Israel dice que mató al comandante de la unidad de cohetes y misiles de Hezbollah
Ascienden a casi 560 víctimas en la ofensiva isralí en el Líbano
Israel dijo el martes que mató al comandante de la unidad de cohetes y misiles de Hezbollah en un bombardeo de Beirut, mientras el ejército israelí y el grupo político-paramilitar libanés nuevamente intercambiaban fuego y el saldo de muertes por la ofensiva israelí ascendía a casi 560 personas.
Funcionarios militares dijeron que Ibrahim Kobeisi, al que consideraban responsable de lanzamientos de cohetes contra Israel, murió en un bombardeo sobre Beirut. Dijeron que Kobeisi, quien se sumó a Hezbollah en los años ochenta, planificó el ataque en el año 2000 en la región israelí de Monte Dov en que tres soldados israelíes fueron secuestrados y asesinados.
Otros comandantes estaban con Kobeisi en ese momento, indicó el ejército, pero no dijo si también resultaron muertos o lastimados.
Entretanto en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el embajador israelí ante el organismo mundial dijo que Israel no quiere enviar tropas al Líbano, pero hará “lo que sea necesario” para poner fin a los ataques con cohetes del Hezbollah que han obligado a miles de israelíes a abandonar sus viviendas.
Preguntado en conferencia de prensa si Israel contempla una invasión terrestre, el embajador Danny Danon dijo que su país “no tiene deseos de iniciar ninguna invasión terrestre en ninguna parte”.
“Preferimos una solución diplomática. Pero si eso no funciona, usaremos otros métodos para demostrarle al otro bando que somos serios”, aseveró.
“Haremos lo que sea necesario para permitir que los habitantes del norte de Israel regresen a sus casas”, añadió.
El bombardeo israelí ha provocado la huida de miles más desde el sur de Líbano y dejó a ambos bandos al borde de una guerra total.
Las familias desplazadas pasaron la noche en albergues improvisados en escuelas en la capital, Beirut, y en la ciudad costera de Sidón. Con los hoteles abarrotados o las habitaciones a precios fuera del alcance de muchas familias, quienes no encontraron cobijo durmieron en autos, parques o a la orilla del mar.
Issa Baydoun huyó del poblado de Shihine, en el sur de Líbano, cuando fue bombardeado y llegó a la capital en un convoy de vehículos con toda su familia. Tras descubrir que los albergues estaban llenos, pernoctaron en sus propios autos a un lado de la carretera.
“Tuvimos muchos problemas en la carretera para llegar hasta aquí", afirmó. Baydoun rechazó la afirmación israelí de que solo ataca objetivos militares.
“Evacuamos nuestras casas porque Israel está atacando a civiles", apuntó. “Por eso abandonamos nuestros hogares, para proteger a nuestros hijos".
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo que una de sus empleadas y su hijo pequeño estaban entre los muertos el lunes en la región del Beká, y que una limpiadora contratada por esa agencia murió en un bombardeo en el sur. El esposo de otra empleada y uno de sus hijos resultaron gravemente heridos.
Algunos libaneses ofrecieron apartamentos o habitaciones vacías en sus casas en publicaciones en redes sociales, mientras que algunos voluntarios instalaron un comedor en una gasolinera vacía de Beirut para preparar comida para los desplazados; el lugar había funcionado anteriormente como centro de voluntarios tras la devastadora explosión del puerto en 2020.
En la ciudad oriental de Baalbek, la Agencia Nacional de Noticias informó de filas en panaderías y gasolineras mientras los residentes se apuraban para hacer acopio de productos básicos en previsión de otra posible ronda de ataques el martes.
En el paso fronterizo con Siria se registraron atascos masivos mientras la gente trataba de huir al país vecino.
Hezbollah dijo que durante la noche disparó misiles contra ocho puntos en Israel, incluyendo una fábrica de explosivos en Zichron, a 60 kilómetros (37 millas) de la frontera.
