El candado
Desmitificando el blindaje constitucional
No parece muy feliz la metáfora de “blindar con candado“ la Constitución. Si una mayoría parlamentaria permite reformar la Carta Magna en una vía, otra mayoría parlamentaria permitirá reformarla en la contraria. Ninguna sociedad permitiría una camisa de fuerza, aunque los ciudadanos hayan votado a los que la atan.
¿“Blindada“ para siempre jamás? ¿O para los próximos 10 o 20 años? ¿O para dejar fuera a alguien en particular en las elecciones del 2028? Estamos de acuerdo en que hay políticos que no deberían reelegirse. Como también los hay que no deberían ni siquiera repostularse y ahí están.
Es una frase muy vendible y la idea de prohibir la reelección (sobre todo la del partido que no gusta) encuentra grandes adhesiones. Pero la expresión, simplemente, es falaz.
Todas las constituciones pueden ser reformadas si se cumplen las condiciones legales establecidas para hacerlo. Lo que no está tan claro es que cada presidente necesite hacer una reforma constitucional. Y es más, también se han reformado constituciones retorciendo la legalidad o haciendo malabares poco ortodoxos con sus señorías. Todo es cuestión de un par de buenos abogados en el equipo de Palacio y minorías parlamentarias encantadas de ayudar.
Todos los candados tienen llave. Hasta cuando se arroja la llave al mar hay formas de reventarlos.