben ser abordados con empatía para enseñar habilidades emocionales.
Los padres deben aceptar errores, pedir disculpas y explicar para educar con responsabilidad.
Un estilo de crianza afectivo fortalece conexiones neuronales y resiliencia; estilos rígidos o sin límites claros pueden causar estrés crónico.
El apego seguro se asocia con mejor regulación del estrés y relaciones saludables; apego evitativo o ansioso puede generar problemas emocionales.
La neuroplasticidad permite reparar vínculos y enseñar nuevas estrategias en cualquier etapa.
Buscar terapia es recomendable cuando la crianza se vuelve abrumadora, combinando ciencia y amor.
Destacados
Ser padre o madre es como entrar en un videojuego en modo experto… y sin tutorial (Oom Blanco)
La clave está en la regulación emocional, el apego seguro y la consistencia (Oom Blanco)
El cerebro de un niño es un laboratorio en construcción, es una esponja en desarrollo (Oom Blanco)
En lugar de gritar '¡Deja de hacer escándalo!', intenta validar su emoción (Oom Blanco)
Los niños no necesitan padres perfectos, necesitan adultos que sepan reparar errores (Oom Blanco)
Los estilos de crianza no son solo una moda, son patrones conductuales que impactan a nivel biológico (Oom Blanco)
Nunca es tarde para reparar vínculos y enseñar nuevas estrategias de afrontamiento (Oom Blanco)
Buscar ayuda en terapia puede ser el mejor regalo para tus hijos y para ti (Oom Blanco)
Datos
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FAQ
¿Qué es lo más importante en la crianza según Oom Blanco?Ser conscientes, afectivos y consistentes, no buscar la perfección.
¿Cómo afectan las primeras interacciones al desarrollo del niño?Forman la base de la arquitectura cerebral y la forma en que el niño entiende y reacciona al mundo.
¿Qué hacer ante un berrinche infantil?Validar la emoción del niño y ofrecer alternativas con empatía y firmeza.
¿Por qué es importante pedir disculpas a los hijos cuando se pierde la paciencia?Porque enseña a reparar errores y educa con responsabilidad y ejemplo.
¿Qué consecuencias tiene un estilo de crianza sin límites claros o muy rígido?Puede provocar estrés crónico y afectar negativamente el desarrollo cognitivo y emocional.
¿Qué es la neuroplasticidad en el contexto de la crianza?La capacidad del cerebro para reparar vínculos y aprender nuevas estrategias en cualquier etapa.
¿Cuándo es recomendable acudir a terapia en la crianza?Cuando la crianza se vuelve abrumadora y se necesita apoyo profesional.
¿Qué beneficios tiene un apego seguro en los niños?Mejor regulación del estrés y mayor capacidad para establecer relaciones saludables.
Glosario
Regulación emocional: Capacidad para manejar y responder adecuadamente a las emociones propias y ajenas.
Apego seguro: Vínculo afectivo estable y confiable entre el niño y sus cuidadores que favorece el desarrollo emocional saludable.
Neuroplasticidad: Capacidad del cerebro para adaptarse, cambiar y formar nuevas conexiones a lo largo de la vida.
Consistencia: Mantener límites y respuestas estables y predecibles en la crianza.
Berrinche: Explosión emocional común en niños pequeños cuando enfrentan frustración o deseos no satisfechos.
Estrés crónico: Estado prolongado de tensión que puede afectar negativamente la salud física y mental.
Terapia conductual: Enfoque terapéutico que ayuda a modificar comportamientos y emociones a través de técnicas específicas.
Ser padre o madre es como entrar en un videojuego en modo experto… y sin tutorial. Así lo describe el neuropsicólogoOom Blanco (@oom_blanco), quien sostiene que no se trata de ser padres perfectos, sino de ser conscientes, afectivos y consistentes.