El ejército israelí dijo el martes en la mañana que se dispararon 55 cohetes desde Líbano hacia el norte de Israel, donde provocaron incendios y daños en edificios. El Centro Médico Galilea, un hospital del norte de Israel, dijo que recibió dos pacientes con heridas leves en la cabeza tras la caída de un cohete cerca de su vehículo. Varios más estaban siendo atendidos por heridas leves sufridas al salir corriendo hacia los refugios o en accidentes de tráfico cuando se activaron las alarmas antiaéreas.
Las autoridades militares reportaron docenas de ataques aéreos contra objetivos de Hezbollah, incluyendo una célula que lanzó cohetes durante la noche, y apuntó que se alcanzaron objetivos cerca de la frontera con tanques y artillería.
También dijeron que habían llevado a cabo un “ataque selectivo” en Beirut, sin dar más detalles. El Ministerio de Salud libanés dijo que seis personas murieron y 15 resultaron heridas en el ataque en un vecindario del sur, una zona donde Hezbollah tiene una fuerte presencia. La Agencia Nacional de Noticias del país dijo que el ataque destruyó tres pisos de un edificio de apartamentos de seis plantas.
Las renovadas hostilidades se produjeron tras los históricos choques del lunes, que registraron la mayor cifra de fallecidos en una única jornada en Líbano desde la guerra que enfrentó a Israel y Hezbollah durante un mes en 2006.
Israel dijo que atacó depósitos de armas de Hezbollah. Los datos de satélites de seguimiento de incendios estadounidenses analizados el martes por The Associated Press mostraron la amplia gama de ataques aéreos israelíes sobre el sur de Líbano, en una zona de más 1.700 kms cuadrados (650 millas cuadradas).
Los expertos suelen utilizar el Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos de la NASA para rastrear los incendios forestales en zonas rurales de Estados Unidos. Pero también se suele emplean para rastrear los fuegos que siguen a los ataques aéreos, especialmente cuando un proyectil enciende material inflamable en tierra, como municiones o combustible.
Los datos recopilados el lunes muestran incendios significativos en todo el sur de Líbano y el valle del Beká. En varias zonas había incendios múltiples e intensos, como en las inmediaciones de la ciudad costera sureña de Naqoura, que alberga una base de la misión de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en la región. También se registraron otros en zonas rurales o pueblos.
Israel y Hezbollah parecen estar al borde de una nueva guerra tras la constante escalada de las tensiones durante los últimos 11 meses. La milicia ha estado disparando cohetes, misiles y drones hacia el norte de Israel en solidaridad con los palestinos y su aliado Hamás, un grupo insurgente que también cuenta con el apoyo de Irán, en Gaza.
Hezbollah es el actor político y militar más fuerte de Líbano y está ampliamente considerado como la principal fuerza paramilitar del mundo árabe.
Israel ha respondido con ataques aéreos cada vez más intensos y con el asesinato selectivo de comandantes de Hezbollah, al tiempo que amenaza con lanzar una operación más amplia.
Miles de libaneses huyeron del sur del país el lunes luego de que el ejército israelí ordenó la evacuación de las zonas donde acusa a Hezbollah de colocar sus lanzadores de proyectiles y otras armas, en el mayor éxodo desde la guerra de un mes de hace 18 años.
El Ministerio de Salud de Líbano dijo que los ataques registrados desde el lunes se cobraron la vida de al menos 558 personas, incluyendo 50 menores y 94 mujeres, y dejaron más de 1.800 heridos, una cifra asombrosa en apenas un día en un país que sigue recuperándose de los letales ataques contra dispositivos de comunicación registrados la semana pasada.
Casi un año de ataques transfronterizos habían vaciado ya las comunidades más próximas a la frontera, desplazando a decenas de miles de personas en ambos lados. Israel ha prometido que hará todo lo posible para garantizar que sus ciudadanos pueden regresar a sus hogares en la región, mientras que Hezbollah afirmó que mantendrá sus ataques hasta que se alcance un alto el fuego en Gaza, algo que parece cada vez más lejano.