Corea del Sur encara una semana de incertidumbre en torno al futuro del presidente
El Partido Democrático presiona para destituir al presidente tras el fracaso de la moción anterior
Corea del Sur encara a partir de este lunes una semana de incertidumbre en torno al futuro del presidente, Yoon Suk-yeol, tras fracasar la moción parlamentaria para destituirlo y con la oposición y el partido gobernante exhibiendo posturas encontradas sobre cómo sacar al mandatario del poder.
Yoon, que la semana pasada declaró la ley marcial por sorpresa argumentando que la oposición estaba actuando como una entidad pronorcoreana y comprometiendo la seguridad nacional, supuestamente ha quedado despojado de sus capacidades ejecutivas en favor del primer ministro, Han Duck-soo, según anunció su formación, el conservador Partido del Poder Popular (PPP), tras boicotear la votación del sábado para inhabilitarlo.
Una nueva moción para destituir a Yoon
El opositor y liberal Partido Democrático (PD) tiene previsto presentar el miércoles una nueva moción en la Asamblea Nacional (Parlamento) para tratar de destituir a Yoon que se votaría en el hemiciclo el viernes o el sábado.
Por su parte, el PPP ha asegurado que quiere negociar con la oposición lo antes posible una dimisión "ordenada" de Yoon al considerar que este escenario es menos imprevisible que una destitución, un proceso largo (el Constitucional debe validar o no la inhabilitación durante semanas o meses) que podría desembocar en unas elecciones presidenciales anticipadas donde la formación resultaría previsiblemente muy castigada.
Pero el PD, que ha tachado este esquema de anticonstitucional, se muestra poco proclive a convenir nada con el partido gobernante, que con su fórmula parece buscar minimizar en la medida de lo posible el daño que le ha infligido entre los votantes la ley marcial declarada por Yoon.
De este modo, la oposición parece encaminada a buscar hacia el final de la semana nuevamente los ocho votos que necesita de escaños del PPP en el legislativo para poder sacar del poder a Yoon, después de que el pasado sábado solo tres parlamentarios del bloque gobernante participaron en la votación, un número insuficiente para alcanzar los dos tercios necesarios para la destitución.
Prohíben a Yoon abandonar el país
El Ministerio de Justicia ha impuesto este lunes a Yoon la prohibición de abandonar el país mientras se le investiga por traición y otros cargos por decretar la ley marcial, mientras que la Oficina para Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO por sus siglas en inglés), organismo creado específicamente en 2021 para asegurar investigaciones más imparciales de cargos públicos, ha pedido a su vez a policía y fiscales que le transfieran el caso.
La policía y el ministerio fiscal investigan a Yoon como sospechoso de cometer traición, de amotinamiento y de abuso de poder, cargos que también pesan sobre varios altos funcionarios gubernamentales y militares involucrados en la polémica medida, decretada aparentemente con motivaciones puramente ligadas a la supervivencia política del presidente y a la protección de la primera dama, sobre la que pesan acusaciones de corrupción.
En ese sentido, la policía afirmó hoy también que no descarta interrogar directamente al mandatario y que, si se dan determinadas circunstancias, Yoon podría acabar siendo detenido sin necesidad siquiera de una orden judicial.
Mientras, los fiscales interrogaron hoy por tercera vez al recién dimitido exministro de Defensa Nacional, Kim Yong-hyun, figura que recomendó a Yoon activar el estado de excepción y no se excluye la posibilidad de que soliciten pronto su arresto ante el riesgo de fuga o de que destruya pruebas tras conocerse que cambió de teléfono móvil tras la declaración de ley marcial el pasado 3 de diciembre.
Los surcoreanos siguen protestando
Varias manifestaciones estaban convocadas también para este lunes en Seúl y otros puntos del país para pedir que Yoon deje el poder.
Mucha de la gente que ya se congregó ante el Parlamento el sábado para pedir la destitución del presidente aseguró que seguirá saliendo a la calle hasta que el mandatario abandone su cargo.
Los analistas consideran que el peso que tenga el descontento en la calle puede acabar siendo clave para solventar la situación, puesto que una avalancha de marchas cada vez más multitudinarias podría hacer que parlamentarios del partido gobernante acaben votando a favor de las mociones de destitución que la oposición ha dicho que planea seguir presentando.
Es una de las soluciones posibles ante el bloqueo de la situación, con los dos partidos en apariencia jugando a desgastarse mutuamente.
Otro factor que podría desbloquear el punto muerto es una cierta presión foránea en un momento en que el país encara importantes desafíos en el panorama diplomático -la inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca siendo uno de ellos- y en el que la confianza de los mercados se está resintiendo como mostraron hoy una nueva caída del won y de la Bolsa de Seúl, que cerró en su mínimo en un año.