Los gazatíes se dan un respiro en la playa, como antes de la guerra
Un fotógrafo de la AFP captó estos instantes de calma, un momento de alivio en este territorio palestino arrasado por más de seis meses de guerra
Cientos de palestinos desplazados en Deir el Balah, en el centro de la Franja de Gaza, pudieron aprovechar el buen tiempo y bañarse en el mar, un respiro entre los estragos de más de seis meses de guerra.
"Fue una ocasión para ir al mar. Con el calor, la tienda de campaña es como un horno, y el aire como fuego", dice a la AFP Mahmud Al Khatib, de 28 años, al evocar ese momento del miércoles que por un instante lo alivió de la guerra.
Mahmud Al Khatib tuvo que huir de la ciudad de Gaza, en el norte, con su mujer y sus hijos debido a la invasión y los bombardeos de Israel.
Mientras esperan poder volver a su casa, viven en un campo de desplazados, en unas carpas bajo el sol abrasador de abril y un termómetro que marcaba el miércoles 34 ºC en Deir el Balah.
"Los niños estaban felices", asegura Naji Abou Waseem, también desplazado de la ciudad de Gaza. "Era nuestro objetivo, sacarlos de los destrucción y la muerte, del entorno de la guerra, incluso si oyen todo el rato explosiones y aviones".
Un fotógrafo de la AFP captó estos instantes de calma, un momento de alivio en este territorio palestino arrasado por más de seis meses de guerra y de combates entre Israel y el movimiento islamista Hamás.
Varios hombres yacen en la arena y observan a los niños que juegan con las olas. Un grupo de mujeres y chicas, con túnica larga y velo, posan para la foto.
Un caballo y un perro avanzan en el agua. Unos niños ríen encima de un camello.
Un poco más lejos, unos adolescentes juegan con un balón y los más pequeños saltan en una especie de trampolín.
Según el ministerio de Salud de Gaza, donde gobierna Hamás, la operación militar israelí ha matado a casi 39,000 personas, en su mayoría civiles, sobre todo mujeres, adolescentes y niños.
Oriunda de un barrio del norte de Gaza, Um Ramadan, su marido Yunis Abu Ramadan, sus hijos y sus nietos viven también bajo las carpas del campamento, como "en una lata de sardinas", dice.
"Hemos pasado el día en la playa", explica Yunis Abu Ramadan. "Hemos intentado olvidar lo que estamos viviendo, pero es difícil", insiste.
La guerra estalló tras el ataque sin precedentes de los comandos de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel, en el que murieron 1,170 personas, sobre todo civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares.
Los milicianos islamistas también secuestraron a unas 250 personas. Según Israel, 129 rehenes siguen cautivos en la Franja de Gaza, de los que se cree que 34 han fallecido.
En una tregua a finales de noviembre, hubo un canje de rehenes y 80 de ellos, israelíes o con doble nacionalidad, fueron liberados, contra 240 presos palestinos.