El debate en Las Galeras por uso de combustibles fósiles en proyecto energético
La obra busca reemplazar una central más pequeña ubicada en el centro de La Galeras
A finales del pasado mes de octubre, varias organizaciones de la provincia Samaná denunciaron en una rueda de prensa realizada ante la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo supuestas irregularidades alrededor de un proyecto de generación eléctrica que se erige en el distrito municipal de Las Galeras.
En la rueda de prensa, comunitarios y ambientalistas de esa localidad manifestaron que el proyecto GES Las Galeras, de la empresa Generadora Eléctrica de Samaná (GES), que cuenta con una licencia ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, y abarca la construcción de una infraestructura de generación de energía eléctrica en la comunidad de Las Colmenas, “está plagado de violaciones a las normas de evaluación ambiental”.
La obra busca reemplazar una infraestructura que actualmente opera la empresa, ubicada en el centro de Las Galeras, bajo el argumento de que la zona ha crecido y que el espacio actual no cuenta con la capacidad para expandir las operaciones y satisfacer un eventual aumento de la demanda eléctrica.
La central tendrá una capacidad instalada de 6.60 megavatios y consistirá en cinco unidades generadoras: tres de diésel y dos de Bunker C. El uso de estos combustibles en la central ha sido el punto de discordia, de acuerdo a comunitarios consultados.
“Nos sorprendieron”
En la rueda de prensa en la UASD participaron representantes de las Junta de Vecinos Unidos por un Bien Común La Colmena; La Nueva Esperanza de Rincón; Los Tocones; la Asociación de Vendedores de Caño Frío y zonas aledañas; Vecinos de L a Sangría; Asociación de Operadores de Embarcaciones Turísticas de Playa Rincón; Iglesias Católicas y Evangélicas del Distrito Municipal Las Galeras y el Foro Ambiental de Samaná.
Casimiro Balbuena, quien funge como vocero de las citadas organizaciones, dijo a Diario Libre que la empresa, que tiene unos tres años trabajando el proyecto, habría manifestado al inicio que la iniciativa “sería 100% de energía limpia, a base de energía solar y eólica. En un momento nos sorprendieron con la introducción de cinco unidades de plantas que funcionarán a base de diésel y Bunker C”.
Consultado sobre qué motiva la resistencia de estas entidades al proyecto, Balbuena indicó que en la zona donde actualmente opera la empresa, “las personas están sufriendo enfermedades, dentro de ellas cáncer. Si con el (uso) de diésel solamente están provocando esa situación de salud, ¿qué pasaría si se instala esas unidades que operarían con bunker, que es altamente contaminante?”.
Vistas públicas y encuentros
Durante la rueda de prensa en la UASD, los denunciantes señalaron que una de las irregularidades del proyecto era que “no se habían realizado las consultas públicas obligatorias”. Sin embargo, Balbuena confirmó que en la zona se realizaron entre enero y marzo dos vistas públicas “pero no invitaron a ninguno de los líderes de la comunidad”.
Sostuvo que la empresa, la parte contraria al proyecto y la Superintendencia de Electricidad sostuvieron dos reuniones a finales de agosto de este año. El vocero indicó que en uno de los encuentros se informó que en el estudio de impacto ambiental del proyecto se contempla solo un 10% de energía renovable en la central y el resto emplearía energía con combustible fósil.
Detalló que la empresa habría señalado en una de las reuniones que un proyecto de energía solar que desarrollan amerita plantas de emergencia, ante alguna eventualidad de mal tiempo y que el uso de solo un sistema fotovoltaico complicaría las operaciones.
“Si solamente van a generar ese 10% (energía limpia) la planta no sería de emergencia; la generación de combustible fósil sería 90%, ellos no van a funcionar con un 10% (…) ahí nos dimos cuenta que era un engaño”, sostuvo.
