Más del 50 % de la población mundial vive en países muy peligrosos para los periodistas
Hay 36 países en los que la ONG considera "muy graves" las condiciones de ejercicio de la libertad de prensa, cinco más que en 2023
Más de la mitad de la población mundial vive en países en los que la situación de la libertad de prensa es "muy grave" y en los que los periodistas se juegan su vida o su libertad, según el diagnóstico de Reporteros sin Fronteras (RSF).
En un comunicado publicado este sábado, un día después de presentar su clasificación mundial de la libertad de prensa en el mundo para este año, RSF ha querido poner el foco en lo que se vive en cinco de los países más poblados, China, Rusia, Bangladesh, Pakistán e India.
En todos ellos, "las recientes tentativas de control de la información durante las elecciones son la perfecta ilustración de la amplitud de la represión de la libertad de prensa que viven", señala.
En total, hay 36 países en los que la ONG considera "muy graves" las condiciones de ejercicio de la libertad de prensa, cinco más que en 2023.
En el otro extremo, únicamente un 8 % de la población mundial está en países donde la situación es "buena" o "satisfactoria", esencialmente en Europa, aunque también hay algunos en América (Canadá, República Dominicana, Jamaica o Costa Rica), en Oceanía (Australia, Nueva Zelanda), Asia (Taiwán) y África (Sudáfica, Namibia o Mauritania).
En China, que ocupa el puesto 172 de los 180 evaluados, Reporteros hace notar que es "la mayor prisión del mundo" de periodistas, ya que hay más de 110 entre rejas, y además "trata de exportar su modelo totalitario de control de la información.
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En Rusia, en la posición 162, en previsión de las elecciones presidenciales, que han vuelto a confirmar en el Kremlin a Vladimir Putin, se adoptaron nuevas leyes para regular internet con el objetivo de "silenciar las voces disidentes y limitar el acceso a más de 140 millones de habitantes a informaciones fiables".
Sobre Bangladesh (165), denuncia que el año previo a la reelección "sin sorpresa" de la primera ministra para un cuarto mandato consecutivo fue "de una gran violencia contra los periodistas, en particular durante manifestaciones que favorecían un clima de terror" del que se ha aprovechado el régimen.
En Pakistán (152), afirma que "se ha reforzado la censura oficial de los medios por los servicios secretos", acusados de asesinar periodistas, con el objetivo de "borrar el partido del antiguo primer ministro Imran Khan del espacio mediático de la campaña electoral de febrero de este año.
Sobre India, se queja de que en un momento en que el actual primer ministro, el nacionalista hindú Narendra Modi, es candidato para un tercer mandato después de diez años en el poder, "la plaga de las campañas de desinformación y de acoso contra periodistas aumenta todavía más, así como las restricciones de acceso para los periodistas extranjeros".