Golpe en Venezuela
Venezuela enfrenta un autogolpe y una grave crisis de legitimidad electoral
Se habla de fraude electoral en Venezuela y la descripción se queda corta. Allí ha habido un autogolpe ante la evidencia cierta de que los venezolanos habían decidido electoralmente el final de Nicolás Maduro. Los resultados no fueron alterados sino, simplemente, ignorados. Toda una conspiración.
El pueblo se ha tirado a la calle y reina la incertidumbre. Sin la colaboración activa de los militares, cuya cúpula está bajo el dominio de la inteligencia cubana, hay pocas posibilidades de cambio. En Venezuela se han construido estructuras poderosas de control a todos los niveles. El conculcamiento de las libertades públicas se ha impuesto a golpes de represión.
Lo que ocurre en el país sudamericano importa. De triunfar la democracia, las repercusiones se extenderán por las Américas con adelantos funestos para los gobiernos dictatoriales de izquierda. Por su apoyo a Maduro los conoceréis.
Los chavistas han tenido un éxito total en una tarea que se pensaba imposible: la destrucción de uno de los países más ricos, con las mayores reservas de petróleo del mundo. Les ha salido tan bien el empeño que han superado a Cuba, escenario de una desolación económica penosa luego de más de sesenta años de revolución.
El chavismo ha perfeccionado el manual de la corrupción, del exterminio de la base productiva y de la siembra de desesperanza. Con sobrada razón ha conseguido que el pueblo del Arauca vibrador y con “el alma primorosa del cristal”, haya tenido que emigrar masivamente.
Lograr tal hazaña, ¡en tan solo 25 años!, merece crear para Maduro y sus secuaces el Premio Nobel de la Estulticia. Aún así, necesitan al menos seis años más para terminar de despoblar, y de paso desplumar, a Venezuela. No debemos permitirlo.