La Comisión Europea renueva la autorización del glifosato por otros 10 años
La norma obliga a la Comisión a tomar una decisión, y está obligada a seguir el dictamen científico
Otros 10 años de tregua para el glifosato. La Comisión Europea anunció el 16 de noviembre la renovación de la autorización de este controvertido herbicida hasta diciembre de 2033. Los Estados miembros de la Unión Europea han vuelto a fracasar en su intento de llegar a un acuerdo sobre esta cuestión.
El glifosato es el ingrediente activo de varios herbicidas. Si es o no peligroso para la salud es objeto de acalorados debates. En apoyo de su decisión, el ejecutivo europeo se remite a un informe de un regulador europeo, que concluía que el nivel de riesgo no justificaba la prohibición del glifosato. La autorización actual expira el 15 de diciembre.
¿Una decisión obligada?
Los 27 Estados miembros tenían que alcanzar lo que la Unión Europea denomina mayoría cualificada, es decir, un 55% de Estados miembros que representen al 65 % de la población de la Unión. Como ocurrió durante la primera votación en comisión hace un mes, no se pudo alcanzar la mayoría en ninguno de los dos sentidos en el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria y de Sanidad Animal.
En consecuencia, la norma obliga a la Comisión a tomar una decisión, y está obligada a seguir el dictamen científico, en este caso el de la Agencia de Seguridad Alimentaria. Contrariamente a la opinión de la OMS, que consideraba el glifosato un carcinógeno potencial, la agencia europea estimó este año que el glifosato no presentaba "un área de preocupación crítica", excepto cuando se utiliza para secar un cultivo antes de la cosecha, que ahora se prohibirá.
La Comisión argumenta, por tanto, que ha tomado la decisión a la que se veía obligada, al volver a autorizar el glifosato por 10 años. Pero algunos la acusan de haber tomado una decisión real, ya que no modificó su propuesta tras el fracaso de la primera votación. Francia, Alemania e Italia, tres de los mayores países agrícolas, se abstuvieron.
Francia, ni a favor ni en contra
Francia "lamenta" que la Comisión Europea no haya tenido en cuenta sus propuestas para restringir el uso de este controvertido herbicida, declaró el Ministerio francés de Agricultura. "Francia no está en contra del principio de renovación de la molécula", escribió. La primera potencia agrícola europea "desea reducir rápidamente su uso y regular la utilización de la molécula, para limitar su impacto, y sustituirla por otras soluciones siempre que sea posible", añadió.
Por ello, el Gobierno había pedido a la Comisión "un marco más estricto para el uso del glifosato" y sugerido varias propuestas. "Francia lamenta que la Comisión no haya adoptado estas propuestas", prosiguió el Ministerio.
Recordemos que el año pasado, en Francia, los expertos del Fondo de Indemnización de las Víctimas de los Plaguicidas reconocieron un vínculo causal entre las malformaciones de un niño y la exposición de la madre al glifosato durante el embarazo. La familia recibió una indemnización y lo anunció en octubre, con la esperanza de influir en las futuras decisiones de la Comisión.
Presión sobre las instituciones
Para Martin Dermine, director de la ONG ecologista Pesticide Action Network (PAN) en Europa, esta decisión revela la presión ejercida sobre las instituciones. "El glifosato es una de las piedras angulares de la agricultura intensiva, y existe una enorme presión tanto sobre los ministerios de agricultura de los Estados miembros como sobre la Comisión Europea", explica.
"Se ha demostrado que la mayoría de los europeos están expuestos diariamente al glifosato, tanto en las zonas agrícolas como a través de los residuos de pesticidas en los alimentos. Y otros estudios han demostrado que la exposición al glifosato a través de los alimentos genera cierta toxicidad que, a la larga, puede provocar cáncer", prosigue.
"En cuanto al medioambiente, hay cientos de estudios que demuestran la toxicidad de los herbicidas a base de glifosato, especialmente en los medios acuáticos. Así que la decisión de hoy de la Comisión es escandalosa. Está claro que su único objetivo es promover y mantener la agricultura industrial, que es tóxica para las personas y el medio ambiente", concluye Dermine.