Sophie’s choice
El drama sobre la espera por un movimiento en las tasas de fondos federales sigue inconcluso
En la película de este nombre, Sophie llega a un campo de concentración con sus dos hijos pequeños. Desconcertada, comete el error de solicitarle a un guardián que se compadezca de los niños y la ayude a salvarlos sin tomar en cuenta que la posibilidad del poder absoluto saca lo peor de cualquier ser humano.
El guardián la somete a una elección cruel, la ayudaría a salvar solo uno de los niños, y ella podía elegir cual. El resto de la película discurre entre remembranzas y remordimientos desgarradores que le valieron un Oscar.
El mandato legal de la reserva federal le atribuye dos objetivos: maximizar el empleo y controlar la inflación. Usualmente estas variables se mueven en direcciones similares pero sus ideales son contrarios. Un aumento del empleo estimula la demanda, que presiona los precios al alza, de manera que crecen juntos.
Sin embargo, mientras el aumento del empleo es positivo lo deseable es una baja inflación. El reto es controlar la inflación, aunque las alzas de tasas reduzcan el dinamismo al PIB y el empleo. Igual sucede a la inversa, a veces se reducen tasas permitiendo más inflación para fomentar la actividad económica.
Hay un tercer escenario, de alta inflación y bajo empleo (y crecimiento) llamado estanflación. El temor actual es que la implementación de aranceles elevaría los precios internos, al menos hasta que se adapte la producción local, alejando la inflación de su meta recién recobrada.
Por otro lado, es desconocido el impacto que resultará sobre la producción y el empleo nacional el cual las medidas de aranceles buscan elevar.
Esto dependerá de muchos factores, entre ellos, el efecto de retaliaciones arancelarias y el periodo de adaptación del aparato productivo y laboral que pudieran alterar el panorama completamente en los próximos meses.
Se infiere que parte del optimismo con las medidas actuales se debe a que entre 2018-19 el presidente Trump implementó aranceles sobre el acero y aluminio sin un impacto inflacionario importante.
En aquel momento, los aranceles abarcaban menos productos, espacios legales de evasión mitigaron su aplicación y la reserva federal rebajó tres veces la tasa en 25 puntos porcentuales en lo que se llamó entonces un ‘ajuste de medio ciclo’ (entre expansión y recesión).
Por otro lado, en los años setenta la economía estadounidense enfrentó una inflación que empeoró aplicando controles de precios.
Factores desestabilizantes como el fin del patrón oro, el escándalo político de Watergate y la crisis petrolera, junto a una política monetaria errática ralentizaron el crecimiento y sufrió el empleo.
Los altos déficits fiscales resultado del gasto militar fueron acompañados por medidas de corte keynesiano que favorecían aumentar el gasto social y reducir las tasas de interés. La inflación llegó hasta 13% en 1974 y 1979.
Para detener el proceso, Volker debió aumentar la tasa prime de préstamo a 21%, que inicialmente solo detuvo el crecimiento. Se dice que las elecciones anteriores priorizando el empleo habían enviado la señal de que el control de precios era secundario.
¿Cuál será la elección esta vez? La Fed acaba de decidir … no decidir. Apostó por la prudencia para observar el desenvolvimiento futuro de la inflación y el empleo.
Todo indica que perseguirá el control inflacionario. Nuestra película aún no termina, ojalá un sostenido crecimiento permita que puedan salvarse ambos objetivos.