Tras el encuentro, explicó Balbuena, el Foro Ambiental de Samaná solicitó que se le otorgara un plazo de una semana para analizar el estudio de impacto ambiental del proyecto, que desarrolló la firma Antilia. El análisis concluyó con un informe que fue presentado a la empresa y las autoridades, sin embargo, de acuerdo a Balbuena, “no hubo respuesta”.
Respuesta de la empresa
“Nunca Generadora Eléctrica Samaná dijo que (el proyecto) iba a ser de energía renovable”, indicó a Diario Libre Gustavo Mena, representante legal de la empresa, quien añadió que en las vistas públicas realizadas desde principio de año “se les dijo muy claro que eran cinco unidades y de qué eran, que no era invento”.
El jurista indicó que el proyecto surge luego de que el Ministerio de Hacienda y la Superintendencia de Electricidad “exigieran a la empresa que crezca y para eso mudarse y crear un parque de generación en La Colmena”.
Reporteros de Diario Libre acudieron a La Galera, una de las comunidades del país que cuentan con un sistema de electricidad aislado al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).
“Tenemos muchas plantas, aunque no las utilizamos todas, pero es para tener respaldo suficiente”, manifestó durante la visita a la central Oliver Guerrero, gerente de producción de la Generadora Eléctrica de Samaná, al tiempo que dijo que la central actual está conformada por cinco plantas de diésel (dos de ellas no están en funcionamiento) con una capacidad total de 5.5 megavatios.
De esta cifra, suple a dos consumidores principales: por un lado, el distrito municipal, con un consumo por hora de entre 800 kilovatios y 1.5 megavatios, mientras que un importante hotel de la zona, que está en remodelación actualmente, requiere usualmente un megavatio. Guerrero explicó que anualmente la demanda energética aumenta entre un 8 y un 10%.
La nueva central
A cuatro kilómetros al suroeste del pueblo de Las Galeras está la zona donde se prevé la instalación de la nueva central, específicamente en el centro de un terreno de 50,000 metros adquirido por GES.
De acuerdo a la licencia ambiental otorgada por Medio Ambiente la obra contará, además de las cinco unidades, con oficinas administrativas, cuatro tanques para el sistema de almacenamiento de combustible, un tanque de almacenamiento de sludge de 6,000 galones de capacidad, un transformador de 4.00 MVA, dos transformadores de 1.5 a 2.5 KVA, cuarto de compresores, taller y almacén, un área de parques, verja perimetral y una infraestructura para el sistema de tratamiento de aguas residuales, almacenamiento de agua potable, entre otros.
Guerrero sostuvo que con esta nueva central, las plantas iniciarían con el diésel hasta llegar a una capacidad específica, luego entraría el Bunker C. Aseguró que las plantas para la generación eléctrica “son las más pequeñas del mundo”, una de ellas de 1,100 kilos y otra de 1,800. Hasta el momento en el terreno hay dos plantas dentro de furgones insonorizados, que cuentan con sendos equipos de mantenimiento.
Cuestionamientos
En el informe realizado al estudio de impacto del proyecto, el Foro Ambiental de Samaná cuestionó varios aspectos de la iniciativa, como el espacio seleccionado o el motivo por el cual se eligió instalar cinco unidades en lugar de una o dos, a fin de generar menor contaminación ambiental.
Sobre la zona, Oliver Guerrero manifestó que la empresa tardó años buscando un área “donde no se hiciera daño ambiental, donde no molestara, más aislado, que tenga acceso para los tanqueros, esto es pensando en el crecimiento de la zona completa”.
En cuanto al número de unidades señaló: “Se puede dañar una planta, una de ellas es de 1,800 kilos, en la carga estará a 1,500; otra es de 1,100 kilos. Con esas no puedo repartir la carga del pueblo, tendría que tener otra de respaldo, si las dos se me dañan tengo las otras dos. La cantidad de plantas es un asunto de disponibilidad”.
Guerrero explicó los planes de la empresa, junto a otra compañía dedicada a la generación eólica, de impulsar el uso de energía renovable, que actualmente, a través de una iniciativa fotovoltaica, constituye el 10% de la producción total de electricidad para Las Galeras.
