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Global Big Day

El Día de Global de Observación de Aves

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Global Big Day
Barrancolí (Todus subulatus) (FÉLIX LEÓN)

  Con el slogan de “Unidos por las aves del Caribe ¡Únase a la diversión de observar aves este Gran Día Mundial y ayúdenos a recaudar fondos para el anillamiento de aves en el Caribe!” se realizó el día sábado 13 de mayo a nivel mundial el Global Big Day ( GBD: El gran día mundial), de observación de aves, que se ha convertido en uno de los eventos ecológicos más esperados por los especialistas y aficionados, el conteo de aves endémicas y migratorias, y la competencia en diversas categorías tanto por cantidad de identificaciones como fotográficas y el cual persigue como finalidad primordial establecer un inventario de especies, así como la recaudación de fondos monetarios para la compra de equipos e insumos para el anillamiento de aves en estudio.

La ONG que organiza la actividad es eBird, es manejada por el Laboratorio de Ornitología de Cornell que se abrió de forma democrática desde el año 2013 y su finalidad es coordinar la base de datos, grabaciones de cantos de las aves y sus fotografías, así como de los movimientos migratorios de las aves a nivel mundial y así con el voluntariado, de obtener estadísticas constantes y en vivo sobre el movimiento, migración, disminución de población, y hasta la posible detección de especímenes aun no clasificados.

Durante el año 2022 a nivel mundial participaron más de 51.000 personas en 201 países y lograron contabilizar 132.000 listas de especies logrando una nueva marca mundial para este tipo de eventos en un solo día. En particular la región caribeña se sub agrupa bajo la denominación de Birds Caribbean Global Big Day y reúne a todos los países caribeños como Cuba, Jamaica, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Guadalupe, Turcos y Caicos, Saint Martin, Islas Vírgenes, Monserrat etc.

Objetivos de la actividad

 

  La actividad se realiza con regularidad dos veces al año, en mayo y octubre, siendo la próxima de octubre momento en el cual se observa en el país más aves de lo acostumbrado ya que se encuentran las aves migratorias, las aves residentes y las endémicas por lo cual la lista de especies observadas es diferente y más amplia que la del mes de mayo. Los requisitos para poder participar son como mínimo ser acompañado por expertos o conocedores capacitados ya que por haber especies muy parecidas y se pueden crear registros erróneos.

Hacer el proceso fue relativamente sencillo, entrar a la página de eBird, registrarse con su usuario y luego trabajar con la APP en su móvil celular. Una vez en ella se inicia sesión y se descarga la lista de aves locales al país al cual pertenece y se selecciona el ave observada o fotografiada lo que facilita no tener que estar anotando de forma manual.

En República, se coordinaron los voluntarios que se encontraban en sus respectivas localidades por toda la geografía para lograr la mayor captación posible de especies, logrando de esta manera una mejor contabilidad de las listas de especies por regiones o reservas biológicas.

La preparación del evento se hizo inicialmente mediante el contacto entre los integrantes de diversas organizaciones locales como el grupo Jaragua como coordinador general para llevar la contabilidad global, Adfona (Asociación Dominicana Fotógrafos de la Naturaleza) el Grupo Acción Ecológica, Jardín Botánico de Santiago Eugenio de Jesús Marcano, estudiantes de biología de la UASD (Universidad Autónoma de Santo Domingo) y personas independientes previamente capacitadas.

Nuestro grupo de República Dominicana para efectos de comunicación por WhatsApp se bautizó como “The Palm Chatters” (Las ciguas Palmeras) conformado por 32 integrantes en total.

En mi caso particular es mi primera experiencia de este tipo con el GBD y la realizamos en la reserva biológica Loma Charco Azul, dentro del parque nacional Sierra de Bahoruco, provincia Independencia.

