Residentes atónitos y rescatistas desbordados ante las inundaciones en España
Las lluvias caídas durante la noche provocaron el desbordamiento del río Turia y dejaron atraparon a muchos vecinos, en sus vehículos o en sus casas
Con las calles convertidas en rabiosos ríos de barro que arrastraron todo a su paso, los residentes de la región española de Valencia se vieron sorprendidos por las mortíferas inundaciones que sembraron el caos la noche del martes, dejando hasta el momento casi un centenar de fallecidos.
"Yo venía de dejar a mis nietos en la otra calle y eran las 7:10, y cuando nos vamos al balcón veo que entra por aquí el agua", cuenta conmocinado a AFP Francisco Puente, de 69 años, señalando la calle por donde apenas horas antes bajaba una riada descontrolada.
Este jubilado que lleva décadas viviendo en Sedaví, en el cinturón metropolitano sur de Valencia, señala la raya marrón que dejó el agua, por encima de su cabeza, la noche anterior.
La voz le tiembla cuando se le pregunta si alguna vez había visto algo así. "¡Nunca!", responde con los ojos empañados.
Las calles de Sedaví, una localidad de 10,000 habitantes, están llenas de barro. Los automóviles se apilan vacíos en los cruces, con los vidrios rotos, muchos volcados con las ruedas hacia el cielo y rodeados de la tierra marrón que los arrastró en la fatídica noche del martes.
Algunos vecinos tratan de limpiar como pueden las aceras de sus casas.
Otros sacan cubos de agua de los garajes y bajos, un tipo de vivienda muy común en esta zona de Valencia que creció escuchando los recuerdos de la gran riada de 1957 que anegó esta ciudad mediterránea, pero que creían algo del pasado.
"Yo no pensaba vivir esto nunca", dice Eliu Sánchez, con las botas llenas de barro, mientras trata de despejar la entrada de su edificio. Este electricista de 32 años cuenta aún perplejo cómo, tras un día en que apenas había llovido en su zona, salió al balcón de su apartamento y vio las calles de entrada a la localidad convertidas en una marea cobriza.
"Sé que ha fallecido gente. Vimos a un joven que estaba en el descampado y se lo llevó la corriente, que estaba encima del coche, se ve que intentó saltar a otro, pero se lo llevó", explica aún sin dar crédito.
A oscuras
Al otro lado del puente, en el barrio de La Torre de Valencia, los vecinos hacen cola sobre el barro para llenar sus garrafas de un chorro en plena calle. Sin agua y sin electricidad, está empezando a caer el sol y se preparan para otra noche de angustia.
"No tenemos agua, no tenemos nada. Ni luz, ni agua, ni nada", lamenta Julián Ormeño, un jubilado de 66 años, que ha venido a llenar cuatro garrafas de esta agua no potable desde el cercano municipio de Alfafar.
Como muchos de los vecinos que hacen cola frente a esta improvisada fuente, lamenta la desprotección que dicen haber sentido en las primeras horas de esta tragedia que ya es la peor inundación en décadas aquí.
"No ha venido nadie a dar la cara", lamenta. "Dieron la alarma cuando ya estaba el agua aquí, ya no hace falta que me digan que viene la riada", critica.
Unas calles más abajo, en el vecino municipio de Benetússer, los vecinos tampoco se explicaban cómo se precipitó el desastre en esta zona que se vio sorprendida por la tromba a la hora que muchos volvían del trabajo o hacían compras.
Durante el día "no llovió ni una gota, y hoy tampoco. Pero al abrir el barranco para que no reventara es cuando se ha inundado", explicaba Amparo Burguet, una vecina de la localidad que hacía cola para tratar de comprar algo de comer un supermercado.
"Lo han perdido todo"
El área de devastación en esta próspera provincia del este de España, donde por el momento fallecieron más de 95 personas, es enorme. A unos 30 kilómetros se ubica la localidad de Ribarroja del Turia, donde José Manuel Rellán recuerda la pesadilla que se vivió la noche anterior.
"Estamos incomunicados, no se puede acceder a la parte del pueblo. Las carreteras están todas cortadas, puentes cortados, puede que hayan desaparecido", afirma a AFPTV.
"Es que ha estado 10 horas lloviendo sin parar (...) Hay poblaciones que han tenido 500 litros por metro cuadrado en 12 horas. Y el resultado es lo que ves", indica este hombre de 49 años, señalando el agua mezclada con el fango todavía visible en las calles de su localidad.
En esta localidad de 22,000 habitantes, las lluvias caídas durante la noche provocaron el desbordamiento del río Turia y dejaron atraparon a muchos vecinos, en sus vehículos o en sus casas.
"Tengo muchos amigos que lo han perdido todo. Han perdido la casa, han perdido los coches, ha perdido todo. Mi fábrica está destrozada, donde trabajo yo. Es difícil porque no sabes lo que va a pasar ahora", confiesa Rellán, apesadumbrado.