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Warlin Domínguez
Warlin Domínguez

Warlin Domínguez : “Volar es algo mágico porque como ser humano no nacimos para volar y uno siente que tiene superpoderes”

Historia de un piloto dominicano con licencia para vuelos comerciales

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Warlin Domínguez : “Volar es algo mágico porque como ser humano no nacimos para volar y uno siente que tiene superpoderes”
Warlin Domínguez, piloto dominicano. (DIARIO LIBRE/EDDY VITTINI.)

Warlin Domínguez escuchaba a distancia el sonido de los motores de los helicópteros que se aproximaban a la comunidad donde vivía, en La Vega. “Un sonido que yo pensaba que era fascinante para todo el mundo”, cuenta.

Ser piloto es el sueño de muchos niños y jóvenes, quienes se imaginan al timón de toda clase de aeronaves. Para alcanzar esa meta, en República Dominicana se necesitan aproximadamente 200 horas de vuelo que equivalen a 1.5 millones de pesos para licenciarse como piloto comercial, el nivel más alto en la aviación.

El costo promedio para realizar una hora de vuelo es de 135 dólares o 7,290 pesos, si se calcula con la tasa de cambio actual que se ubica en 54 pesos; este cálculo corresponde al alquiler de una aeronave pequeña con capacidad para dos personas.

La aviación ejecutiva o privada se constituye en un paso intermedio para los más afortunados en lograr obtener su primera licencia, luego de haber alcanzado 40 horas de experiencia de vuelo. Pero siempre será un puente o paso previo al salto final: las líneas aéreas.

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Infografía
Warlin es primer oficial en la aerolínea dominicana Arajet.
"“Hay varias oportunidades para que las personas logren su meta, con la ampliación de las aerolíneas y fuentes de financiamiento”"Warlin Domínguezpiloto dominicano

Durante su relato, Domínguez destacó la importancia de sumar horas de vuelo a su libro de registro (Logbook por su término en inglés), la mayoría de las cuales acumuló volando aviones privados -vuelo chárter- en el aeropuerto de Punta Cana. 

Un avión grande

Con apuros, por ser de una familia de bajos recursos, Domínguez logró su sueño. “Volar es algo mágico porque como ser humano no nacimos para volar y uno siente que tiene superpoderes”, expresó el joven piloto.

“La mayoría de los pilotos queremos volar un avión grande”, pero las ofertas laborales eran limitadas cuando en 2012 comenzó a buscar trabajo. Hoy en día hay varias oportunidades para que los pilotos logren tan anhelada meta, con la ampliación de las aerolíneas dominicanas y fuentes de financiamiento, comentó.

Los pilotos recién salidos de las escuelas tienen la oportunidad de encontrar su primer trabajo en los mismos centros de capacitación de vuelo, como instructores, que le dan paso a posicionarse en otras áreas como vuelos comerciales, transporte de carga aérea, fumigación, remolque de pancartas o planeadores y, entre otras, pilotos de transporte de líneas aéreas, el nivel más alto en aviación.

En la actualidad, Domínguez es primer oficial de la línea aérea dominicana Arajet, puesto que consiguió por haber completado más de 1,000 horas de vuelo que es el mínimo que exige esa empresa a los pilotos dominicanos. “Yo tengo 2,200 horas y alcanzarlas me tomó más de diez años”, explicó.

El joven piloto aclaró que el mínimo en horas de vuelo requeridas para recibir una licencia de aviación comercial son 200, pero cada aerolínea fija sus límites de experiencia en vuelos para garantizar seguridad a sus pasajeros.

¿Cómo lo logró?

Sentado en la cabina de uno de los aviones de Arajet, Domínguez piensa en cada paso que alcanzó a nivel académico. “Yo fui a la universidad, pero siempre tenía la s de la aviación”, precisó.

Al finalizar el bachiller, decidió estudiar mercadeo, pero se preguntaba si en algún momento llegaría alcanzar su “sueño de vida”. Motivado por una amiga, se acercó a una institución financiera para adquirir un préstamo y pagar el curso teórico.

“Para una persona de escasos recursos como yo, ser piloto era una meta casi imposible de alcanzar”, expresó. Sin embargo, los que de verdad sienten pasión por la aviación hacen lo imposible para lograrlo, dijo.

Para poder costear algunos de los vuelos que realizaba se reunía con otros amigos para hacer “serrucho para pagar un avión y sumarnos algunas horas”, acotó. 

Las programaciones de los vuelos comerciales, para los pilotos, son casi ficticias, ya que deben estar preparados para salir a trabajar, incluso en algunos días libres para el piloto y su tripulación.

Esto supone un pequeño trastorno para los planes familiares y más para los que tienen niños pequeños que no entienden por qué su padre o madre no puede asistir a las actividades familiares y escolares cuando ya lo tenían planificado.

TEMAS -

Periodista dominicana especializada en economía y finanzas, egresada de la Universidad Dominicana O&M.