Mi grupo estaba coordinado por el sr Pedro Genaro Rodríguez, fotógrafo naturalista, ex presidente de Adfona y gran conocedor de aves. El Doctor Franklin Howley especialista en nutrición y dietética y entusiasta avanzado en fotografía de la naturaleza y Silvani Hernández Consultora en Desarrollo Organizacional y Procesos y también amante de la fotografía de retratos y naturaleza. El grupo se consolidó y compenetró de inmediato al cruzar algunas palabras iniciales y el recorrido fue un intercambio de ideas positivas y de planificación de pequeños detalles de que lugares específicos visitar y las posibles especies que podríamos ver.

El viaje se inició el día viernes para poder recorrer con calma desde Santo Domingo hasta Duvergé, repostar combustible y llegar a Puerto Escondido. Nos hospedamos en Villa Barrancolí Eco Lodge donde muy temprano en la mañana iniciamos en recorrido donde en la primera parada en el poblado de Puerto Escondido recogimos al también especialista en aves Fernando González Feliz, Guardabosque por más de 14 años y Técnico de campo en Ornitología, experto conocedor del parque quien nos guío hasta los lugares específicos donde han sido vistas ciertas aves endémicas ya que algunas de ellas como la Cua (Coccyzus rufigularis) son bastante tímidas de ver y muy difíciles de fotografiar por lo cual hay que armarse de paciencia y esperar a veces por horas para poder por lo menos escucharla.

Al principio del conteo que inició a las 12:01 am (y finalizaba a las 11:59pm de ese mismo día) se podían escuchar los cantos de algunas especies para mi nuevas o como se dicen en el argot pajarero un ¡Lifer! (El significado de Lifer en el mundo de la observación de aves se utiliza para decir que hemos visto, encontrado o fotografiado a una especie nueva de ave para nosotros) por lo cual no supe inicialmente cuáles eran.

De mi cuenta individual al salir al camino rápidamente reconocí una bandada de unos 5 individuos aproximadamente en vuelo del ave emblemática nacional como para abrir la lista de lujo, es decir de la Cigua Palmera (Dulus dominicus) saliendo de una palmera, luego la lista iba aumentando rápidamente a medida que iban pasando las horas.

Nuestra primera parada formal fue prácticamente frente al nido subterráneo o cueva de un búho cucú o lechuza excavadora (Athene cunicularia) la cual se posó delante de la entrada en actitud defensiva ante los recién llegados intrusos. Ahí mismo al lado del nido del búho estaba posado un Barrancolí como diciendo aquí estoy, quiero mi foto…

De allí en adelante tuvimos un desfile continuado de diversas especies bastante comunes ya para mí como el Gorrión Común (Passer domesticus), la Cuyaya (Falco Sparverius) el Ruiseñor (Mimus polyglottos) pájaro Carpintero (Melanerpes striatus) el Cuatro ojos (Phaenicophilus palmarum) entre muchos otros más de nuestra lista de observación grupal la cual pueden revisar en el enlace adjunto:

https://ebird.org/tripreport/126086

 El día transcurrió con un excelente clima sombreado y una fresca temperatura y un silencio que era interrumpido solo por los cantos cruzados de diversas especies; las únicas perturbaciones era el eventual vaivén de algunos trabajadores agrícolas de la zona que se desplazaban con sus motocicletas a sus hogares por los senderos pedregosos y polvorientos espantando algunas de las aves más tímidas, por lo que en más de una ocasión perdimos el chance de ver esa especie en ese momento.  El resto la tarde estuvo genial logrando ver volar muy en lo alto el paso de un Guaraguao o halcón de cola roja (Buteo jamaicensis).

Al caer la noche regresamos al campamento base para comer algo y prepararnos para el cierre de la jornada haciendo un informe parcial de observaciones y buscando los equipos de iluminación para ir en búsqueda de algunas aves de hábitos nocturnos como la llamada bruja (Nyctibius jamaicensis) que por cierto tiene un canto bastante pavoroso al escucharlo en la completa oscuridad de una noche sin Luna y la Lechuza de la española (Tytoglaucops). No logramos encontrar a ninguna de las dos, pero Pedro y Fernando si escucharon al Pitanguá (Hispaniolan Nightjar, Antrostomus ekmani) y al Torico (Siphonorhis brewsteri).