“Para diciembre se prevé la instalación de un parque eólico para adicionar un 8% a la generación de electricidad. El resto sería combustible convencional. Esperamos crecer en energía renovable hasta tener un 100%, pero siempre teniendo las plantas térmicas, debido a las condiciones de clima que causan baja generación”, sostuvo.
El ejecutivo señaló que “el futuro es almacenar esa energía (renovable) pero necesitamos la térmica para garantizar la electricidad en la zona”. Aunque no especificó en cuánto tiempo se prevé este cambio total a energía renovable, el estudio habla de un plazo de 10 años.
Un impacto significativo
A juicio de ambientalistas del Foro Ambiental, el impacto potencial más significativo del proyecto “es el componente atmosférico”. En ese sentido, detallarlo en el análisis al estudio de impacto que el documento “se enfoca más bien en la parte ecológica, mientras no realiza análisis de dispersión de contaminantes a la atmósfera”.
En el estudio de impacto ambiental, específicamente en el apartado sobre “impactos a la calidad del aire”, los desarrolladores destacan que la combustión de combustibles fósiles como el diésel y el fueloil emite gases de efecto invernadero y otros contaminantes atmosféricos como óxidos de nitrógeno, además de partículas finas, contribuyendo a la contaminación del aire.
Los desarrolladores indican que el impacto ambiental del proyecto podría ser “significativo”, debido a que las emisiones estimadas para la instalación alcanzan un nivel de 6,000 Tco2 (total dióxido de carbono) equivalente a un año.
“Estas emisiones pueden contaminar el aire en la zona circundante y afectar la salud de personas y animales”, advierten los desarrolladores del estudio. Ante este impacto, el informe cita los proyectos de energía renovable que se desarrollan en la zona como parte de las “medidas concretas” para la mitigación de estos efectos que toma la empresa.
“El impacto negativo de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera es reversible a mediano plazo y mitigable. Además, al no existir otras fuentes de emisiones considerables en el área, se considera que el impacto ambiental de esta instalación no es sinérgico”, detalla el estudio.
“Si es energía limpia no nos oponemos”
Tras la visita a las instalaciones de la empresa GES, Diario Libre conversó con residentes cercanos a la planta actual y La Colmena. María Mejía sostuvo que hasta el momento la central no ha dado inconvenientes, sin embargo, se quejó de que “la luz está cara”.
Ramón Ortiz dijo no comprender cuál es el problema con la instalación, aunque “parece que es peligrosa porque todo el mundo está en contra de eso. Según dicen donde ponen esas plantas los turistas se alejan, y si tú tienes tierras por ahí no es verdad que las vas a vender fácil”. Añadió que lugareños de La Colmena quieren energía eléctrica “pero no queremos esa planta”.
“Dicen que la planta es dañina, aquí no están de acuerdo con eso. Ahora, nosotros reflexionamos que si la cambian por otro tipo… porque dicen que hasta los frutos se dañan”, indicó un comunitario solo identificado como José.
Lugareños cercanos a José manifestaron que el problema es el tipo de combustible a utilizar. “Si es energía limpia no nos oponemos”, coinciden, al tiempo que aseguran que el proyecto que funciona en el pueblo no puede compararse con la nueva instalación, debido a que esta última es de mayor tamaño.
La parte contraria a la obra presentó en octubre pasado un recurso de amparo en contra del proyecto ante los tribunales de la provincia. El conocimiento del recurso ha sido aplazado en varias oportunidades.
Sobre el estatus actual del proyecto, Oliver Guerrero informó que realizan labores de instalación eléctrica, sistemas de combustible, transformadores y controles. Concluida esta parte tienen pautada la instalación de una nave industrial que cubra las plantas. “Esto está prácticamente en cimientos”, indicó. Se prevé que central esté completa para el primer trimestre del 2024.