Reconocer la herencia cultural africana en América es vital para fortalecer el turismo
Más de 6,000 millones de personas en el mundo conocieron otros destinos por el turismo cultural
La actividad turística en conjunto incentiva el desarrollo de las comunidades en ambas regiones
Las culturas africanas y latinoamericanas comparten fuertes lazos culturales que pueden convertirse en un importante activo para fortalecer la industria turística de estas dos regiones, reconocieron expertos este viernes durante el segundo día de la Cumbre ONU Turismo para África y las Américas que se celebra en Punta Cana.
La Organización de las Naciones Unidas estima que alrededor de 200 millones de personas en las Américas se identifica a sí mismo como afrodescendiente, representando parte de esa “diáspora” que la Unión Africana describe como una “sexta región”, puntualizó Abel Aronátegui, director del Centro de Arte y Cultura de Colón, en Panamá.
Considera que esto plantea una oportunidad para desarrollar una estrategia conjunta de desarrollo social, económico y turístico que, a su vez, abre paso a generar “reparaciones históricas que son necesarias”. “Para eso tenemos que empezar a reconstruirnos, empezar por reconocernos en esa historia común, de esa deuda histórica que tenemos”, manifestó.
Kamil Abdul-Karrim, director general de la consultoría de turismo y hospitalidad PAM Golding, en Sudáfrica, coincide con este planteamiento, y entiende que la cultura tiende un puente para incentivar el turismo entre ambas regiones.
El año pasado, Sudáfrica alcanzó la llegada de 8 millones de visitantes, extranjeros, para un crecimiento de 51 % respecto al 2022.
Sin embargo, el 75% de estos turistas son de otras partes de África. “Aumentar los niveles de turismo (proveniente de las Américas) requiere de aumentar el reconocimiento de nuestra relación como africanos”, manifestó.
Las cifras sustentan que esto es viable. Según Naciones Unidas, la principal motivación para hacer turismo de más de 6,000 millones de personas en todo el mundo, fue para conocer la cultura del destino al que visitaban.
“Creo que la afinidad entre Sudáfrica, África en general y la diáspora africana se basa enormemente en la interacción e intercambio cultural”, expresó.
Turismo cultural, una vía para preservar la historia
Abdul-Karrim entiende que, para fortalecer el interés de los caribeños y suramericanos en visitar su país y otras naciones de África requiere que ellos conozcan la historia de África antes de la colonización.
“Ni siquiera estoy trayendo la esclavitud a este debate, pero tuvimos una interrupción colonial en nuestro continente durante 400 años, desde el siglo XVI hasta el siglo XIX”, puntualizó.
El consultor compartió a los asistentes cómo ha cultivado el interés por sus orígenes, ya que es descendiente de indios que llegaron hasta Sudáfrica.
Sin embargo, muchos afrodescendientes desconocen la línea de origen de sus raíces africanas. Por eso, entiende que los africanos deben preservar su historia, patrimonio y legado más allá de la “interpretación eurocéntrica” que se instauró con la colonización.
“Como africanos hoy, somos los custodios de esa historia. Si no la compartimos, va a morir”, sentenció durante el panel: “Dos continentes, una historia: las conexiones culturales entre África y las Américas”.
El panel contó con la moderación del presidente del Grupo Diario Libre, Aníbal de Castro, quien resaltó la importancia del encuentro para “recordar nuestros lazos culturales, incrementar la cooperación y encontrar nuevas vías de entendernos mutuamente”.
Para expandir el conocimiento de estos orígenes desde el turismo que se hace en las Américas, Aronátegui propuso que cada país inicie un levantamiento de rutas culturales en aquellas comunidades con fuertes tradiciones y rituales de origen africano.
A modo de ejemplo, citó que solo los países que conforman el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) cuentan con siete manifestaciones inscritas del patrimonio inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), entre los que citó:
- La tumba francesa (Cuba)
- La rumba (Cuba)
- La bachata (República Dominicana)
- La cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella (República Dominicana)
- El teatro bailado de los cocolos (República Dominicana)
- Los festivales y rituales de la cultura congo (Panamá)
- Las danzas y músicas garífonas (Belice, Guatemala, Nicaragua y Honduras)
“Solo esto que les acabo de mencionar representa una gran oportunidad de conexión entre ambos continentes para el desarrollo de una agenda que fortalezca nuestra identidad y, en la medida que fortalezcamos esa identidad, vamos a empezar a generar los intercambios turísticos”, aseguró.
Cómo Sierra Leona busca capitalizar su potencial
El secretario permanente del Ministerio de Turismo y Asuntos culturales de Sierra Leona, Edward Kwame Yankson, afirmó que el lazo que une a África y las Américas “es inquebrantable”, encontrando un fuerte vínculo entre las culturas de las Américas con las de su país en términos de historia, gastronomía, la música y la danza.
En ese sentido, explicó como el gobierno de Sierra Leona está colocando el turismo “al frente de su agenda de desarrollo”, entendiéndolo como una actividad económica que permite el desarrollo del capital humano, la innovación y el empoderamiento juvenil.
Como parte de ese compromiso y apertura permanente hacia el intercambio de experiencias para mejorar la gestión del turismo en su país, Yankson propuso a Sierra Leona como el próximo destino para la siguiente Cumbre ONU Turismo para África y las Américas, que está pautada a celebrarse en el 2026.
Abel Aronátegui dejó claro que la búsqueda de alianzas estratégicas entre ambas regiones deberá enfrentarse al racismo estructural y sistémico que se manifiesta en las Américas con miles de afrodescendientes viviendo en condiciones de vulnerabilidad, y en una narrativa que desconoce el potencial cultural de África para generar desarrollo económico.Consideró que esto es un paso clave para generar una consciencia que incentive a los viajeros a conocer a África como un destino cuyo legado está presente en la cultura de América Latina y el Caribe.