Explicar, por favor
Reflexiones sobre la identidad: ¿qué es un dominicano de pura cepa?
De pura cepa define a una persona auténtica, “con los caracteres propios de una clase“. Es la definición aséptica que ofrece el Diccionario de la lengua española, al que todos los que amamos el idioma deberíamos consultar con más frecuencia. Necesitaría, estulto al fin, que me explicaran qué es un dominicano de pura cepa y así determinar si muchos otros y yo encajamos. Un anuncio muy en boga, de dudosa calidad, deja abiertas interrogantes. De pamema, nada.
¿Se logra la cepa por el color, la raza, el apellido o por la simple adquisición de la nacionalidad? Esta confiere derechos y deberes específicos. Se obtiene por nacimiento o naturalización y es una categoría jurídica que define la pertenencia de una persona a una nación desde un punto de vista estrictamente legal.
Otros aromas se desprenden del nacionalismo, al que suele confundirse con nacionalidad. Uno, muy grato, cuando proviene de un sentimiento o ideología que coloca a la nación y sus intereses en el centro de la política y la cultura, por encima de cuestiones y valores individuales o globales. Nada criticable el fomento de un sentido de orgullo atado a la nacionalidad dominicana.
Otro, muy fétido, cuando la euforia nacionalista conduce a una diferenciación entre miembros de la nación y otros, y deviene causa de conflictos y discriminación. Nosotros, aquí; ustedes, para allá bien lejos. Este aspecto más negativo del nacionalismo aflora cuando la promoción de la identidad y los intereses de una nación se hace de manera exclusiva o agresiva, a expensas de otros grupos también parte del colectivo. Resultado: xenofobia y una visión del extranjero como una amenaza a la cultura, economía y la seguridad nacional.
¿Es ese el dominicano de pura cepa o del cepo?