La necesidad de poner el orden
Por más campaña, es más que urgente
En tiempo de campaña, todo parece gracioso, y por eso nos olvidamos por el momento de que aunque la noticia fuera fabricada por la oposición, los motoristas sí son una plaga en la República Dominicana.
¿Por qué? Porque no respetan las señales de tránsito, porque no respetan a los agentes de la policía, porque ponen en riesgo la vida de todo el mundo, las suyas incluidas, y porque contribuyen (¿o constituyen?) el caos que es conducir en nuestro país, el de mayor tasa de muertes por cada 100 mil habitantes en el mundo.
Pero son votantes, y sus boletas pesan igual que las de los dueños de bancos (bancos, no bancas), empresas, universidades o lo que usted quiera.
Además, se manejan en sindicatos y saben cómo tumbarle el pulso hasta al mandatario de turno.
Pero muy a pesar de ello, es imperante que se ponga orden en las calles dominicanas.
¿O seguiremos normalizando que en una intersección, y delante de unos apáticos agentes de la Digesett, entre 15 y 20 motocicletas burlen el semáforo sin consecuencia alguna?
Es prioritario que se tomen medidas extremas y urgentes, pero inmediatamente.