Netanyahu dice que Israel reducirá operaciones en Gaza pero que Líbano podría ser siguiente objetivo
También señaló que no hay final a la vista para la devastadora guerra en Gaza
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo el domingo que la actual fase de la lucha contra Hamás en Gaza está llegando a su fin, lo que prepara el terreno para que Israel envíe más tropas a su frontera norte para enfrentarse a la milicia libanesa Hezbollah.
Los comentarios amenazan con aumentar aún más la tensión entre Israel y Hezbollah en un momento en que parecen acercarse a la guerra. Netanyahu también señaló que no hay final a la vista para la devastadora guerra en Gaza.
El gobernante israelí indicó en una extensa entrevista televisada que aunque el ejército está por completar su actual ofensiva terrestre en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, eso no significa que se acabó la guerra contra Hamás. Pero agregó que se necesitarán menos tropas en Gaza, lo que liberaría fuerzas para luchar contra Hezbollah.
“Tendremos la posibilidad de trasladar a algunas de nuestras fuerzas al norte, y eso haremos”, dijo Netanyahu al Canal 14 de Israel —un canal televisivo favorable al primer ministro—, en una entrevista que frecuentemente fue interrumpida por aplausos de la audiencia en el estudio. “Antes que nada, como defensa”, agregó, pero también para permitir que decenas de miles de israelíes desplazados regresen a casa.
Hezbollah, respaldado por Irán, comenzó a atacar Israel casi inmediatamente después de la ofensiva israelí en Gaza. Desde entonces, Israel y Hezbollah han intercambiado fuego casi todos los días, pero la lucha se ha intensificado en semanas recientes, lo que genera temores de una guerra en toda regla.
Hezbollah es mucho más fuerte que Hamás, y abrir un nuevo frente aumentaría el riesgo de una guerra más amplia y a nivel regional que involucre a otros aliados iraníes y quizás al propio Irán, lo que podría causar fuertes daños y bajas masivas en ambos lados de la frontera.
El enviado de la Casa Blanca, Amos Hochstein, estuvo la semana pasada en la región reuniéndose con funcionarios en Israel y Líbano en un intento por reducir la tensión. Pero la lucha ha continuado.
Netanyahu señaló que esperaba que se pudiera encontrar una solución diplomática a la crisis, pero prometió resolver el problema “de una manera diferente” de ser necesario. “Podemos luchar en varios frentes y estamos preparados para hacerlo”, comentó.
Agregó que cualquier pacto no sólo sería “un acuerdo sobre papel”, sino que requeriría que Hezbollah esté lejos de la frontera, un mecanismo de cumplimiento y que los israelíes regresen a sus hogares. Decenas de miles de personas fueron desalojadas poco después de que el combate estallara y no han podido regresar a casa.
Hezbollah ha dicho que seguirá luchando contra Israel hasta que se logre un cese el fuego en Gaza. El líder del grupo, Hassan Nasrallah, advirtió la semana pasada a Israel que no inicie una guerra, ya que Hezbollah tiene nuevas armas y capacidades de inteligencia que podrían ayudarle a atacar posiciones más críticas en el interior de Israel.
Hezbollah ya ha presentado nuevas armas durante el combate de bajo nivel, incluso drones difíciles de eludir cuyo lanzamiento es poco previsible. Un soldado israelí resultó herido de gravedad el domingo en un ataque con dron.
Pero Israel afirma que también le ha mostrado a Hezbollah sólo una pequeña parte de sus capacidades y que Líbano se convertirá en una segunda Gaza de haber una guerra. El ejército de Israel dijo la semana pasada que había “aprobado y validado” un nuevo plan para una ofensiva en Líbano.
En la entrevista, Netanyahu señaló que la ofensiva de Israel en Gaza está amainando. El ejército israelí ha estado operando en la ciudad fronteriza de Rafah desde principios de mayo. Afirmó que ha infligido graves daños a Hamás en Rafah, que ha identificado como el último baluarte de Hamás después de una guerra brutal que comenzó hace casi nueve meses. Pero agregó que Israel debe continuar con las operaciones de “segado”.
Israel lanzó su invasión aérea y terrestre en Gaza después del ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que murieron unas 1,200 personas y tomó como cautivos a unas 250 más.
La ofensiva israelí ha matado a más de 37,000 palestinos, desencadenado una crisis humanitaria y procesos por crímenes de guerra y genocidio en los principales tribunales internacionales en La Haya.
También ha aumentado la tensión entre el presidente estadounidense Joe Biden y Netanyahu. El domingo, Netanyahu volvió a mencionar un “drástico descenso” en las entregas de armas de Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel, lo que obstaculiza el esfuerzo bélico.
Biden ha retrasado la entrega de ciertas bombas pesadas desde mayo por inquietudes sobre las bajas civiles, pero la semana pasada su gobierno refutó las acusaciones de Netanyahu de que otros envíos también habían sido afectados.
Aunque Estados Unidos y otros mediadores están presionando para un plan de cese el fuego, Netanyahu ha descartado un final a la guerra hasta que Israel libere a todos los cautivos en manos de Hamás y destruya las capacidades militares y de gobierno de Hamás.
La actual fase de la guerra “está por terminar”, afirmó Netanyahu. “Eso no significa que la guerra esté por terminar”.
En tanto, el ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, visitó Washington para conversar con funcionarios estadounidenses sobre la guerra y las tensiones con Líbano. Y el próximo mes, Netanyahu ha sido invitado al Congreso estadounidense para pronunciar un discurso que ya está dividiendo a Washington en líneas partidistas. Algunos demócratas, molestos con Netanyahu por la disputa pública con Biden, han dicho que no asistirán.
Funcionarios estadounidenses también han presionado a Netanyahu para que trace un claro plan de posguerra para Gaza. Estados Unidos ha dicho que no aceptará una ocupación israelí de largo plazo en el territorio palestino.
Netanyahu expresó una visión muy diferente. Afirmó que la única manera de garantizar la seguridad de Israel es si mantiene control militar sobre Gaza.
“No hay nadie más” capaz de hacerlo, comentó. Pero indicó que está buscando una manera de crear una “administración civil” palestina para lidiar con los asuntos del día a día en Gaza, con suerte con el respaldo de países árabes. Descartó cualquier participación de la Autoridad Palestina, que fue expulsada de Gaza por Hamás en 2007.
Netanyahu afirmó que el ejército israelí intentó hace varios meses trabajar con familias palestinas prominentes en Gaza, pero que Hamás inmediatamente “las destruyó”. Agregó que Israel ahora está buscando otras opciones.
Netanyahu descartó una opción favorecida por algunos de sus socios gobernantes ultranacionalistas: volver a asentar a israelíes en Gaza. Israel se retiró de Gaza en 2005, poniendo fin a una presencia de 38 años.
“El tema del asentamiento no es realista”, comentó. “Yo soy realista”.