“Desde el primer día te llenan de consejos contradictorios: 'déjalo llorar', 'no lo cargues mucho', 'los niños son como esponjas'. Y sí, lo son. Pero la clave está en cómo los acompañamos en ese aprendizaje. La neurociencia y la terapia conductual nos ofrecen pistas claras: la clave está en la regulación emocional, el apego seguro y la consistencia”, explica.
Entender el cerebro infantil
El desarrollo del cerebro infantil es un proceso tan fascinante como delicado. Blanco indica que las primeras interacciones del niño con sus cuidadores forman la base de lo que será su arquitectura cerebral, su forma de entender el mundo y reaccionar ante él.
“El cerebro de un niño es un laboratorio en construcción, es una esponja en desarrollo. Sus primeras interacciones con sus cuidadores moldean su manera de entender el mundo. Si recibe amor, seguridad y límites, su cerebro aprende a regular el estrés y a manejar sus emociones”, dice.
“Pero si crece en un entorno caótico o sin contención, su desarrollo emocional y cognitivo puede verse afectado”, agrega el terapeuta del Instituto Dominicano para el Estudio de la Salud Integral y la Psicología Aplicada (Idesip).
Uno de los desafíos más comunes en la crianza es saber cómo reaccionar ante los famosos "berrinches". En lugar de interpretarlos como desobediencia, el profesional de la salud mental propone verlos como oportunidades para enseñar habilidades emocionales.
“Ejemplo: estás en el supermercado y tu hijo de tres años se tira al suelo porque quiere un chocolate. Sientes todas las miradas sobre ti. ¿Qué haces? En lugar de gritar '¡Deja de hacer escándalo!', intenta validar su emoción: 'Sé que quieres el chocolate y te enoja que diga que no'. Luego, ofrece una alternativa: 'Hoy no podemos comprarlo, pero en casa tenemos una merienda rica'”, refiere.
Blanco señala que, al responder con empatía y firmeza, se les enseña a los hijos a reconocer y gestionar la frustración, transformando una posible batalla en una oportunidad de aprendizaje emocional.
Padres reales, no perfectos
El experto enfatiza que el objetivo no es ser perfectos, sino presentes y responsables. Todos los padres pierden la paciencia alguna vez, pero lo importante es saber enmendar.
“Los niños no necesitan padres perfectos, necesitan adultos que sepan reparar errores. Si alguna vez pierdes la paciencia (porque somos humanos), no dudes en pedir disculpas y explicar por qué actuaste así. Eso también es educar”, señala.
La ciencia lo respalda: un estilo de crianza afectivo y consistente fortalece las conexiones neuronales que permiten una mejor autorregulación emocional y resiliencia ante el estrés.
Por el contrario, estilos sin límites claros o excesivamente rígidos pueden provocar estrés crónico, perjudicando el desarrollo cognitivo y emocional.
Criar con base científica
Lejos de ser una moda pasajera, los estilos de crianza tienen efectos duraderos a nivel biológico.
“Los estilos de crianza no son solo una moda, son patrones conductuales que impactan a nivel biológico. El apego seguro, por ejemplo, se asocia con una mejor regulación del estrés y una mayor capacidad para establecer relaciones saludables. Mientras tanto, un apego evitativo o ansioso puede predisponer a problemas emocionales en la adultez”.
Y ¿qué pasa si te equivocas? “Aquí entra la magia de la neuroplasticidad: nunca es tarde para reparar vínculos y enseñar nuevas estrategias de afrontamiento. La clave está en validar emociones, mantener límites claros y ser un modelo de regulación emocional. Recuerda: los niños no aprenden con discursos, sino con el ejemplo”, asegura Blanco.
Si en algún momento la crianza se vuelve abrumadora, acudir a terapia puede ser la decisión más acertada. “Buscar ayuda en terapia puede ser el mejor regalo para tus hijos y para ti. Porque criar no es cuestión de instinto, sino de ciencia y mucho, mucho amor”, concluye.
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