VIDEO | Sube a 112 los muertos en incidente en Gaza; Hamás afirma que siete rehenes murieron
El Ministerio de Salud del enclave entregó una actualización en la que indicó que el número de muertos subió a al menos 112 y que más de 280 personas resultaron heridas, en medio de cuestionadas circunstancias.
Este viernes, 1 de marzo, el Ministerio de Salud de Gaza señaló que aumentó a al menos 112 el número de palestinos que murieron un día antes, mientras hacían fila para recibir ayuda humanitaria. Las autoridades locales y testigos apuntan a fuego del Ejército de Israel, que rechaza atribuye la mayor parte de los decesos a una estampida. Tras lo ocurrido, crecen las peticiones de líderes internacionales sobre una investigación independiente y rigurosa. Entretanto, el grupo Hamás indicó que siete rehenes que permanecían en su poder murieron por bombardeos israelíes.
Este viernes, 1 de marzo, el Ministerio de Salud del enclave entregó una actualización en la que indicó que el número de muertos subió a al menos 112 y que más de 280 personas resultaron heridas, en medio de cuestionadas circunstancias.
La cartera de Salud, reporteros de la agencia de noticias en el lugar 'Al Jazeera' y testigos aseguran que las tropas israelíes ocasionaron la tragedia al disparar contra la multitud. Sin embargo, las fuerzas del país de mayoría judía afirman que la mayor parte de los decesos ocurrió por una estampida, aunque admiten que dispararon presuntamente al aire y a las extremidades de algunos gazatíes en el lugar, al verse amenazados por una avalancha de personas.
Centenares de personas se reunieron alrededor de 38 camiones de reparto, desesperadas por conseguir alimentos, en momentos en que muchas familias se han quedado sin suministros por la guerra y la escasa entrada de asistencia.
“Nuestros hijos se mueren de hambre y cuando salimos a intentar coger una bolsa de harina nos disparan, algunos son atropellados. Envían esta ayuda para que los judíos maten a nuestros hijos”, comentó una mujer gazatí que estaba presente en la calle al Rashid, donde los hechos tuvieron lugar.
Pese a que fuentes israelíes aseguraron que los soldados dispararon balas reales tras sentirse amenazados por la multitud, niegan cualquier responsabilidad.
“Algunos empezaron a empujar violentamente e incluso a pisotear a otros gazatíes hasta la muerte, estaban saqueando los suministros humanitarios”, sostuvo Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí, quien añadió que “el comandante del tanque decidió retirarse para evitar daños a los miles de gazatíes que se encontraban allí”.
Pero la falta de claridad de lo ocurrido indigna a la comunidad internacional. Este viernes, un día después de la masacre, más líderes internacionales se han sumado al repudio. Entre ellos el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller.
“Estamos buscando urgentemente información adicional sobre lo que ocurrió exactamente. Hemos estado en contacto con el Gobierno israelí desde primera hora de esta mañana y entendemos que la investigación está en marcha. Seguiremos de cerca esa investigación y presionaremos para obtener respuestas".
Un aparente pronunciamiento fuerte del mayor aliado de Israel. Entretanto, la ONU pidió una investigación independiente y el responsable de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, calificó lo sucedido como “otra carnicería más en Gaza”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se sumaron a las peticiones de investigación independiente.
En América Latina, el Gobierno brasileño se sumó a la condena en las últimas horas. La Administración de Luis Inacio Lula da Silva declaró que el hecho “demuestra que la acción militar de Israel en Gaza no tiene límites éticos ni legales", y volvió a pedir un alto el fuego inmediato en el conflicto".
"La humanidad está fallando a los civiles de Gaza. Y es hora de evitar nuevas masacres", agregó el Ministerio de Asuntos Exteriores del gigante suramericano, en un comunicado.
A principios de semana, el presidente Joe Biden se había mostrado optimista respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo de alto el fuego para la próxima semana, antes del Ramadán, pero el optimismo se esfumó tras lo ocurrido en el norte de Gaza. El mandatario ahora afirma que es "poco probable" que se alcance un acuerdo.
Mientras aumenta la condena internacional por las muertes de quienes esperaban la tan necesitada ayuda humanitaria, el Ejército israelí continúa su asedio sobre el enclave.
En las últimas 24 horas, al menos 193 gazatíes murieron y 920 resultaron heridos por los ataques israelíes, señaló el Ministerio de Salud gazatí.
La cifra total de víctimas mortales ascendió así a 30,228, desde que inició la guerra en curso, el pasado 7 de octubre, en respuesta al ataque de Hamás que dejó alrededor de 1,200 muertos en el sur de Israel.
Por su parte, las brigadas Al-Qassam, el brazo armado de Hamás, aseguraron que siete de las personas que mantenía secuestradas murieron durante bombardeos de Israel.
Sin embargo, el grupo no aclaró cuándo ocurrieron las embestidas en las que asegura que los rehenes murieron.
Durante su sorpresivo ataque a Israel, hace cerca de cinco meses, el movimiento islamista secuestró alrededor de 240 personas y tras la tregua de una semana entre las dos partes, que tuvo lugar a finales de 2023, más de 100 cautivos han permanecido en su poder, según cifras del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Entretanto, los civiles se ven atrapados a diario en medio de los combates y bombardeos israelíes que han devastado barrios enteros y obligado a 1.7 millones de personas a huir de sus hogares.
Según la ONU, cerca de 1.5 millones de desplazados han llegado a Rafah, ciudad donde habitaban alrededor de 270,000 palestinos antes de la guerra.
Queremos un alto el fuego que permita a la gente volver a sus casas, aunque eso signifique dormir en las ruinas
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sigue decidido a lanzar una ofensiva terrestre para derrotar a Hamás en Rafah, que asegura es el último bastión el grupo que controla Gaza.
En las calles de la Franja de Gaza, los habitantes desean un alto el fuego permanente que no sea intermitente como el de noviembre y diciembre del año pasado.
"Queremos un alto el fuego que permita a la gente volver a sus casas, aunque eso signifique dormir en las ruinas", afirmó Youssef Kafafni, un palestino desplazado que se encuentra en Rafah.
Paralelo a la guerra en Gaza, una oleada de violencia crece en Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967. El Ejército israelí abrió fuego el jueves contra tres hermanos cerca de la ciudad de Hebrón, matando a dos de ellos, informó la agencia palestina Wafa.
Dos israelíes murieron también por disparos en un ataque cerca de un asentamiento, atribuido por el Ejército a "un terrorista" que fue abatido.
Bruselas solo entregará 50 millones de euros de los 82 millones de euros, unos 88.5 millones de dólares, de una ayuda planeada.
La medida fue tomada tras las acusaciones de Israel que asegura que 12 de los miles de empleados de la agencia humanitaria estuvieron presuntamente involucrados en el ataque de Hamás contra Israel.
Sin embargo, los investigadores de la ONU destacan que el Gobierno de Netanyahu aún no ha entregado las presuntas pruebas tras más de un mes de haber hecho públicos sus graves señalamientos. La UNRWA despidió a los empleados supuestamente involucrados.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados palestinos (UNRWA), principal proveedor de ayuda en Gaza, enfrenta graves problemas de liquidez luego de que varios países decidieron no contribuir más económicamente a la agencia, debido a esas acusaciones.
La suspensión de la financiación por parte de más de una docena de países resultó en 450 millones de dólares de pérdidas, casi la mitad del presupuesto de la UNRWA para 2024.
Con Reuters, AP y medios locales