Lo que si logramos ver todos para cerrar la noche con broche de oro fue un cielo bastante limpio y estrellado, con la vía láctea subiendo imponente desde el horizonte, quizás uno de los mejores cielos oscuros en la isla, por la baja contaminación lumínica y por la baja densidad poblacional que favorece justamente la vida silvestre, aunque esta se encuentre amenazada por la sustitución de la flora y bosques locales para la siembra y cultivo de los aguacates.

El evento en cifras

 

El número de aves que hay en la posibilidad de ver para esta fecha del año en la República Dominicana es de 152 especies y en nuestro equipo logramos ver 39 en total, es decir para la región visitada en solo 24 horas pudimos ver un 25.6% del total posible de aves en el país, una cifra bastante alentadora considerando que estuvimos en un área relativamente pequeña y con tan solo 5 observadores versus un total de 98 observadores a nivel nacional que vieron un total de 107 especies con lo cual tenemos contabilizadas el 36. 4% de avistamientos de ese día. 

Toda esa concentración de especies dentro de la reserva de Charco Azul significa que esa área es de suma importancia ya que reúne una biodiversidad bastante importante por lo cual se justifica que sea una reserva de interés y estratégica que se debe proteger continuamente.

El número de observadores de República Dominicana se incrementó en un 153% y la cantidad de listas de aves registradas se incrementó un 220% con respecto al año 2022

Colombia se coronó con el primer lugar este año con un total de 1530 avistamientos de aves ya que tiene la mayor diversidad del mundo y posee alrededor de 1954 aves, Perú le sigue con 1454 y Brasil con 1.199. El país con mayor número observadores de aves fue Estados Unidos con 76.994 personas, le siguen Canadá en el segundo con 14.487 y Colombia con 10.067.

En la zona del Caribe Cuba quedó en el primer lugar con 172 avistamientos, Bahamas con 127, Puerto Rico con 122 y República Dominicana quedó ocupando el cuarto lugar con 107 avistamientos.

https://ebird.org/news/inspiring-results-from-global-big-day-2023

Nuestro bioma, un frágil espacio que debemos proteger

 

El mensaje es claro y fuerte tanto de la comunidad global como de parte los integrantes de nuestro grupo que realizamos la actividad de observación, la creación de conciencia para la conservación de la naturaleza y la biodiversidad local en la República Dominicana debe comenzar en casa, no lo podemos relegar solo a los voluntarios y ONG´s.

También debe haber una política de estado, que no cambie con el tiempo y los cambios de gobiernos sino que sea consistente y perdurable, donde se concatenen todos ministerios, no solo el ministerio del ambiente, sino también el ministerio de educación y hasta el ministerio de turismo que coordinen para que se implemente como área de estudio dentro del pensum desde la primaria en la cátedra de biología y ciencias de la naturaleza algunos talleres para el reconocimiento de aves que puede ser impartido por especialistas de organizaciones como el Grupo Jaragua y que dichas actividades también se constituyen en opciones de sano esparcimiento fuera del aula.

El compromiso debe ser constante para evitar la extinción de ciertas especies no solo marítimas como los peces loros, las tortugas verde y Carey, la Boa de la Hispaniola o el gavilán de la hispaniola Buteo ridgwayi, es un estilo de vida que se debe tener cónsono con el desarrollo de la industria turística si se quiere que haya una expansión respetuosa con el medio ambiente.

Para acceder a la lista de observaciones generales y totalización de Republica Dominicana puede visitar el siguiente enlace:

https://ebird.org/caribbean/region/DO/activity?yr=BIGDAY_2023a&m=

TEMAS -

Fotoperiodista, editor de prensa y videógrafo, especializado en astrofotografía. Laboró en el periódico Meridiano y 2001 de Venezuela. Es amante de la fotografía de naturaleza y de la astronomía. Está convencido de que la fotografía debe transcender más allá de la belleza estética y ésta debe ser usada para crear conciencia hacia un mundo mejor. Es contribuyente de Istockphoto, EFE y AFP.