El descontento del campo se extiende por Europa en vísperas de una cumbre crucial en Bruselas
Las preocupaciones de las capitales se hacen eco en Bruselas
Las protestas de los agricultores se están extendiendo por Europa, con el anuncio de los españoles de sumarse al movimiento, convirtiéndose en el octavo país afectado por el descontento de los agricultores. Las preocupaciones de las capitales se hacen eco en Bruselas, donde esta semana se celebra una cumbre europea el jueves, 1 de febrero, y los agricultores belgas ya han prometido llevar cientos de tractores para bloquear el barrio europeo.
En este contexto, la Comisión Europea aborda una de las principales reivindicaciones de los agricultores: la tan denostada obligación de barbecho (reposo de tierras).
A los bruselenses les espera el jueves una jornada de atascos en el centro de la ciudad, ya que los agricultores belgas tienen previsto movilizarse en masa cuando se reúnan los Jefes de Estado y de Gobierno europeos. Tras bloquear varias carreteras y el acceso al puerto de Zeebruge, los agricultores podrían organizar hoy protestas en torno al puerto de Amberes.
A ellos se unirán en el centro de la capital sus colegas italianos, portugueses y españoles, y los tres principales sindicatos agrarios ibéricos anuncian "movilizaciones" en todo el país durante las "próximas semanas".
"El sector agrario europeo y español se enfrenta a una creciente frustración y malestar", debido sobre todo a "la asfixiante burocracia generada por la normativa europea", explican Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJ), Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y Coordinación de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en un comunicado conjunto.
Las tres organizaciones, que aún no precisan las fechas exactas de las manifestaciones, aseguran que quieren que se "flexibilice" y "simplifique" la Política Agraria Común, así como un "ambicioso plan de acción" a nivel de "la UE, España" y las "regiones" españolas.
"Competencia desleal"
Los agricultores europeos "luchan contra un mercado desregulado que importa productos agrícolas de terceros países a precios bajos, que hunden" los precios de los alimentos producidos "en la UE" y "en España", subrayan las tres organizaciones, mayoritariamente de agricultores españoles. "Estos productos extracomunitarios incumplen la normativa europea" de respeto al medio ambiente y son la causa de una "competencia desleal", que "amenaza la viabilidad de miles de explotaciones agrarias en España y en Europa", añade el comunicado.
“Hay una serie de problemas que provocan una situación complicada para los agricultores y los ganaderos españoles, que crean también malestar y que son, en buena parte derivados, de la enorme producción normativa que surge de la reforma de la Política Agraria Común, de las nuevas limitaciones y las nuevas condiciones para producir alimentos, para generar productos agrarios, productos ganaderos y que están siendo muy difíciles de asimilar, de conocer, de incorporar en un plazo tan corto de tiempo por los agricultores y los ganaderos”, explica a RFI Marcos Alarcón, vicesecretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de España.
“En algunos casos, conllevan un coste económico complicado de asumir, sobre todo para las explotaciones familiares”, dice. Para este representante, las acusaciones de agricultores franceses sobre competencia desleal de parte de España son injustificadas.
Marcos Alarcón, vicesecretario general de organización de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos.
Paula Estañol
“Queremos rechazar con toda contundencia esa mención que hacen los agricultores franceses en respecto de una posible competencia desleal de los agricultores españoles, y mucho menos hace referencia a la utilización de productos autorizados en España y no autorizados en Francia. Esto no es así. Permítanme que señale únicamente un dato, Francia tiene un nivel de percepciones de fondos provenientes de la Política Agraria Común muy superior a los fondos que reciben los agricultores españoles”.
“Que exista una obligación de que los agricultores perciban un precio justo por sus productos es algo que está también en manos del Gobierno francés, que debe legislar en este sentido”, añade.
Por su parte, SOS Rural, agrupación de agricultores independientes, denuncia unas condiciones de trabajo aún peores, y promete manifestaciones de tractores en 52 capitales de provincia el 6 de febrero.
Decepción en los bloqueos
En Francia, el Primer Ministro prometió a los agricultores el martes 30 de enero que "estaría a su disposición" para responder a sus preocupaciones. En su discurso de política general ante la Asamblea Nacional francesa, el Primer Ministro Gabriel Attal defendió una "excepción agrícola francesa".
Tras enumerar una serie de medidas ya anunciadas para facilitar la vida de los agricultores, reiteró que la crisis agrícola no se resolvería "en cuestión de días". Se mostró dispuesto a "ir más lejos", prometiendo, por ejemplo, el pago de las ayudas europeas de la Política Agrícola Común (PAC) "de aquí al 15 de marzo" y desgravaciones fiscales adicionales para los agricultores.
El sindicato francés mayoritario, FNSEA, permaneció mudo tras el discurso de Gabriel Attal, mientras que para la Confederación Campesina, el sindicato agrario de izquierda de Francia, la declaración no ofrecía "ninguna perspectiva a largo plazo" para el mundo agrícola.
En los bloqueos de París, los agricultores no ocultan su decepción. Movilizados en bloqueos de autopistas alrededor de las grandes ciudades, los agricultores franceses quieren cambiar de rumbo y hacer oír su voz en Bruselas.
Dado que la mayoría de los reglamentos se definen a nivel europeo, esta cumbre de los 27 es especialmente esperada por la comunidad agrícola. El presidente Emmanuel Macron tiene previsto reunirse el jueves con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y con otros dirigentes europeos. Macron, que también se enfrenta a una gran movilización, reclama "un debate europeo". El ministro francés de Agricultura prepara el terreno: Marc Fesneau está hoy en Bruselas para hablar de estas reivindicaciones agrícolas francesas.