Lucha individual contra la corrupción
Solo sería válida si el Gobierno no actúa...
Un filósofo de campo pensó que lo que abunda no daña, y esa idea prohijada a la sombra ahora sirve de sustento a una cruzada.
La persecución contra los corruptos del pasado régimen.
La corrupción es una ofensa colectiva y cada ciudadano se cree en el derecho de accionar en justicia contra los depredadores de fondos públicos.
La validez jurídica de esa creencia podría discutirse, y como el código con el aborto, tardarse años, pues dependerá de la acusación y de la defensa.
Sin embargo, como fenómeno se vive en estos días, y los procesos que se inician por la libre podrían dar agua de beber a los imputados, pero no lograr los mejores resultados.
Las buenas intenciones están desacreditadas desde que se supo que asfaltan los caminos al infierno. Además de que existen intenciones que se disfrazan de buenas.
Si las demandas particulares se adelantan a las públicas, que se suponen mejor fundamentadas ¿qué podría pasar? Si el gobierno solo amaga y no da, habrá que convenir que algo es algo; que peor es nada.
Pero si cada cual se toma la justicia por su causa, la multitud de casos podría poner de relajo a los tribunales.