Ciclón Chido: la falta de agua en la isla francesa de Mayotte hace temer el regreso del cólera
El cólera amenaza a una isla ya devastada por el ciclón
Con la red de distribución de agua potable fuera de servicio tras el paso del ciclón Chido, algunos mayotenses no tienen más remedio que beber agua contaminada. Esta situación preocupa a las autoridades sanitarias, que temen la aparición de epidemias, entre ellas el cólera.
Prácticamente se dan todas las condiciones para facilitar la aparición de una epidemia en Mayotte, en el océano Índico, luego de que el territorio francés de ultramar fuera devastado por un ciclón que habría cobrado centenares de vidas.
Distribución de agua
La red de saneamiento y distribución de agua no funciona desde el devastador paso del ciclón Chido. Para abastecerse de agua, los mayotenses acuden a pozos o ríos. Esto no está exento de riesgos.
Beber agua contaminada puede provocar la propagación de bacterias y virus. Las enfermedades transmitidas por el agua insalubre, como el cólera, podrían así reaparecer en el archipiélago, agravando la tragedia que ya sufre la población local.
La primavera pasada, una epidemia de cólera ya se había extendido a varios barrios de chabolas, matando a siete personas. Seis meses después, sus efectos aún están frescos en la memoria de la gente.
Esta enfermedad bacteriana requiere un diagnóstico y un tratamiento rápidos. Si reapareciera en Mayotte, sería muy difícil detenerla, ya que el ciclón dañó gravemente todos los hospitales y dispensarios de la isla.
Para Hugues, enfermero coordinador del equipo médico, las visitas de ministros y otros funcionarios no ayudan a mejorar la situación.
“Si los ministros vienen para retrasarnos, pueden quedarse en casa. Cuando siguen viniendo cada dos días, el centro de Mamoudzou se paraliza. Cualquier retraso adicional es complicado, ya que los vecinos “andan con cubos tratando de averiguar dónde pueden conseguir agua”, se queja a nuestra corresponsal en Mayotte, Lola Fourmy.
El ciclón Chido, que arremetió el domingo contra la isla y el archipiélago vecino, dejó al menos 22 muertos y 1,373 heridos, según el balance provisional comunicado el martes por la noche por el Ministerio del Interior.
Sin embargo, el balance definitivo "todavía no se estableció", matizó el primer ministro francés, François Bayrou, ante el Parlamento.
Las autoridades temen que haya centenares de víctimas más, y posiblemente miles, un saldo que sólo podrá verificarse en los próximos días cuando se eliminen los escombros y se reabran las carreteras.